Estrés laboral: Consecuencias del teletrabajo en la salud mental

Actualizado
  • 25/08/2021 00:00
Creado
  • 25/08/2021 00:00
En medio de la pandemia los procesos en los espacios de trabajo han sido causantes de una alta tasa de estrés por parte de los trabajadores en oficios de alta tensión, según indicaron expertos
El modelo de trabajo híbrido debe presentar programas de prevención de riesgos de salud mental, según Moroni.

El cansancio, la fatiga mental y física, así como la incertidumbre del futuro de las diversas industrias en un contexto postpandémico ha incidido en el aumento de casos de estrés laboral en diferentes países, incluyendo Panamá. Según la encuesta de 'Condiciones de trabajo y salud' (julio 2021), elaborada por la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) y la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (Ccoo) de España en la que participaron 25 mil 100 personas, el 23,9% de trabajadores consume sedantes y ha sufrido de altos niveles de estrés laboral desde inicio de la pandemia.

El temor a la pérdida del trabajo, las pocas vacantes en diversas empresas para obtener una plaza, y la necesidad de un mejor salario por gastos personales/familiares, así como los problemas para un sano descanso se convirtieron en principales alertas en personas que padecen estrés laboral. Más allá de la salud física, que se vio atacada durante el pasado año, el 60% de los encuestados señaló que la salud emocional había sido la más afectada durante la pandemia y las largas horas de trabajo remoto. Este porcentaje crece diez puntos más en el caso de los trabajadores jóvenes.

El número de trabajadores en alta tensión también estuvo en alza durante los primeros meses de 2021. El estudio realizado definió el término “alta tensión” en el contexto laboral como “altas exigencias en el trabajo, es decir, se tiene más trabajo del que se puede hacer en el tiempo asignado”. Los autores del estudio señalaron que al no tener un plan preventivo de riesgos laborales específicos, los porcentajes de padecer problemas físicos y psicológicos aumentan, tales como la cardiopatía (34% más frecuente), el infarto cerebral (24% más frecuente), asimismo, padecer ansiedad y depresión (82% más frecuente), según lo recopilado en el medio El Periódico.

Un escenario de aumentos de enfermedades mentales y baja salud psicoemocional se pronostica en América Latina, según indicó el medio internacional DW, donde entre el 50% y 70% de la población no tiene acceso a servicios de salud mental pública. El médico psiquiatra y profesor de la Universidad del Rosario de Colombia Rodrigo Córdoba apuntó a DW que se puede prever una “cuarta ola”, es decir, “que después de todo esto van a aparecer cifras más altas de depresión, con los desenlaces que puede implicar como el suicidio; trastornos de ansiedad, como estrés postraumático y trastorno de ansiedad generalizada y, sin duda, lo que algunos no llaman enfermedad sino problemas, como son el aumento de consumo de sustancias y aumento de violencia”.

Carrasquilla señaló la necesidad de contar con especialistas en el área de trabajo para los trabajadores.

En mayo de 2020, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) publicó una Guía de manejo del estrés laboral frente a la covid-19, la cual destaca la detección de síntomas del estrés laboral: Irritabilidad, enojo, adopción de una actitud de negación, incertidumbre, ansiedad, falta de motivación, sentirse abrumado, sobrecargado o mentalmente agotado; asimismo, tristeza o depresión, problemas para dormir o para concentrarse.

Entre las medidas para tratar estos síntomas, la Senacyt señaló: Comunicar a sus jefes o compañeros de trabajo directo acerca de las preocupaciones y temores que siente, con miras a encontrar soluciones frente a los indicadores de estrés; de igual forma, realizar una “pausa activa laboral”, que consta de una serie de movimientos que incluye estiramiento y calentamiento. Su práctica ayuda a reducir la tensión muscular, prevenir lesiones osteomusculares, disminuir el estrés, la sensación de fatiga, mejora la atención y la concentración, como también mejora la postura.

Sin embargo, el alza del estrés laboral también requiere de una mayor inversión en programas de prevención de salud mental en los países latinoamericanos, como comentó a DW Santiago Levin, presidente de la Sociedad de Psiquiatras Argentinos. “La mayoría de países hace muy poca inversión en salud y aún menos en salud mental”, indicó, “los fondos destinados a salud con frecuencia quedan atrapados en intereses políticos. La inversión en salud tiene efecto mucho después de lo que duran los mandatos presidenciales, entonces dejan de lado las políticas estructurales y de largo plazo”.

El 'burn-out' y la búsqueda de apoyo
El miedo a perder el trabajo y los bajos salarios representan causas de estrés laboral.

Para el psicólogo panameño Alejandro Carrasquilla, este fenómeno se deriva de aquella lección: “todo en exceso es malo”. En medio de meses de cambios intermitentes en las industrias laborales y el sector económico, el 'burn-out ha tomado protagonismo, aunque muchos trabajadores no lo detecten al inicio.

Este “fenómeno ocupacional”, como lo categoriza la Organización Mundial de la Salud (OMS), se caracteriza por ser un “síndrome conceptualizado por un estrés crónico laboral que no es resuelto exitosamente”, y se dimensiona en tres partes: sentimiento de falta de energía o cansancio, incremento de una distancia mental del trabajo, negatividad o cinismo ante el trabajo; y reducción de la eficacia profesional.

Carrasquilla señaló a este diario que dada la “nueva normalidad”, las personas “se han ido al extremo de lo insano, y no necesariamente por voluntad propia”. “Ha habido muchos abusos por parte de las empresas y de los trabajadores también, al no reconocer la diferenciación del espacio laboral con el hogar dentro del trabajo remoto”, apuntó, “y la palabra 'cuarentena' se llevó a un extremo malsano, restringiendo el contacto social de forma no beneficiosa. Además, las redes sociales y sus mensajes tóxicos se han vuelto la principal fuente de socialización de muchos en este momento”.

