La apariencia genital, mitos y realidades en la percepción social

Actualizado
  • 29/10/2020 00:00
Creado
  • 29/10/2020 00:00
Un experto en sexualidad explica cómo afecta este tema en la intimidad y habla sobre la influencia de la pornografía, principal generadora de estigmas en ambos sexos
Los estigmas detrás del tamaño de los genitales están relacionados a elementos socioculturales. Shutterstock

El dilema detrás de la apariencia y el tamaño “adecuado” de los órganos reproductores no deja de estar presente. Socialmente se mantienen estigmas de cómo deberían lucir los genitales ya sea en el sexo masculino o femenino.

En 2015, el diario El Comercio publicó un estudio de la revista especializada de urología BJU International, que brindó un informe acerca de las dimensiones del pene consideradas “normales”.

El doctor David Veale (King's College London, Londres) junto a otros especialistas se basaron en una serie de análisis para establecer un esquema gráfico que representara la distribución del tamaño del genital masculino en reposo o en erección y sus variantes.

La pesquisa registró que los médicos utilizaron 17 estudios realizados en unos 15,500 hombres, cuyo pene fue medido según un procedimiento estándar.

De acuerdo con el informe, los especialistas mostraron que el largo de un pene en reposo que es de 9,16 centímetros, y el de un pene en reposo estirado es de 13,24 centímetros. A su vez, estos profesionales indicaron que el largo promedio de un pene erecto es de 13,12 centímetros y la circunferencia del órgano sexual, siempre en valores promedio, pasa de 9,31 centímetros a 11,66 centímetros del reposo a la erección.

En el caso de las mujeres, otro estudio publicado por El Clarín destacó que la vagina es un espacio virtual que se dilata (de 3 a 4 centímetros) y se modifica con el ingreso del pene, según el tamaño que este tenga.

La mayoría de los hombres se perciben como poseedores de un pene pequeño cuando en realidad están dentro de los estándares promedio.

Asimismo reseñó que en la mujer, los tamaños más comunes de la vagina tienen una longitud que varía de 8 a 11 centímetros. Además, durante la excitación sexual puede dilatarse 3 o 4 centímetros más.

En cuanto a la vulva, los expertos señalaron que el largo visible del clítoris es de 5 mm y el ancho del glande clitorídeo es de 3 a 10 mm.

¿Qué sucede con los estigmas en la intimidad?

Pedro Rondón, sexólogo, explica que los estigmas detrás del tamaño de los genitales están relacionados a los aspectos socioculturales, ya que se asocia el tamaño del pene, en el caso de los hombres, a la virilidad y a la masculinidad.

“La falta de información sexual genera errores de concepto y mitos que se transmiten de generación en generación: se cree, por ejemplo, que un hombre con el pene grande producirá mayor satisfacción a su pareja”, acota.

En esa línea, el sexólogo expone que el hombre de pene promedio generalmente no lo sabe y cree que el tamaño de su miembro es pequeño. “La percepción sobre el pene pequeño es subjetiva, hecha por una comparación con otros miembros en los baños o vestuarios, desde una óptica distorsionada por la perspectiva desde la cual se ve. Además, es un tema que preocupa más a los hombres que a las mujeres”.

Anota que el pene pequeño genera incomodidad, ansiedad, pensamientos y emociones que pueden afectar el desempeño sexual. “Antes el objetivo del coito estaba asociado a la reproducción, y el pene grande garantizaba hijos saludables, habilidades y fortaleza para la caza, y salud para traer alimento al hogar”, puntualiza.

En el caso de las mujeres, sostiene que los genitales estaban semiocultos por el contorno de sus cuerpos robustos que garantizaban salud, senos grandes, rasgos exagerados, simbolizando la fertilidad, pero no a través de sus genitales.

En ese sentido, las normas socioculturales han evolucionado, y ya no son estáticas. “Los ideales de lo que deben ser los cuerpos sexuados y los genitales han cambiado y actualmente se celebra un pene grande y grueso, relacionado más al placer que a la reproducción, y una vulva rosada, depilada y de aspecto pulcro, reforzada por las redes sociales”.

La falta de información sexual genera errores de concepto.

“El aspecto de los genitales femeninos es muy publicitado a través de las películas pornográficas y sin ir más lejos, también por los trajes de baño que casi no dejan espacio a la imaginación”, asegura.

En ese contexto, ¿qué rol ocupa la pornografía? ¿Cómo influye en la percepción social? De acuerdo con el sexólogo, en estas producciones los actores no son seleccionados por sus dotes frente a la cámara, sino por el tamaño de sus genitales, y lo mismo pasa con las mujeres, que son elegidas por los senos grandes y vulvas impecables.

“Durante la filmación, las tomas favorecen el tamaño de los genitales, destacando los mejores ángulos para que todo parezca perfecto”, dice Rondón, “como la pornografía es un medio de educación sexual al alcance de todos, sin importar su veracidad, se siguen generando errores de concepto y expectativas irreales de lo que implica una relación sexual y de cómo deben ser los genitales del hombre, algo que no sucede con las mujeres ya que se presentan diferentes tipos de vulvas”.

Aspectos psicológicos

Rondón afirma que el hombre es el más afectado, y lo demuestra el aumento de las consultas médicas pediátricas y urológicas, de padres con hijos pequeños y adolescentes. Tema frecuente también en las consultas sexológicas.

“En las mujeres el problema está más relacionado con los cambios relacionados a la edad: lubricación, falta de tonicidad muscular, pérdida involuntaria de orina, etc., o las canas en el vello púbico más que el aspecto de su vulva, salvo la hipertrofia de los labios menores u otras alteraciones similares”, detalla.

En adición, comenta que probablemente la poca visibilidad que tienen los genitales femeninos hace que no se generen efectos negativos. “Incluso hay muchas mujeres que no se han visto jamás sus genitales. Las mujeres necesitan un espejo para verse con claridad. Ese desconocimiento, la falta de seguridad, vergüenza y autoestima baja pueden producir incomodidad cuando su pareja la observa. Por eso algunas mujeres prefieren apagar la luz”.

Asimismo, manifiesta que algunas mujeres se someten a cirugías estéticas con el fin de mejorar el aspecto de su vulva para que sea pequeña, con labios menores que no sobresalgan demasiado.

El especialista en sexualidad puntualiza que “existen variaciones en el tamaño, la forma, la simetría, el color y la pigmentación, la abertura, la forma de los labios menores y el tamaño (puede ser que sobresalgan hasta el labio mayor), los labios expuestos ligeramente, el tamaño del clítoris, etc”.

En este escenario, “el autoconcepto y la aceptación juegan un rol muy importante en el desempeño sexual. Es importante conocerse, verse los genitales y familiarizarse con ellos, ya que son una fuente de placer y su estimulación facilita el orgasmo”.

Rondón aconseja tomar en cuenta que la insatisfacción con el tamaño y forma de los genitales de hombres y mujeres es un tema de subjetividad, producido por la falta de información sexual y por creencias erróneas fomentadas por la industria del porno.

“Nadie debería pretender tener los genitales de un actor o una actriz porno. Lo que más preocupa al hombre es el tamaño de sus genitales y las investigaciones son concluyentes”, destaca.

“La mayoría de los hombres se perciben como poseedores de un pene pequeño, cuando en realidad están dentro de los estándares promedio. Así que hay que dejar de preocuparse por este tema, y la autoaceptación sin comparaciones es la forma correcta de hacerlo”, enfatiza.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus