Belenismo, un arte de emociones y tradiciones

Actualizado
  • 23/12/2020 10:24
Creado
  • 23/12/2020 10:24
Se trata de la representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad los hogares, iglesias y comercios

La construcción y exhibición de belenes o belenismos (también llamados nacimientos, pesebres, portales) forma parte de la liturgia navideña en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica. No es para menos, se trata de la representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad en los hogares, iglesias y comercios.

Abdiel Mena, un comunicador social quien aplica con talento, dedicación y vocación la técnica belenista, considera que el nacimiento es la representación más auténtica de la Navidad, y con su emprendimiento busca cargar de emotividad al espectador por su creatividad, simpleza y realismo histórico.

La confección de belenismo es una tradición de la iglesia católica para honrar en nacimiento de Jesucristo.

Recuerda que el primer belén tuvo pesebre pero no recién nacido. "Sin figuritas, ni personas, solo con una representación simbólica del nacimiento de Jesucristo, una cueva cercana a la ermita de Greccio (Italia) inspiró a San Francisco de Asís para conformar el que se conoce como primer nacimiento de la historia", menciona Mena.

En 2023 se cumplirán 800 años de aquel "drama litúrgico" que ha evolucionado a lo largo de los siglos —a España llegó en el siglo XV y se hizo fuerte en el barroco— hasta llegar a lo que hoy llamamos belén.

Con España e Italia como puntas de lanza de este arte popular —sin desmerecer su fuerte presencia en Alemania, Francia, países del Este y Latinoamérica—, en Panamá, por ejemplo; hay belenistas que han marcado a lo largo de los años su propio estilo y Mena es uno de ellos. Hoy reproduce dioramas, casas hiperrealistas y sobrecargadas de detalles bajo el nombre Belenisi.

Una tradición familiar

Según Mena esta tradición la heredó de su madre, oriunda de Penonomé, quien por años ha montado el belenismo en su hogar.

Son las fases clásicas en la transmisión de un arte que lucha, a nivel internacional, por ser considerado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (Unesco).

Según Abdiel Mena, creador de estas piezas, le toma alrededor de tres a cuatro días.

Según comenta este creativo apasionado su primer nacimiento fue de cartón y lleno de muchas ovejas, pero sin dudarlo es y será el más especial en su vida. "Panamá vivía momentos difíciles en la década de los 80 y fue en el año de 1989 que mi madre nos hizo el primer belén. No paraba de mirarlo, mi fascinación era increíble y eso sin duda marcó mi vida", reconoce.

Añade que este belén cuenta con otras piezas pero sigue siendo hoy por hoy un espacio de unión y de reflexión para toda la familia.

A su vez Mena resalta que que todos los belenes son grandes obras y eso sale de los sentimientos y las emociones, y tiene que ser una obra personal.

"Es un arte 360, completo —recalca—, en muchas ocasiones tienes que tener conocimientos de muchas materias y técnicas, no solamente de estética, sino también de paisajística, de proporciones, “lo que montas debe ser viable y realista", además es un proceso en el que nunca terminas de aprender", detalla.

Utiliza materiales que no dañan al medio ambiente.

Para Mena, en un belén hay siempre un significado, algunas veces es visible y otras veces son mensajes ocultos a descubrir. "Cuando se hace un diseño hay mucha simbología, con la interpretación de cada artista del misterio del nacimiento de Jesús".

En su caso, son horas dedicadas a cada pieza, donde la autocrítica acompaña a muchos de sus escenarios y diseños.

Mientras que, Alejandro Salgado, quien cuenta con aproximadamente 15 años de experiencia en la construcción de nacimientos.

"En esta tradición familiar pueden ver todas las escenas desde la anunciación de la Virgen hasta la huida a Egipto", señala Salgado, quien añade que lo hace por hobby y por fe ya que es muy devoto del nacimiento de Jesucristo.

Asegura que demora alrededor de 20 días armar todo el nacimiento el cual consta de piezas antiguas heredadas de su tátara abuela.

"Una vez terminado el nacimiento muchas personas vienen a verlo hasta que se quita el 6 de enero", comenta. 

Piezas de tiempo y proceso

El tiempo invertido que se suma en la producción es incalculable. "Lo que nunca se cuantifica en esto es el trabajo personal y la creatividad, los materiales y demás se ven y se pueden cuantificar, pero lo otro no", sostiene Mena.

Indudablemente, los belenes, hasta los años 90, eran muy humildes en los materiales, prácticamente, siempre se ha trabajado con la escayola, los materiales principales eran algunas tablas, cartones y musgo. "Los nuevos materiales, como la espuma de poliuretano o el porexpán han revolucionado el belenismo. Se puede modelar más fácilmente, es más ligero y el resultado es realista. Se alcanza una exquisitez sublime, pero cuesta también", asegura.

Menciona que algunas casas, pueden tomar cerca de cuatro días de trabajo, pintado y pegado. "En lo particular utilizo elementos naturales y sintéticos en mis creaciones a fin de lograr algo diferente, desde la arena, masilla acrílica, piedras, pintura acrílica, aserrín e incluso hojas de ciprés y orégano para hacer arbustos. No utilizo mucho el boceto, más bien imagino y creo, me traslado mentalmente en silencio y simplemente creo", reconoce. 

Belenismo es una tradición de antaño.

Igualmente explica que una escenografía puede demorar entre tres a siete días, incluso de 300 y 400 horas de trabajo en casos excepcionales. He visto belenes que se toman hasta la mitad del año para montarse. "De hecho, he logrado ver a muchas personas que sacrifican una habitación o su portal entero desde el mes de septiembre para ir construyendo su belén. Lo van haciendo entre toda la familia y compran cada año piezas nuevas El que tiene esta pasión se la toma con mucha intensidad", explica.

Para Mena, este tipo de creatividad no culmina el 25 de diciembre porque "no has terminado con uno cuando ya estamos pensando en el del próximo año, y a pesar de la virtualidad, el pesebre en nuestros tiempos siempre producirá emociones tantos a los adultos, niños y niñas", puntualizó. 

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