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Adriana García, aporte del Panamá en el extranjero
- 06/04/2022 00:00

Con la Selección Mayor Femenina se asume esta semana el relevo de la ilusión de asistir de nuevo a un mundial de fútbol, cuando enfrentemos a Aruba en el cierre del grupo D de la Concacaf, este sábado, en el estadio FFB Football Field, en Belice; y el próximo martes a El Salvador, en el estadio Rommel Fernández.
Los dos encuentros se le presentan como esenciales para avanzar como primera del grupo hacia el torneo Premundial Femenino a disputarse en el mes de julio en Monterrey, México, evento del que saldrán clasificadas las selecciones que representarán a esta zona en la Copa Mundial Femenina FIFA Australia y Nueva Zelanda 2023.
Líderes del grupo por mejor diferencia de goles después de haber superado claramente a Barbados y Belice, las panameñas llegarán al encuentro ante las arubeñas como favoritas. Una condición que deben tratar no les confunda, creyendo superado por anticipado un rival que se les podría tornar en una piedra en el camino.
Más aún cuando se espera que para el partido del martes frente a El Salvador, jugando en casa y con el apoyo de la afición, preserven el primer lugar en un impulso final que les permita atrapar el boleto para la siguiente ronda. Una tarea que se presenta como la de la máxima exigencia de esta fase, pues la selección cuscatleca es hasta ahora la segunda del grupo, con igual número de puntos (seis), pero con un gol menos que Panamá. Las salvadoreñas tienen +12, mientras las panameñas acumulan +13 goles.

La Selección Femenina de Panamá, bajo la guía del estratega Ignacio Quintana, ha tenido un planificado proceso, con el que arrancó desde febrero de 2021, y en el que hoy se percibe la buena conducción tanto en los resultados, como en la propuesta de juego del equipo.
Quintana ha logrado armar una selección en la que se hace notoria la participación de jugadoras sobresalientes con recorrido en el fútbol nacional o en el internacional como Natalia Mills, Marta Cox, Yenith Bailey, Yomira Pinzón, Erika Hernández, Karla Riley, entre otros nombres destacados, y la incorporación de una cuota de juventud que le está aportando savia nueva.
El trabajo de monitoreo de Nacho Quintana rastreando jugadoras fuera del territorio panameño, con el fin de ampliar el listado de participantes, le permitió hallar e incorporar un grupo de jóvenes desconocidas para el ámbito del fútbol femenino panameño, entre ellas a Adriana García Hart, jugadora y estudiante de Reinhardt University (USA).
La joven jugadora nacida en Estados Unidos (18 de octubre de 2000) hija de padre panameño, Nick García, y madre estadounidense, Pamela García, estudiante de Business Management, refleja con su espíritu alegre la entrega y la disciplina por ganarse un espacio, así como la enorme motivación interna que tiene la selección femenina enfocada en los dos compromisos venideros. Con un traductor de por medio, nos compartió desde la concentración de la Selección Nacional su vivencia.

Acababa de terminar mi tercera clase del día cuando recibí el mensaje de texto que decía que había sido invitada a formar parte de la Selección de Panamá, me tomó por sorpresa.
Sí, definitivamente. Me tenía que ir a clase, sin embargo, yo le quería contar a todo el mundo.

Sin duda, me parece que sí; siento que me va a ayudar mucho para continuar mi carrera deportiva una vez que acabe mis estudios universitarios.
Sí, él ha jugado fútbol durante toda su vida, fue quien me introdujo al fútbol y lo amé inmediatamente. Desde ese entonces lo he jugado entre 17 y 18 años.
Sí, desde pequeña me ha contado mucho de Panamá, por eso cuando fui llamada él se emocionó extremadamente con la noticia.
Su papá (mi abuelo) se mudó a Estados Unidos, luego mi padre se unió a la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Mi padre estaba en la Fuerza Aérea asignado en una base en Italia y ella trabajaba allí.
Ahora sí le gusta. Ella creció en Louisiana y nunca había escuchado hablar de fútbol, pero desde que conoció a mi padre le empezó a gustar. Hoy en día ven partidos juntos.
Creo que la universidad apoya la idea que yo juegue aquí, no he buscado la oportunidad para jugar en otros equipos. El próximo año comenzaré a intentar conseguir un agente y ver si puedo jugar en la liga de Estados Unidos, pero estoy segura que tener esta participación en mi currículum me va a ayudar.
Anteriormente estaba acostumbrada a jugar de mediocampista y delantera, sin embargo, recientemente he estado jugando en la defensa y siento que juego mejor en ese rol.
La comunicación con mi equipo es difícil, afortunadamente mis compañeras son muy amables e intentan hablarme en inglés o decirme algo en español muy lentamente para que me sea más fácil entenderlas. Estoy agradecida de que mi entrenador Nacho Quintana sepa hablar inglés y me pueda entrenar comunicándose en inglés.
Sí, creo que el equipo es muy fuerte.
Es más importante que el equipo gane a que yo deba jugar o no. Si la oportunidad para jugar se presenta, le pondré todo mi esfuerzo, pero hasta ese entonces, todo lo que puedo hacer es entrenar duro y esperar que mi trabajo arduo me conceda un poco de tiempo de juego.
Creo que habrá más personas apoyando al equipo que en ocasiones anteriores. Es el último juego de esta fase de la Concacaf y todos los jugadores están en redes recordando que queda una semana para adquirir los boletos, ¡así que esperemos que sea suficiente tiempo para que compren!