Hilos tensores siguen vigentes como aliados del rejuvenecimiento

A medida que pasan los años, la piel envejece, pierde firmeza, textura y elasticidad, lo que contribuye a la aparición de las indeseadas arrugas. Afortunadamente las técnicas de rejuvenecimiento estético han mejorado y hoy son menos invasivas.

Una de estas es el procedimiento con hilos tensores también conocidos como hilos japoneses, una técnica no intrusiva, para la cual no se necesita cirugía, y es indolora, según los expertos.

Los hilos se insertan bajo la dermis con la ayuda de una aguja muy fina. Como no se necesitan incisiones, no se originan cicatrices. Por tanto, los resultados son muy efectivos y se notan inmediatamente, explicó a EFE el doctor José González Vidal.

“Con este método se estimula el rejuvenecimiento de la piel y se consigue tensar la piel, lo que produce que desaparezcan las pequeñas arrugas y que se reafirme el rostro”, dijo.

Con los hilos tensores llega una nueva ingeniería faciocorporal, un salto cualitativo frente a tratamientos anteriores. “A este técnica se la conoce como Silhouette, el nuevo lifting no quirúrgico”, comentó el galeno.

Su éxito es similar al que tuvo la toxina botulínica en su momento, consigue un rejuvenecimiento facial casi inmediato con una técnica segura, muy sencilla y rápida, sin incisiones, sin dolor y con un material biocompatible y reabsorbible. “Son una versión muy mejorada de los clásicos hilos de oro”, destacó.

En Panamá, este novedoso método también es una realidad. Actualmente hay varias clínicas estéticas que ofrecen este tipo de tratamiento tanto para hombres como para mujeres.

Armando Mocci, especialista en dermatología, comentó a la revista Salud Panamá que los hilos tensores son una muy buena opción para aquellas personas de avanzada edad, que son candidatas a cirugía, pero que no desean someterse a este tipo de procedimiento en un quirófano. “Con esta técnica se pueden conseguir buenos resultados, agradables y acordes con las expectativas del paciente”.

Según Mocci, los hilos tensores Silhouette se componen de una combinación de material biodegradable de menor tiempo de duración en los conos y de mayor tiempo en la zona de los hilos (ácido poliláctico).

La combinación de los dos tipos de materiales hace que en los puntos de anclaje los hilos vayan degradándose rápidamente, no sean visibles, ni palpables y la permanencia del otro hilo hace que el efecto sea mucho más duradero.

La implantación de estos hilos se indica cuando hay desplazamiento de tejido y flacidez cutánea. Los hilos ayudan a regenerar las células y el aumento de la síntesis de colágeno. Dicho proceso ocurre durante unos ocho meses, el mismo tiempo en que el cuerpo los reabsorbe y queda el efecto lifting.

“Esta producción de colágeno que sucede con los hilos rejuvenece el aspecto de la piel”, mencionó a la revista Queen Style Magazine, la médica Cristina Luque, dermatóloga de la Clínica Estética Carvajal, lugar en el que practican esta técnica.

Este procedimiento permite tensar el cuello y reafirmar el óvalo facial de forma ambulatoria, sin complicaciones y con efectos inmediatos. Lo normal es que se coloquen después de los 35 años, pero cada vez se ven personas de menor edad demandando el tratamiento. Solo deben estar conscientes de que los efectos tienen una duración aproximada de 18 meses y de querer repetirlo tras este tiempo, pueden solicitar otra sesión.

Según los especialistas, hay hilos tensores de monofilamento, los cuales están indicados para trabajar zonas como el óvalo de la mandíbula y la papada, aunque se pueden aplicar en toda la cara.

Igualmente están los hilos tensores multifilamento, que son de un grosor mayor y están compuestos por varios hilos. Con ellos se consigue un efecto relleno muy natural. Además, redensifican la piel.

Por último están los hilos tensores espiculados o dentados. Este tipo de hilos sirve para dar más tensión que los tradicionales, favoreciendo el efecto lifting.

Según los dermatólogos, cada piel admite un tipo de hilo determinado y, a su vez, cada hilo tiene una función específica. Los hilos se aplican justo debajo de la dermis y dependiendo de la piel, se utilizan los mono filamentos, se colocan en pieles finas con cierta flacidez y producen colágeno y una ligera redensificación del tejido.

A veces solo con la redensificación, la piel ya luce más tensa por el aumento del colágeno. Estos hilos se aplican con agujas más finas y se hace un 'enmallado' para crear una red que hará la función de malla de sostén.

Por otra parte, en las pieles más gruesas o con mayor flacidez se utilizan hilos espiculados, siempre reabsorbibles. Las espículas se colocan en una dirección y cuando se introduce el hilo, estas quedan cerradas. “Una vez colocado, lo que se hace para crear tensión es tirar de la punta que queda a la vista, con lo que las espículas se abren y quedan ancladas a modo de arpones, lo que rectifica inmediatamente la flacidez. Después de año y medio su efectividad se pierde un poco, pero la zona nunca volverá a estar como antes del tratamiento”, reconoció González.

El tratamiento con hilos es compatible con cualquier otra técnica de rejuvenecimiento facial. Actualmente se utilizan en la zona de los ojos, especialmente en la apertura del ángulo exterior del ojo, elevación de cejas o código de barras para tratar la flacidez y la redensificación.

Según González, la recuperación tras el procedimiento es muy rápida y el efecto de los hilos espiculados es visible al momento, aunque la cumbre del tratamiento es al mes, ya que aumenta el colágeno hasta conseguir el resultado deseado.

Aclaró que “la presencia física del hilo se mantendrá durante un par de meses y el efecto es visible entre un año o año y medio. Los hilos tensores se pueden colocar tanto a nivel facial como corporal, en brazos, abdomen, glúteos, parte interna de los muslos, línea externa bermellón labial y otros”.