Con un panorama que se inclina cada vez más a un formato híbrido o mixto (semipresencial), el psicólogo enfatizó que esta no será la “solución directa” para quienes ya padecen estrés laboral, sino que se deben idear “medidas cómodas para los trabajadores y empleadores, sin afectar el rendimiento profesional”. Pero esto no se ha llevado a cabo de forma correcta, según explicó Carrasquilla: “De nada sirve tener un formato mixto si hay un jefe que no respeta los horarios o cantidad de tareas asignadas; además, el estrés puede ayudarnos al ser manejado de forma correcta, pero sino puede ser dañino para la persona a nivel mental y emocional”.

El 'burn-out' ha alcanzado a más del 51% de teletrabajadores durante la pandemia, según la OMS.

En medio del aumento de casos de estrés laboral se habilitó la línea telefónica 169, a través de la Senacyt, la cual promovía el apoyo a personas con estrés o que requirieron ayuda profesional psicológica. En este programa participó Carrasquilla, quien indicó que fue “subutilizado” y las llamadas “disminuyeron por falta de promoción de la línea. En Panamá hay una subcultura de búsqueda de apoyo profesional para temas de salud mental que no madura”, puntualizó, “se busca más a la vecina, los amigos o miembros familiares para cubrir necesidades que no pueden ser cubiertas de ese modo, mientras que a los profesionales se nos ve como una alternativa que se debe evitar”.

Y con una falta de programas de apoyo a la salud mental pública, el psicólogo destacó que el “chip cultural” debe cambiar y pasar de “la zona de confort a detectar la raíz subyacente de los problemas psicológicos y emocionales” que han surgido con la pandemia por el nuevo coronavirus. “Panamá es un pueblo marcado por la evasión emocional y personal, normalizando la insania mental o emocional y no prestando atención a diversos problemas que pueden llevar a cuadros depresivos, y en peores instancias, al suicidio”.

“Somos muy dados a soluciones 'cortafuegos', que hacen impacto, pero no se solucionan y se vuelve a lo mismo”, agregó, “las políticas públicas están, los manuales, instructivos, y capacitaciones para profesionales, pero no hay una conexión entre la preocupación y un seguimiento concreto que acabe con este círculo vicioso. Además, hay memorias generacionales de nuestro país que nos han hecho pensar que ser fuertes significa ignorar nuestras necesidades y deficiencias emocionales y de salud mental”.

Medidas para contrarrestar el estrés

La estigmatización frente a la presencia de profesionales de la psicología en las áreas del trabajo aún se percibe en algunas compañías, según encontró la firma One Poll en su reciente estudio realizado en países como Chile, Brasil, México y Argentina. Si bien la muestra recogió las opiniones de más de 2 mil trabajadores, los resultados señalaron que: “Casi 3 de cada 5 trabajadores afirman que sigue existiendo un estigma en torno a la búsqueda de ayuda para un problema de salud mental en los lugares de trabajo”.

¿Por qué? Pues, según el informe 'Panorama 2021: el impacto en la salud mental que nos deja la covid-19' del técnico superior de higiene y seguridad en el trabajo Federico Guillán, el 62% de los encuestados afirmó que sus superiores “los juzgarían si requiriera tiempo para tratar problemas de salud mental” y el 54% sostiene que “problemas sobre salud mental no son razones suficientes para ausentarse del trabajo”.

El apoyo desde los directivos de las empresas se hace necesario para redefinir la cultura y costumbres en los espacios laborales, previniendo el burn-out en los empleados, y apoyando programas de ayuda psicológica a quienes la requieran. “Se necesita tiempo para el ocio, porque eso nos permite reestructurar nuestro cerebro, y si este no se alimenta de una pausa podría causar un “cortocircuito”, señaló Carrasquilla, “que deteriora las funciones desde el centro cerebral, y agravaría el estrés”.

“Pasa también que algunas empresas se encuentran 'enfermas' desde los altos pisos de la jerarquía, lo que afecta a los pisos bajos, y estos no aceptan las conversaciones sobre cambio en su cultura, lo que causa una fractura entre lo necesario para los empleados y los límites de exigencia”, agregó.

Aparte de incluir equipos de gestión psicológica dentro de las empresas, la médica coordinadora del Equipo de Psicopatología del Centro Médico Fitz Roy, Liliana Moroni, destacó al portal de investigación UniDiversidad: “se recomienda ir a un gimnasio, darse el tiempo para disfrutar de un almuerzo saludable, salir a caminar, entre otras cosas. Bajar las expectativas o metas propuestas para que sean realistas y acordes con las verdaderas posibilidades”.

Asimismo, hizo hincapié en practicar la autovaloración en el trabajo: “Advertir los pequeños logros, darles visibilidad, no minimizarlos, sino remarcarlos y pensar que merecen celebrarse para compartirlos con compañeros, amigos y familia es clave. En este momento en el que las restricciones se están abriendo, es recomendable, en caso de hacer home office, cambiar de lugar físico, ir a un bar, a la casa de un familiar o volver a la oficina al menos dos días por semana para empezar a compartir con los compañeros”.

Moroni también enfatizó que junto a las medidas de vacunación adoptadas por empresas multinacionales como Google o Facebook para la modalidad de trabajo híbrida, las empresas locales “deberían implementar diversas herramientas tales como charlas, talleres, capacitaciones guiadas por los líderes de los sectores más afectados, entre otros”, para minimizar la alza de trabajadores estresados o al margen de problemas de salud mental.

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