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- 03/11/2021 00:00

El pasado 25 de octubre, un equipo de investigadores liderado por el profesor Leonel González presentó el proyecto de innovación tecnológica 'Árbol robot como herramienta para el seguimiento y refuerzo de tareas en niños con TEA', ideado con el objetivo de impactar positivamente los procesos de aprendizaje de los niños con TEA y participante en la convocatoria pública para Proyectos Educativos en Ciencia y Tecnología de la Dirección de Fortalecimiento del Aprendizaje en la Ciencia y la Tecnología de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt).
El proyecto fue ganador de una suma de $30,000.00. Con estos fondos, sus investigadores compraron los equipos e insumos necesarios para el desarrollo de ocho árboles robots MyRoT.
Durante su presentación en la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) se realizó la donación de seis dispositivos al Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) –para beneficiar sus sedes ubicadas en Chiriquí, Herrera, Veraguas, Penonomé, Betania y Tocumen– y uno a la Fundación Laboral Jóvenes con Discapacidad (Jadis). Actualmente, el equipo de investigadores conserva un ejemplar para continuar avanzando con el proyecto.
Por su parte, el profesor Leonel González, técnico con especialización en automatización industrial, investigador principal del proyecto, afirmó que MyRoT es el primer robot social del mundo con estética de árbol. González anotó durante su discurso –citado en el sitio web de la Senacyt–: “Pondremos a disposición de los especialistas una herramienta tecnológica que capta la atención de los niños y facilita el proceso enseñanza-aprendizaje cuando el especialista realiza las tareas de refuerzo o seguimiento a los niños con TEA y con necesidades educativas especiales dentro del aula de clases. Generaremos un modelo a seguir para otros países”.

Este proyecto impactará positivamente a los más de 15,774 estudiantes que pertenecen al IPHE. El robot está compuesto por una apariencia de árbol “barrigón”, con dos versiones, una fija que mide 1.50 m de alto, y una versión portátil que cuenta con 40 centímetros de alto. MyRoT permite comunicaciones con streaming de audio y video en un navegador de internet. Además, permite las comunicaciones por medio de mensajes de texto, videollamadas y archivos enviados a través de navegadores como Chrome, Firefox y Opera, tanto en sus versiones para Windows como para Android y iOS.
La app para MyRot fue desarrollada con lenguaje Dart y Javascript, mientras que su arquitectura se basa en dos extremos donde el árbol es el estudiante, y la terminal es el operador (profesor). Estos intercambian audio y video mediante un túnel de comunicación encriptada creado por el protocolo WebRTC.
“En su 'tronco' tiene integrada una tableta que proyecta una imagen de un rostro y puede expresar diferentes gestos o emociones, mediante una bocina inalámbrica emite la voz del especialista, quien desde una app instalada en su celular o computadora habla y realiza su trabajo, esto crea la ilusión de que el árbol está hablando”, explicó la bióloga botánica y escritora infantil Herminia Peña.

Mucho antes de existir el primer robot con estética de árbol, Peña había publicado su libro de cuentos, el cual contenía siete historias, entre los que estaba 'El Barrigón'; es entonces que Peña diseña y crea una maqueta para representarlo. Esto da pie a la integración de la historia creada para sus hijos –de los cuales el menor, Eliezer, fue diagnosticado con TEA en 2018–, junto con los conocimientos de automatización industrial de su esposo Leonel, quien le incorporó un iPad mini con una imagen de rostro del árbol, añadiendo los audios de los cuentos para que el árbol robot “narrara” los cuentos.
Una vez conocido el diagnóstico, esto les motivó a convertir el robot narrador, en MyRot, el robot que podría ayudar a su hijo, y muchos otros niños a aprender de mejor manera aún fuera de las aulas tradicionales. La funcionalidad del sistema operativo permite su fácil implementación en los centros educativos y de tratamiento especializado en las provincias del país.
De su experiencia como madre, Peña contó a La Estrella de Panamá: “Una vez recibes el diagnóstico tienes varios sentimientos encontrados. Por una parte, estás tranquila porque hay una explicación a su comportamiento, la cual esperabas con ansias. Por otro lado, tienes mil preguntas al mismo tiempo, porque sientes que el futuro es incierto. Pasas por un periodo de duelo, y cuando tienes todo en orden, empiezas a vivir un día a la vez y superar cada reto que se aparece”.
Para Peña la información y apoyo de los especialistas es “primordial y clave” para vivir con un hijo con cualquier discapacidad. “Yo pensaba que las personas que tenían hijos con discapacidad eran seres especiales, pero descubrí que ellos nos hacen especiales”, apuntó, “aún así, quiero enfatizar que todos tenemos talentos, defectos, habilidades, conductas..., que nos hacen únicos como individuos, pero tener una condición física y/o mental, supone un reto mayor; y aunque es de humanos equivocarse, es de grandes no juzgar a primera vista o ligeramente”.

