Sistemas de drenaje sostenible: un enfoque de gestión eficiente

En esta entrega continuamos con la estrategia de resiliencia en su pilar tres, cuyo objetivo es redescubrir nuestra ciudad de humedales para repensar la infraestructura que nos protegerá de los efectos del cambio climático, por lo que se diseñó la acción, 'Sistema costero de espacios abiertos (SEA)'.

Para la aplicación del SEA el Banco Mundial (BM) preparó el informe, 'Evaluación del riesgo de inundación y priorización de infraestructura híbrida para la reducción del riesgo en la cuenca del río Tocumen, ciudad de Panamá', que busca, a través de la asistencia técnica contratada por el BM, brindar al Municipio de Panamá alternativas para implementar las acciones del programa de resiliencia que permitan la reactivación del borde costero de la ciudad de Panamá.

Como comentamos en la entrega previa, el BM busca con este estudio contribuir a materializar las visiones de la iniciativa del SEA del Municipio de Panamá, específicamente para la cuenca del río Tocumen y su costa, de manera que se logren intervenciones innovadoras para la ciudad basadas en soluciones fundadas en la naturaleza (SBN) y que permitan medidas de protección contra inundaciones al recuperar, conservar y proteger los ecosistemas de la costa.

Una de las visiones del SEA es el manejo adecuado de las aguas urbanas a través de la implementación de sistemas de drenaje sostenible (SUDS), de manera que, con este nuevo enfoque, se gestione el drenaje de las aguas superficiales con diseños ingenieriles que integren en sí mismos la ecología del lugar, y que reproduzcan las formas naturales de los procesos hidrológicos que hubiesen prevalecido antes de las intervenciones humanas para el desarrollo de las áreas.

En el caso de estudio de la cuenca del río Tocumen, el informe indica que la cuenca del este río cuenta con pendientes que van de empinadas a moderadas, característica que permite que la mayoría del drenaje sea por gravedad y que las aguas dentro de ellos terminen su recorrido al descargar en cada subcuenca que a medida que avanza hacia el mar, de unen al cauce principal del río.

Sin embargo, aunque las cuencas estén conectadas entre sí, este enfoque tradicional del drenaje de aguas superficiales trae consigo una amplia variedad de problemas tanto para la población humana como para el medio ambiente natural.

Parte de estos problemas ocurren durante lluvias intensas, cuando por la impermeabilización de las áreas que antes eran planicies inundables de los ríos y sus afluentes –recordemos que en Panamá, el sistema de drenaje se basa principalmente en canales abiertos revestidos con concreto y sistemas de tuberías de alcantarillado pluvial subterráneos– la escorrentía, es decir el agua durante la lluvia escurre hacia los cauces de los ríos en mayor volumen porque ya no infiltra en la superficie natural, y llega más rápido de un lugar a otro porque el ciclo del agua ha sido interrumpido, provocando que los caudales extremos sean más grandes ,lo que aumenta la probabilidad de ocurrencia de inundaciones.

Además, al romper el equilibrio del ciclo hidrológico se reduce la recarga de aguas subterráneas en la cuenca y, por lo tanto, durante la temporada seca se reducen también los flujos base, es decir, el caudal mínimo en los ríos durante el verano es menor en los ríos. Al reducirse el caudal de estiaje, se reduce la calidad del hábitat que requieren los macroinvertebrados y peces para desarrollarse. Lo mismo ocurre para el hábitat de las especies de aves que se alimentan de ellos.

Otro de los problemas que surgen al romper el ciclo natural de las aguas superficiales es que el agua que escurre por las áreas de superficies urbanizadas, se va impregnando de altas concentraciones de sedimentos, nutrientes y contaminantes de las actividades domésticas, industriales y de transporte y, como los sistemas de drenaje están diseñados para promover una escorrentía rápida, hay un potencial limitado para el asentamiento y la separación de estos contaminantes antes de que lleguen a los ríos y al mar.

El último problema que cita el estudio es sobre los sistemas de drenaje de aguas negras y aguas superficiales que están separados en la cuenca del Tocumen.

Frente a esto, la evidencia indica que se pueden presentar problemas con conexiones erradas de los drenajes de aguas negras con los de aguas superficiales, lo que se traduce en aguas combinadas y no tratadas que van directo al mar, contaminan los ecosistemas marino-costeros, y a su paso generan problemas de salud pública en las barriadas, comunidades y/o áreas pobladas.

“Los sistemas de drenaje sostenible son un enfoque para gestionar el desagüe de aguas superficiales que busca reproducir las formas naturales de los procesos hidrológicos que hubiesen prevalecido antes del desarrollo”.

Los SUDS utilizan el almacenamiento y/o la infiltración para controlar la escorrentía que se produce durante lluvias intensas con periodos cortos o largos de duración, idealmente manejan el agua como la almacenaría el subsuelo en el proceso natural. Además, brindan oportunidades para que los sedimentos y los contaminantes sean depositados, filtrados o biodegradados antes de descargar en el mar.

Al diseñar con SUDS las ciudades y sus zonas urbanas, se integra el paisajismo a los diseños y se generan espacios multifuncionales que traen beneficios en materia de biodiversidad, recreación, calidad del aire y enfriamiento.

Es de suma relevancia que cada vez hay más interés en aplicación de los SUDS como iniciativas de “ciudades esponja” que recuperen el equilibrio del ciclo del agua.

Un ejemplo de ello es Ciudad del Saber, que cuenta con un sistema de drenaje central fundado en canales cubiertos de concreto, lo que mejora los grandes espacios abiertos entre los edificios.

Este estudio del BM permite entender que existe un acceso público muy limitado a los ríos, bosques y manglares en toda el área de estudio, lo que, para la entidad internacional aumenta la indiferencia y la falta de compromiso de la ciudad y de las comunidades con el hábitat ribereño natural y de manglar que las rodea.

Sin una conexión con el entorno marino costero, es decir sin una conexión con el agua, el hábitat de manglar carece de protección ciudadana y aumenta la contaminación de los ríos con residuos sólidos, acciones que causan un impacto negativo sobre estos frágiles ecosistemas. Los sistemas de drenaje sostenible son un enfoque al desagüe urbano que busca replicar los procesos de evacuación naturales que hubieran prevalecido antes de la urbanización, para contribuir a la gestión del riesgo de inundación, y brindar otros beneficios incluyendo una mejor calidad del agua, espacios de esparcimiento, biodiversidad, mejor calidad del aire y enfriamiento.

La autora es investigadora científica en recursos hídricos e ingeniera civil. También es doctora en ingeniería agrícola con mención en recursos hídricos en la agricultura (Chile).