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- 20/03/2014 01:00
Mandar a los niños a la cama y pretender que concilien el sueño, es una tarea difícil, un verdadero desafío para muchos padres o personas que están a su cargo. Pero si se respeta su ritmo, mediante una rutina, todo será mucho más fácil.
Según Fernando Gómez, psicólogo general, de la Clínica Convergencia Panamá, uno de los principales problemas en las familias, es disciplinar a los niños respecto al horario de ir a dormir.
‘A algunos niños les cuesta mucho irse a dormir lo cual repercute tanto en su rendimiento escolar y sentido del humor.’, expresó el experto.
El niño no debe ver televisión o estar en la computadora una hora antes de irse a la cama, es necesario que él vaya relajando los sentidos y se calmen los estados de animo
Pero, ¿por qué resulta tan difícil para muchos papás lograr que el valla a la cama? Gómez sostiene que se da porque el niño durante el día recibe mucha excitación a través de todos los sentidos, hay demasiada estimulación en un día normal. El cambio brusco de una modalidad activa a una modalidad pasiva ya sea de dormir y de descansar, requiere de una preparación previa. ‘Muchas veces la gente ignora cual es el estado que debe tener una persona para dormir placenteramente’, dice Gómez.
Uno de los consejos del experto, es que el niño no debe ver televisión o estar en la computadora una hora antes de irse a la cama, es necesario que él vaya relajando los sentidos y se calmen los estados de animo.
Otro consejo es que la última comida sea una hora y media antes de la hora de acostarse.
Usted también debe establecer un horario y rituales consistentes para que el pequeño pueda irse a la cama sin mayores inconvenientes. La secuencia de un baño tibio, leer un libro y cantar canciones de cuna; preparan al niño para que el siguiente paso sea dormir.
Es importante que la habitación deba ser tranquila, acogedora y conductiva al sueño.
Sea flexible. Si una rutina no funciona, establece una nueva que se adapte al temperamento de su hijo y al estilo de vida de su familia.
No es prudente permitir que un niño pequeño se acueste después de las nueve de la noche y menos si al día siguiente debe despertar y estar en sus plenas facultades para atender en el colegio. El médico sugiere que el menor debe dormir de ocho a nueve horas diarias. Por último acueste a su hijo cariñosamente para reafirmar una sensación de seguridad.
LA CAMA NO DEBE SER UN CASTIGO
La doctora Rocío Sánchez-Carpintero en su artículo publicado dentro de los ’Protocolos de Neurología’ de Asociación Española de Pediatría, enumera una serie de medidas que ayudarán al niño a irse a la cama a la hora que precisan los padres. En este sentido, señala la especialista, ‘es importe evitar que el niño relacione la cama con una situación de castigo’.
Según esto, es un error mandar al niño a dormir por haberse portado mal. Sin embargo, sí conviene que el niño pase tiempo en su dormitorio durante el día, para que no lo asocie con el momento desagradable de tener que irse a dormir.
En este mismo sentido, el psicólogo Fernando Gómez opina que el dormir no debe ser un castigo. ‘Esta situación no debe darse nunca, ya que va a hacer que el niño le disguste la idea de dormir. Donde un niño pierda la voluntad de dormir, la familia va a tener problemas’, concluyó Gómez.