MyRot, que Peña y González han utilizado con su pequeño desde que tenía cuatro años, ahora se encuentra en estudios y avances para mejorar su funcionalidad y poder replicarlo con más dispositivos en el futuro. “Al tratarse de una aplicación tecnológica dirigida a una población vulnerable, debe contar con una rigurosa evaluación previa a su uso dentro de un contexto académico, lo cual implica evaluar su efectividad y aplicabilidad en la vida cotidiana con suficiente evidencia comprobada”, explicó Peña.
Esta es la principal razón por la que resulta indispensable que los investigadores involucrados en la creación del robot (Alan López, Víctor López, y los ingenieros Marcos González, Humberto Torres, Myriam Chávez, así como el joven de 15 años Obed González, quien colaboró en la mejora de la plataforma web de la app) realicen la investigación con los estudiantes con TEA del IPHE para generar evidencia sobre la efectividad del árbol robot MyRoT.
Este proyecto cuenta con un protocolo de investigación avalado por el Comité de Bioética de la Universidad de Panamá (CBUP), a la vez, la Fundación Ciudad del Saber respalda el proyecto como entidad administradora de los fondos.
Además de donar una cantidad de dispositivos a las sedes del IPHE, Peña indicó que se está trabajando en la meta de incorporar a MyRot con escuelas, fundaciones, clínicas, hospitales y demás centros de apoyo para niños con TEA y otras necesidades educativas especiales (NEE) de Panamá y otros países. “Buscamos lograr crear una gran red, donde los niños se beneficien de los conocimientos y experiencia de especialistas que se encuentren dentro y fuera de Panamá”, anotó la bióloga botánica.

Señaló que se están aceptando donaciones para promover el estudio y los avances investigativos con MyRot: “Si una empresa quiere hacer una donación, debe contactarnos para conocer el detalle de la investigación que necesitamos realizar para continuar este proyecto. También el monto podrá ser utilizado para exoneración de impuestos”, explicó Peña.
Actualmente, el paso a seguir es el inicio de la investigación científica, la cual servirá para demostrar la eficiencia de MyRoT como una herramienta terapéutica que ayuda a captar la atención del paciente o estudiante, mientras el especialista realiza su trabajo.
Para hacer viable su uso dentro de una población estudiantil de más de 15 niños y jóvenes, Peña señaló que MyRot será “personalizable”, lo que la bióloga apuntó a través del eslogan “Todos somos MyRoT”: “Este robot social no es autónomo, por el contrario, es el especialista (maestro, psicólogo, terapeuta ocupacional) quien realiza el trabajo, utilizando a MyRoT como un interlocutor para captar la atención del paciente o estudiante”.
Es decir, los especialistas podrán “personalizar” la atención que MyRot dé a los estudiantes dependiendo de sus necesidades educativas y la frecuencia con las que se lleven a cabo las sesiones durante la semana.
En cuanto a la calidad educativa actual, Peña señaló que “es excelente”, pero hizo hincapié en aumentar la cantidad de profesionales especialistas para tratar a los estudiantes: “Los niños y jóvenes con TEA y NEE requieren de una educación de calidad, pero si la cantidad o frecuencia impartida es baja, vemos los avances de sus logros más lentos”.