Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá

- 28/06/2025 00:00
La historia de las ciudades no solo se narra a través de grandes acontecimientos o monumentos, sino también por medio de sus barrios, calles y espacios cotidianos. Uno de estos espacios emblemáticos en la ciudad de Panamá es El Cangrejo, cuya presencia se registra tempranamente en mapas del siglo XIX. Originalmente una finca rural, este terreno perteneció a la familia Hurtado, actores relevantes en la vida política convertidos en terratenientes. Uno de sus miembros, Manuel María Hurtado, fue senador por el Istmo de Panamá en la Legislatura de 1823, poco después de la incorporación del Istmo a la Gran Colombia en 1821. Ese mismo año, el Congreso colombiano emitió un decreto para distribuir tierras estatales con el fin de atraer inmigración europea y norteamericana. Aunque se crearon numerosas compañías para gestionar estas concesiones, la iniciativa tuvo poco éxito, en parte por sus objetivos implícitos: aumentar la población extranjera y desplazar a las comunidades indígenas. Fue así como los Hurtado lograron hacerse con importantes extensiones de tierra en Panamá.
Durante la primera mitad del S. XX, la urbanización El Cangrejo resultó ser uno de los fraccionamientos de la antigua finca de los Hurtado, que abarcaba terrenos comprendidos entre el camino de Las Sabanas y el río Curundú, la quebrada Paso Valiente y el cerro de La Pava, así como los límites entre las fincas El Carmen y Perry’s Hill. El resto del fraccionamiento dio origen a otros sectores como Nuevo Bella Vista (hoy La Cresta), el Barrio Obrero o Pasadena, y los terrenos de la escuela Artes y Oficios, el colegio La Salle, el hotel El Panamá y la Ciudad Universitaria.
El desarrollo de la zona conocida como El Cangrejo fue impulsado por la sociedad Urbanización El Cangrejo, S.A., representada inicialmente por Eduardo Chiari Robles (1879–1958). El área urbanizada se localizaba entre el camino de La Locería, la finca El Carmen, el camino de Las Sabanas y la carretera Transístmica. En 1947, la Compañía Unidos de Duque diseñó un nuevo plan urbanístico con 150 lotes, organizados en torno a un bulevar central arbolado, que más tarde sería conocido como vía Argentina. La maqueta del proyecto fue elaborada por el arquitecto Ernesto de la Guardia III. En 1952, el Estado otorgó a la sociedad un reembolso de B/.123.274,92 como compensación por la construcción de infraestructuras de acueducto y alcantarillado, a pesar de que no existía un contrato formal con la nación. Aunque hubo precedentes similares en otras urbanizaciones, este caso destacó por la informalidad del acuerdo. Para 1953, la empresa era representada por Juan Pastor Paredes.
El nombre de vía Argentina coincidió con la visita de una misión diplomática de alto nivel de la República Argentina a Panamá, la Misión de Buena Voluntad, encabezada por el embajador extraordinario y plenipotenciario Diego Luis Molinari. La delegación, que incluía senadores y diputados nacionales, arribó a bordo del crucero Rivadavia como parte de un recorrido por América Latina para promover la amistad entre Argentina y las naciones del continente. Esta misión fue enviada por el entonces recién electo presidente Juan Domingo Perón. Durante la visita, se celebró una marcha con marinos y cadetes argentinos en la Plaza de la Independencia de la ciudad de Panamá. Además, el embajador ofreció un discurso en la Universidad Interamericana —hoy Universidad de Panamá— y participó en múltiples actos diplomáticos y culturales.
Uno de sus símbolos más reconocibles es el homenaje escultórico al físico Albert Einstein (1879–1955). Esta escultura fue una donación del Consejo Central Comunitario Hebreo de Panamá, inaugurada en enero de 1968 y realizada por el escultor panameño Carlos Arboleda (1929-2021). El acto inaugural fue presidido por Max Del Valle Maduro (1911–1979), el primer ciudadano judío en ejercer la presidencia de Panamá y vicepresidente durante el gobierno de Marco Aurelio Robles. En 2018, con motivo del 50 aniversario de la escultura y la renovación de la calle, la Alcaldía de Panamá transformó el antiguo redondel vehicular donde estaba situada la escultura en un espacio público.
Diversas representaciones de Einstein han sido reconocidas por su valor artístico. Tras su muerte, su cerebro fue extraído sin consentimiento familiar para estudios científicos, lo que contribuyó al mito que rodea su figura. Sin embargo, el primer busto importante del científico fue realizado en vida en 1933 por Sir Jacob Epstein (1880–1959), mientras Einstein se refugiaba temporalmente en Inglaterra tras huir del nazismo. Epstein describió al físico como una figura fascinante, destacando “la combinación del cabello salvaje de Einstein flotando en el viento y su mirada, mezcla de humanidad, comicidad y profundidad”.
La urbanización de El Cangrejo representa un ejemplo significativo del proceso de modernización urbana en la ciudad de Panamá durante el siglo XX, que además mantiene ciertas similitudes con la urbanización Punta Paitilla en su trazado. Desde sus raíces como finca rural hasta su consolidación como un sector planificado, su evolución refleja la influencia de iniciativas privadas y gubernamentales. El diseño de sus calles, la incorporación de zonas residenciales y educativas, y la creación de espacios públicos como el parque Andrés Bello y la escultura pública marcaron el inicio de una comunidad con identidad propia. Hoy, El Cangrejo no solo conserva elementos originales de su planificación, sino que también se ha consolidado como un espacio de referencia cultural, arquitectónica y comercial de la capital panameña.