Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 12/09/2022 00:00
Con mi amigo Esteban teníamos pendiente tomarnos un cafecito hace tiempo, así que decidimos aprovechar para charlar de proyectos y salir de esa “falta de cafeína”.
Fuimos a un lugar a pedir un par de capuchinos ( aunque él prefirió tomarse un té a decir verdad); resultó ser un cafecito francés de esos donde hacen figuritas al capuchino con la leche. Siempre me ha parecido un arte el hacerlas bien y un artesano quien las hace con estilo.
Conversamos sobre proyectos en común y los retos que estos traen, pero la verdad no se como terminamos hablando de la atención al cliente en el país, los retos y lo difícil que es encontrar una buena actitud de servicio en el ecosistema local.
Particularmente me contó sobre la dificultad de lograr que quienes atienden directamente a los clientes, fueran más corteses; hubo algo en particular que me contó y que me dejó perplejo. En muchos casos que él directamente conoce, los empleados se quejaban que se los obligaba a “humillarse” ante los clientes, a ser “serviles” por el hecho de tener un lenguaje amable y una actitud de servicio. Esto se vuelve un conflicto que al final termina generando en los dueños de los negocios una conflicto que nunca se resuelve a favor del cliente.
Este caso me hizo reflexionar mucho sobre el asunto del servicio en Panamá, yo escucho la queja constante de muchas personas ( turistas, viajeros etc.) a este respecto. Si la actitud de servicio, es confundida con el “servilismo”, creo que puede generar una distorsión peligrosa que finalmente evitará que quienes atienden al público sean amables de forma genuina.
Las personas en el país son mayormente buenas, lo sé pues llevo ya mucho tiempo viviendo aquí y me consta, pero si pudiera dar un consejo a los interesados en las áreas de servicio y a todos en general, sería este: “Servir enaltece”. En la biblia Cristo hizo hincapié en el hecho que “para ser el más grande, hay que ser el más sencillo”, y a nivel de negocios si uno no entiende que debe “romper toda barrera” que lo distancia a uno de su cliente, eventualmente se va a quedar sin él.
No importa qué cosa hagamos en la vida siempre tendremos “clientes que atender” y si queremos que nos sigan prefiriendo, debemos ser capaces de mirarlos a los ojos, no desde un pedestal y demostrarles de forma transparente, que honestamente nos preocupa ayudarlos en el requerimiento que tengan.
Lo anterior aplica según creo hasta para las relaciones de pareja, la mejor forma de garantizar que la otra persona no busque “cambiar de proveedor”, es garantizar el mejor “servicio al cliente”.
Atender a las personas es un poco como hacer figuritas con la leche en el café, requiere dedicación y entender que con cosas tan simples como el café y la leche, se pueden hacer cosas extraordinarias.
Me despedí del señor Cheong con la promesa de no dejar pasar tanto tiempo entre “café y té” y seguirle metiendo cabeza a temas del país, donde seguro están los problemas que se pueden convertir en oportunidad.