Johel Batista: 'Abogo por una reestructuración del sistema educativo panameño'

Actualizado
  • 19/05/2021 00:00
Creado
  • 19/05/2021 00:00
El fundador de Ayudinga expone aspectos de su vida, habla de la fundación, la educación en el país y el desarrollo de carreras Stem

Johel Batista es un joven panameño de 24 años años, presidente de la Fundación Ayudinga y estudiante de ingeniería en sistemas de información con especialización en análisis de datos en la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP).

Batista es estudiante de ingeniería en sistemas de información con especialización en análisis de datos en la UTP.

Un hecho es que la ingeniería en sistemas de información no fue la primera opción universitaria de Johel, pues ha estado en otras carreras. Comenzó estudiando ingeniería civil, luego ingeniería en electrónica y telecomunicaciones, ahora ha descubierto su verdadera pasión, el análisis de datos.

Entre sus aficiones están su amor por el espacio exterior, las secuencias y la detección de patrones en la naturaleza y en el movimiento dinámico del comportamiento humano. Ve al mundo con un lente matemático, buscando la explicación científica al ¿por qué? de cada cosa, un factor que le ha permitido desarrollar ideas, conceptos e implementarlos como posibles soluciones a problemas.

En esta entrevista, Batista dialoga sobre la transformación en el sistema educativo, el aumento en el presupuesto para investigación e innovación, los aportes de Ayudinga como plataforma para la educación y su trayectoria.

Háblenos sobre su filosofía de vida y aquello que le inspira.

Soy fiel creyente de que las matemáticas son el lenguaje que tenemos para entender y comprender a su cabalidad el universo, creo que nacimos en el momento perfecto para comenzar a explorar nuestro sistema solar e inspirar a las futuras generaciones a convertirnos en una especie interplanetaria, todo esto a través de una fuerte inversión en ciencia, tecnología e innovación, que han dado la cara durante esta pandemia para poder salvar a la humanidad.

¿Quién es su mayor referente personal y profesional?

En lo personal, mi mayor referente es mi abuelo, Justiniano Cárdenas Barahona q.e.p.d., quien fue una persona con la que desde muy niño tenía conversaciones profundas sobre los temas de actualidad; me guiaba, me orientaba en el proceso adecuado para la toma de decisiones, pero, sobre todo, me enseñó a amar el hábito de leer, no por obligación, sino por el hecho de querer crecer y aprender para formarme como persona y profesional. En el ámbito profesional, mi mayor referente es Elon Musk.

¿Cuáles considera que son sus mayores fortalezas y debilidades?

Es duro hacer un análisis objetivo de fortalezas y debilidades, en honor a la verdad. Sin embargo, considero que la mayor fortaleza que he podido detectar a lo largo de todos estos años es la persistencia, resiliencia y perseverancia al momento de ejecutar un proyecto e idea, ya que doy el todo por el todo. Mis mayores debilidades, sin duda alguna, no vienen de ahora, sino desde muy niño al encerrarme en mi burbuja de ciencia, matemáticas y física, en la que la interacción social que tenía con otros contemporáneos de mi edad era prácticamente nula; los amigos que tenía eran muy pocos, aunque me siento satisfecho de que así haya sido, porque me ha permitido aprender a punta de ensayo y error, a comprender y ser empático con las demás personas, a abrazar el dolor ajeno como propio y principalmente a deponer los egos tan malignos que la sociedad nos hace creer necesarios para superarnos personal y profesionalmente.

Ahora que los lectores pudieron conocerlo más, conversemos sobre los inicios de Ayudinga.

La Fundación Ayudinga no es más que una respuesta que surge producto de un sistema educativo desfasado en todos los aspectos. Esto no se trata de buscar culpables, ya que en cualquier caso, este es un problema de todos como sociedad; tenemos que involucrarnos en el motor de crecimiento y desarrollo económico de cualquier nación, que son las bases formativas de su sistema educativo. Pero si vamos a la parte histórica de Ayudinga, empecé a los 14 años, tenía ganas de comerme el mundo a través del uso de las nuevas tecnologías y la internet, pero sobre todo tenía una gran frustración por la forma en que estaba aprendiendo matemáticas, ya que la veía como algo sumamente abstracto, algo que no tenía mucho sentido y aplicación en la vida real. Cuando vemos los hechos y nos damos cuenta de que si no fuese por las matemáticas, ni siquiera pudieses estar leyendo esto en este preciso instante de tiempo. Así que decidí armar un pequeño y muy rudimentario estudio de grabación en el cuarto de mi casa, donde con un tablero, un piloto y una cámara, se grabaron más de 1,200 videos educativos que hasta hoy se encuentran disponibles en nuestras plataformas digitales de la Fundación Ayudinga.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos para mantener vigente el programa?

Los desafíos han sido muchos, pero el más grande sin duda alguna es el crecimiento, no solo a nivel profesional, sino a nivel personal, ya que he tenido que aprender a madurar y a hacer cosas que muchas veces no corresponden a nuestra edad, antes de tiempo, pero con un fin último y un ideal que va mucho más allá de todos nosotros, que es cambiar el mundo a través de la educación, que es ahí donde ponemos los egos personales y nos damos cuenta de que esto no se trata de nosotros, ni de una ministra o un ministro, muchísimo menos se trata del gobierno, sino que se trata de los jóvenes de Panamá y América Latina, que ellos se merecen todo el esfuerzo y trabajo que sea posible. Por otro lado, mentiría si dijera que los mayores desafíos para mantener en funcionamiento la Fundación Ayudinga han sido el tema económico, ya que nuestra premisa es conseguir una educación de calidad, libre, gratuita, inclusiva y humana para todos, sin excepción alguna.

¿Qué capacitaciones llevan a cabo en 2021?

Este es un año pivotal para la Fundación Ayudinga, luego de las 707 horas de clases en vivo que dimos en una cadena nacional educativa producto de la suspensión de clases por la pandemia, todo esto sin recibir un solo centavo del Estado, ya que consideramos que los pocos recursos con los que se cuentan, han de ser invertidos en asegurar la vida, la salud y la recuperación económica de esta nación; es hora de reinventarnos y ver cuál es el futuro de Ayudinga. Para eso, gracias al apoyo de la empresa privada y la sociedad civil, mejoramos nuestras capacidades de producción audiovisual para convertirnos en los primeros creadores de contenido educativo en Latinoamérica en haber hecho la migración total a filmación en 4K de tipo cine, así como audio profesional dolby digital, para entregarle lo mejor de lo mejor a los estudiantes que nos siguen.

¿Cómo califica el impacto de Ayudinga en los estudiantes panameños?

Las estadísticas del consumo de los contenidos educativos de la Fundación Ayudinga tras 10 años de haber empezado con esta maravillosa aventura, son increíbles: 39,1 millones de clases virtuales dadas, más de 89 millones de minutos de clases vistos, 111,000 estudiantes suscritos diariamente a nuestras plataformas digitales y nos convertimos en la plataforma educativa más grande de todo Centroamérica.

Ahora que hablamos de jóvenes, si tuviera que darle un consejo de vida a las nuevas generaciones, ¿qué les diría?

Como joven, a otros jóvenes solo les podría dar un consejo: sigan sus sueños, sean perseverantes y luchen por ellos; luchen aunque la causa y la batalla parezcan perdidas, luchen por crecer como personas y profesionales, pero sobre todo cuiden su salud física y mental, ya que ahí está el balance para garantizar la sostenibilidad de todos nuestros proyectos, ideas y conceptos.

Hablemos de temas sociales, ¿qué opina sobre el panorama actual de la educación en Panamá?

En estos momentos, la situación panameña se encuentra en una posición crítica. Para nadie es desconocido que muchas familias panameñas aún tienen que decidir entre comprar alimentos o comprar tarjetas prepago para que sus niños puedan dar sus clases virtuales, esa es una realidad innegable e imperdonable para la educación en general, cuando el acceso a la educación es uno de los principales derechos humanos, ya que es habilitante, es decir, que nos permite hacer y ejercer el resto de nuestros derechos, así como aprender y comprender a fondo todas las responsabilidades que conllevan cada uno de nuestros deberes. Tenemos que ver más allá y comprender a cabalidad y profundamente lo que conlleva un sistema educativo, ya que el mismo responde al sistema político, social, económico y cultural de un país; pero en estos momentos tenemos que definir como sociedad cuál es el Panamá del siglo XXI que queremos, para tomar esos requerimientos y diseñar un sistema educativo que sea dinámico y adaptativo, que se enfoque en formar el pensamiento crítico y la duda razonable en todos los estudiantes. Sin embargo, la realidad cercana es inherente. Sí, vamos a regresar a clases, pero la pregunta es, ¿regresaremos a clases haciendo lo mismo que hacíamos antes de irnos? Si la respuesta es sí, lamentablemente no hemos aprendido nada de todo este proceso pandémico tan doloroso que ha llenado de luto y dolor al mundo entero. Es momento de reinventarnos, cambiar y hacer las cosas de una forma diferente a como lo veníamos haciendo antes, pero todos unidos como sociedad.

Si tuviera que hacer una propuesta que elevara el sistema educativo, ¿cuál sería?

Abogo por una completa reestructuración del sistema educativo panameño, en la que se dignifique la profesión docente y se le empodere con las herramientas tecnológicas para que puedan implementarlas en las aulas de clase con sus alumnos, hasta en los lugares más recónditos de este país, donde el docente deje de ser un transmisor de conocimiento y se convierta en un gestor de aprendizajes y experiencias educativas. Pero no podemos dejar atrás a los estudiantes; debemos responsabilizarnos de nuestro propio aprendizaje y no esperar recibir todo el conocimiento por parte del docente; nuestra labor es estar en constante actualización, lectura y estudio, para prepararnos antes de una clase y poder dentro de ella, generar inteligencia colectiva que surja de nosotros mismos.

¿Cómo ve el desarrollo de las carreras Stem en el país?

La pandemia ha mostrado las necesidades de la sociedad en general, y una de ellas es la de profesionales formados con los últimos avances en tecnología y educación continua en el área de las Stem. Hoy hacer ciencia no es un lujo, es una necesidad básica e imperante para cualquier país que desee crecer como sociedad y alcanzar los más grandes estadios del conocimiento a nivel mundial. Son necesarios más recursos económicos para invertirlos directamente en la investigación e innovación. Instituciones como la Secretaría Nacional de Ciencia tecnología e Innovación (Senacyt), el Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat-AIP), el Instituto Conmemorativo Gorgas y las universidades públicas han dado la cara por el país en estos momentos de crisis y nos hemos dado cuenta de que tienen el recurso humano idóneo y capacitado, con ganas de aportar a este país, pero que muchas veces se ven golpeados por la falta de fondos para el desarrollo de investigación científica básica y aplicada en Panamá.

¿Qué proyectos tiene en mente?

En estos momentos me encuentro enfocado en asumir un nuevo reto que se me presentó en la Fundación Ayudinga, que es su propio crecimiento y el desarrollo de una estructura de gobernanza corporativa interna que nos permita crecer e ir más allá de grabar videos educativos y publicarlos en redes sociales, sino generar una verdadera experiencia de aprendizaje para todos los jóvenes de Panamá y América Latina. Lo veo en función de crear un modelo educativo nuevo, que nazca desde la juventud, con la humildad como bandera y el respeto a la experiencia como estandarte.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus