La higiene en la intimidad hace más felices a las parejas

Actualizado
  • 05/12/2019 00:00
Creado
  • 05/12/2019 00:00
El aseo meticuloso de los genitales, manos y boca, es indispensable antes de tener una relación sexual. Al hacerlo no solo se eliminan malos olores y secreciones, también se pueden prevenir ciertas infecciones de transmisión sexual

La higiene personal es la primera carta de presentación del ser humano y más si se trata de un encuentro íntimo con la pareja. La intimidad depende en gran medida de sensaciones y un estímulo negativo como un mal olor podría acabar de inmediato con el encanto, así lo demostró un estudio realizado por la Universidad de Southampton, el College London, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Glasgow.

La investigación establece que existen tres aspectos fundamentales que inciden en la pasión y en el apetito sexual: la conexión emocional, el descuido de la higiene personal y la falta de comunicación.

Los investigadores señalaron que “los olores en la pareja” son importantes para el otro y si no hay el aseo regular del cuerpo, el ajetreo del día a día puede incidir negativamente en el deseo sexual, así lo publica la revista ecuatoriana Familia.

En ese sentido, Eliécer Pérez Rivera, psicólogo y terapeuta de familia y parejas, comenta que la higiene personal incide mucho en la relación de parejas.

“Es sabido que al no mantener una buena higiene, las personas pueden acabar de inmediato con el encuentro sexual. La falta de aseo personal crea en las parte íntimas bacterias a tal punto de desprender olores no agradables durante el encuentro”, explica Rivera.

Añade que en todo encuentro sexual siempre hay caricias, besos en diferentes zonas del cuerpo y cuando el cuerpo de la pareja está bien cuidado y aseado, de acuerdo a los parámetros básicos de higiene, atrae mucho más el uno al otro. Su aroma resulta agradable e incluso la textura de su piel se hace mucho más atractiva, ya que pareciera estar más suave al tacto”, menciona el psicólogo, quien comparte algunas recomendaciones al respecto.

Sugerencias

En el caso de las manos, éstas deben estar siempre limpias, ya que durante el acto estarán en contacto con zonas sensibles y pueden contraer bacterias. “El contagio a través del tacto de ciertas enfermedades tiene un índice elevado cuando no existe la higiene adecuada. Además, en el encuentro sexual, las mismas suelen ser llevadas a la boca del compañero provocando riesgos mayores”, enfatiza Rivera.

Otro factor muy importante durante el encuentro sexual es el aseo bucal. “Es muy agradable besar a la persona y sentir que su boca está fresca y con aliento agradable. Antes de un encuentro íntimo, es importante cepillarse los dientes para evitar cualquier olor desagradable”, insiste Rivera.

El psicólogo también invita a las parejas a que se depilen; “es más, lo pueden hacer juntos mientras se duchan y hasta donde lo que consideren necesario, esto dará una mejor experiencia”.

En el caso de las axilas, es un área a la que hay que prestar mucha atención, ya que siempre será un área que al traspirar puede emitir olores no tan agradables y, por ende, se recomienda utilizar un buen desodorante.

Según Rivera, no es necesario que tanto el hombre como la mujer laven su parte íntima, siempre y cuando pretendan seguir con el romance. En el caso de las mujeres, invita a que utilicen un jabón especial para cuidar el pH de esa área.

La mujer posee unos mecanismos de defensa específicos en el flujo vaginal, denominada secreción mucosa e inodora originada en las glándulas de Bartholin, que cumple funciones de autodepuración, humectación y lubricación. La acidez de este fluido permite mantener en equilibrio la flora vaginal, además de actuar como barrera frente a otros microorganismos patógenos externos que pretendan colonizar el área genital.

Mientras que el aparato genital del varón, a diferencia del femenino, no dispone de medidas similares debido a sus características anatómicas.

“Un aseo personal acorde a las características morfofisiológicas de cada parte es básico tanto por las condiciones higienicosanitarias del individuo como por el respeto de la pareja. La mala higiene íntima afecta a ambas partes, puesto que si uno de los miembros de la pareja tiene malos hábitos sanitarios puede provocar la transmisión recíproca de patologías infecciosas.

“Por nada del mundo se coloque perfume, colonias o jabones con olores en las partes íntimas. Lo único que conseguirá es irritar la piel y hacerla más vulnerable frente a posibles agresiones bacterianas”, resalta Rivera.

Bill Taverner, editor del American Journal of Sexuality Education y director ejecutivo del Centro de Educación Sexual, de Nueva Jersey, Estados Unidos, agrega que la definición de higiene sexual, “en lo que a mí respecta, se expande en muchas otras áreas, incluida la comunicación con la pareja.

Hablar con tu pareja sobre las enfermedades de transmisión sexual y otros asuntos relacionados con la higiene genital es indispensable. Lo ideal es que ambos utilicen protección”, exhorta.

Mantener un aseo general después del coito evita el riesgo de infecciones
La higiene personal incide mucho en la relación de pareja.
Intimidad

El Eliécer Pérez Rivera, al mantener relaciones sexuales los microbios y bacterias presentes en la zona genital y en el recto pueden acumularse en la uretra, lo que suponen el riesgo de que se produzca una infección en la vejiga. “De hecho, se ha demostrado que esta es una de las causas más comunes de las infecciones en las vías urinarias de las mujeres, y es por ello que, a fin de evitarlas, los especialistas insisten en la importancia de orinar justo después”, afirma.

Los médicos señalan que, a diferencia de los hombres, la eyaculación femenina no se produce a través de la uretra por lo que la única forma de arrastrar y expulsar todas aquellas sustancias o partículas que se introducen durante la penetración, es a través de la micción, por lo que se recomienda no olvidarse de esta acción una vez finalizado el acto sexual.

Se aconseja no demorar ese momento y orinar, preferiblemente, antes de que pasen 45 minutos después de la penetración. Luego de este tiempo, los microbios son complicados de extraer y se corre el riesgo que se alojen con mayor permanencia.

Una de las razones por las que afecta más a las mujeres, es que tienen la uretra más corta que los hombres, lo que reduce la distancia que tienen que recorrer las bacterias para llegar a la vejiga. Así mismo, algunas vaginas tienen PH diferentes que permiten que las bacterias se reproduzcan de forma más rápida, detalla el diario digital Selecciones.

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