El 'jazz' desde la perspectiva de la unidad y la pasión

Actualizado
  • 20/01/2022 00:00
Creado
  • 20/01/2022 00:00
El grupo Global Jazz Womxn PZ-533 conversó con 'La Decana' sobre la importancia de perseguir sus metas en la música, la representación desde diversos sectores y el trabajo arduo como banda joven
La agrupación fue creada por Patricia Zárate, y la integran Camila Cortina, Ciara Moser y Francesca Remigi.

El Panamá Jazz Festival (PJF) recibió su última ovación el pasado 15 de enero, tras una semana llena de actividades y conciertos especiales en formato híbrido, dando espacio a nuevos artistas del jazz junto con otros consagrados en la celebración anual. En esta ocasión, guiadas por la directora ejecutiva del PJF, Patricia Zárate, la agrupación femenina Global Jazz Womxn PZ-533 realizó su primera presentación en suelo panameño.

En una conversación con La Estrella de Panamá, la banda fundada por Zárate y conformada por Camila Cortina Bello (Cuba), Francesca Remigi (Italia) y Ciara Paula Moser (Austria) compartió la historia de sus inicios desde el Berklee College of Music en EE.UU., y cómo estar bajo la tutela de Zárate ha impactado en la unión de sus talentos para este nuevo proyecto musical.

Las tres músicas profesionales han destacado individualmente por sus talentos, siendo educadas en música clásica, y luego llevando su ingenio al jazz como género de mayor interés en sus carreras.

Para Moser, las clases de violín como estímulo de su educación musical y terapia ante la discapacidad visual, le permitieron despertar su pasión por la música, conociendo artistas de diversos géneros y corrientes.

PZ-533 tuvo su primera presentación en Panamá durante el PJF y dictó talleres musicales.

“Al cumplir los 13, mis hermanos y yo formamos una banda junto con unos amigos y necesitábamos un bajista, por lo que aprendí a tocar bajo y así conocí muchos otros estilos musicales”, apuntó a este diario, “luego conocí el jazz durante la secundaria uniéndome a talleres de improvisación musical, lo que me hizo enamorarme del jazz”.

Por su parte, Cortina –quien se destaca en el piano–, comentó que sus inicios en el género se dieron junto a su hermana mayor, “quien oía jazz todo el tiempo en casa”. Poco a poco sus composiciones se transformaron y su talento fluyó hasta llevarla al Berklee College of Music.

Ahora es la pianista principal de PZ-533. “El jazz es un viaje hermoso que te permite tener mucho espacio para la creatividad y el aprendizaje”, apuntó, “por eso lo amo y me reúno con personas que también lo sienten así”.

El trío de instrumentistas se reunió por primera vez durante un semestre de la clase de actuación musical y activismo social para el programa de maestría del Berklee Global Jazz Institute en Berklee College of Music, el cual está bajo la tutela de Zárate.

El Berklee College of Music es el único instituto que presenta la educación de tecnología musical para personas con discapacidad visual.

El nombre de su banda hace referencia a las siglas PS (que se dan por la clase de performance) y la cifra 533, que se refiere a una clase de nivel superior abierta solo a estudiantes graduados.

El 'jazz' como un lazo

Moser describió su experiencia con el género como “un lazo” que le une con otras personas, siendo un espacio de libertad y personalidad única.

“Soy ciega y eso me hace diferente, pero siendo música puedo reunirme con otros músicos y tener lazos con ellos a través del jazz, eso es lo que más me gusta”, anotó.

Además, la violinista señaló que el jazz es un género musical “sin límites” que permite crear mezclas únicas “sin temor”, porque es adaptable a cualquier otra corriente.

“Realmente nos da el espacio para crear algo completamente diferente, que no se consigue en la música clásica, pero que al entender sus bases te da aún más herramientas para alcanzar aquello que se mantiene sin descubrir. Es una experiencia de exploración continua”, agregó.

Para Remigi, el jazz es la capacidad de “cometer errores que den inicio a algo nuevo”. Como baterista de la agrupación, Remigi compartió que salir del perfeccionismo que infringe la música clásica, es “una liberación de emociones e ideas nuevas” que nacen una vez que toma control de su instrumento.

“Alentamos a los músicos a encontrarse en el jazz, lejos de la constante presión que pueden demandar otros géneros musicales, y a darse una oportunidad de descubrir algo que nunca antes han sentido”, aportó.

Retos y superación

En medio de una pandemia, PZ-533 no ha tenido numerosas presentaciones, ya que los sitios de “toque” en EE.UU. se han reducido y los macroeventos culturales se han cancelado por las variantes ómicron y delta.

Aun así, para el trío es un momento de retos que se debe superar con “esfuerzo y trabajo duro”.

“Somos un grupo muy joven y no muy conocido, pero nos mantenemos practicando juntas, sacando el trabajo adelante, y siendo humildes ante todo”, comentó Cortina.

La pianista cubana señaló la importancia de la humildad en un contexto de “suerte” al estar constantemente expuestas a “grandes músicos” en Berklee. “Es un pilar de nosotras mantenernos en el camino que hemos escogido, sin dejar que se nos suba a la cabeza nuestro progreso, pues ahora somos mejores que hace dos o tres años, pero aún sentimos esa sed de aprendizaje; queda mucho por conocer y el reto es ser constantes”.

Por su parte, Remigi indicó que sobrepasar los “comentarios sexistas” es un reto que se sigue manifestando en su carrera musical. “Me sorprendió que nadie me preguntara si era difícil ser una baterista en el mundo del jazz o me dijera que era genial en mi instrumento 'a pesar de ser una chica', es decir, comentarios que he escuchado toda mi vida”, mencionó, “eso ha sido muy bueno e interesante, porque he luchado contra esos prejuicios tanto en Europa como en Estados Unidos, y aquí ha sido diferente”.

“Queremos asegurarnos de transmitir que nuestro valor se define por nuestro talento musical y no porque seamos mujeres tocando instrumentos musicales”, puntualizó la baterista italiana, “porque en este medio se hace muy fácil ser tratadas con condescendencia”.

Pese a esto, las músicas se mantienen optimistas frente al futuro de la música y el respeto entre profesionales dentro y fuera de EE.UU., donde en 2018 la consultora Statista mostró que la participación de los productores en la industria de la música estaba dominada por hombres en un 97,7% y había una mínima participación de mujeres en un 2,3%.

Moser apuntó que ahora los músicos tienen “mayores recursos y tecnología” para hacer cambios duraderos en la industria.

Intercambio cultural

La banda no se une solamente a través de su pasión por el jazz, sino también por el claro intercambio cultural debido a sus países de origen.

Al llegar por primera vez a Panamá para formar parte del catálogo del Panamá Jazz Festival, el trío comentó su alegría por visitar un país latinoamericano tras dos años de pandemia y restricciones de turismo. “Les dije a las chicas que estoy muy emocionada, pues vengo de Cuba, pero es la primera vez que visito otro país latinoamericano”, compartió Cortina.

“Vivimos en Boston [Massachusetts] con un clima frío, pero que es muy buen lugar para vivir”, comentó, “pero al llegar aquí me sentí arraigada a mi cultura, a esas bellas partes de nuestra región y nuestra manera de saludar con un '¿cómo está'?' a los extraños que vemos en la calle. Es un gran recordatorio de dónde vengo y me he sentido bienvenida”.

Para Remigi fue una experiencia lejos de la “popular población italiana” con distintos rasgos, pero se mantuvo como una evidencia de “la amabilidad y generosidad panameña”. Asimismo, destacó el aumento de audiencia joven durante el festival. “Ver a los jóvenes que vienen a escuchar jazz es algo que no pasa en Europa, quizá más en EE.UU. porque es donde nació el género; pero es muy lindo ver ese interés multigeneracional fuera de lo común”, enfatizó.

Lo que sigue

Tras presentarse en el PJF, el trío comentó que su siguiente paso será grabar un disco de sus composiciones originales, una meta a mediano plazo en la que ya están trabajando.

“En los próximos cinco años esperamos contar con diversos álbumes de nuestras composiciones originales”, anotó Cortina.

“Nos sentimos tan inspiradas porque podemos ver que todos los que nos acompañaron están hambrientos de aprender y de saber que tenemos un poco de conocimiento que podemos compartir y beneficiar a otras personas en su proceso de aprendizaje. Seguir adelante como músicas es algo que disfruto mucho”, indicó Cortina.

Además, “me siento muy feliz de estar en un camino que combina rendimiento, composición y enseñanza musical, de una forma bastante equilibrada”.

A través de los talleres que impartieron durante el festival, la agrupación pudo probar sus habilidades de enseñanza con los jóvenes que asistieron el pasado 13 de enero. “He mejorado mi confianza y he descubierto lo importante que es saber enseñar lo que has aprendido, sobre todo porque hay una necesidad presente en el país”, mencionó la baterista italiana.

Por su parte, Moser destacó que más allá de las grabaciones, su mayor sueño es la enseñanza y la apertura de puertas en la industria musical para personas con discapacidades. “Por un lado, quiero ayudar a las personas ciegas y luchar por sus derechos, pero por otro lado, queremos educar al mundo sobre cómo es tener una discapacidad y cómo podemos incluir a todos, haciendo que la educación sea accesible para estas comunidades”, subrayó.

“Es importante reconocer el valor que agregamos a la industria musical, y desde Berklee hemos intentado crear espacios de comunicación y desarrollo de tecnología para hacerlo posible”, concluyó.

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