Dos nuevos santuarios para salvar los anfibios

Actualizado
  • 20/05/2010 02:00
Creado
  • 20/05/2010 02:00
PANAMÁ. La lucha por la supervivencia de los anfibios tiene a los científicos buscando hasta debajo de las piedras la cura al mortal hon...

PANAMÁ. La lucha por la supervivencia de los anfibios tiene a los científicos buscando hasta debajo de las piedras la cura al mortal hongo que amenaza con llevar a las especies a desaparecer de la faz de la Tierra.

Aquí en Panamá, un grupo de cuatro biólogos investigadores trabajan sin descanso en las zonas más diversas de anfibios para recolectar especies que aún no han sido contagiadas por esta nefasta enfermedad.

Los avances han sido mínimos. El Batrachochytrium dendrobatidis , un microorganismo que se encuentra en el agua y que al entrar en contacto con los anfibios los mata en cuestión de días, ha llegado a afectar las zonas con la más rica biodiversidad en el país.

En el año 2004, el hongo llegó a El Copé, provincia de Coclé. Dos años más tarde, se había extendido al hogar de la “rana dorada”, El Valle. En el 2008, el hongo había invadido los cauces del Parque Nacional Soberanía. Los pronósticos del avance de la quitridiomicosis—la enfermedad provocada por el hongo— son alarmantes. “En un par de años (2) llegará a Darién”, aseguró Roberto Ibañez, biólogo del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), que dirige el proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios en el Parque Municipal Summit. Esto sería muy lamentable. Darién tiene en sus entrañas especies de anfibios aún no registradas para la ciencia que podrían morir sin ser conocidas, explicó Ibañez.

El plan de conservación, que es respaldado por organizaciones de los Estados Unidos, México y Panamá a un costo de $750 mil por tres años, intenta evitar la extinción de las especies a través de la recolección y reproducción de los anfibios.

UN HOTEL Y LABORATORIO

Con el fin de protegerlos, los científicos adaptaron un refugio de vida para los anfibios en el Summit. “Son dos contenedores refrigerados que fueron donados por Maersk Line y modificados con peceras de vidrio, plantas, tubos de agua y aire acondicionado y bañeras. Allí los animales se crían y se reproducen. Ahora hay sólo 34 individuos, de los cuales cinco especímenes de Atelopus limosus , una especie de rana de la familia de la rana dorada, se están reproduciendo”, dijo el científico del STRI.

Los contenedores congelados también funcionan como un laboratorio donde se busca incesantemente, pero sin éxito hasta el momento, el remedio a la causa del declive de las poblaciones de anfibios reportadas en Australia y América.

Hasta ahora lo único que hemos logrado es encontrar un tratamiento que puede salvarlas en la fase inicial de la enfermedad. Se trata de colocar a las ranas por diez minutos en una bañera con solución antimicótica por diez días.

Aunque la situación de los anfibios es crítica en Panamá por la expansión del hongo, Ibañez confía en que reproducir en cautiverio especies simbólicas para la ciencia como la rana dorada, la arborícola de ojos rojos, el sapito limoso, el alerquín, etc ayudará a prolongar su existencia.

El Istmo de Panamá cuenta con 197 especies de anfibios, de las cuales 79; es decir, el 40%, está en peligro de extinción. Hay otro 26% del cual no se tiene registro, es decir, puedan estar amenazadas o haberse extinguido, dijo Ibañez.

Los científicos albergaban la esperanza de que la propagación del hongo fuera más lenta. Pero, ha sucedido lo contrario. El hongo ha ganado tiempo y la meta de salvar a los anfibios se aleja cada vez más.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus