Brasil, no olvidar ante Serbia la rebelión de los chicos

Actualizado
  • 23/11/2022 00:00
Creado
  • 23/11/2022 00:00
Un Brasil aupado por el favoritismo que goza, se puede embriagar anticipadamente contra un equipo serbio que expone credenciales para respetarle
Vinícius Junior y Neymar, el eje del ataque brasileño.

Un fantasma comienza a recorrer este mundial... el fantasma de que ningún “poderoso” está blindado ante selecciones sin pergaminos, porque motivadas y ansiosas por conseguir que se les deje de mirar por debajo del hombro, están plantando la cara valientemente.

El fantasma se ha instalado en al ambiente futbolero después del nocaut de Arabia Saudita sobre la “Súper” Argentina que se pavoneaba de exhibir 36 partidos invictos durante el proceso al mando de los dos Lioneles: Scaloni y Messi. ¿Hasta dónde llegará su recorrido inicial que ha provocado estragos y propaga inquietud? No es predecible medirle su continuidad, puede dejar una marca o diluirse pronto, pero estará latente para hacer daño en la fase de grupos.

Es esencial para la tercera aparición mañana de las selecciones sudamericanas en Catar 2022, que Brasil lo tome en cuenta en serio contra Serbia, tras el traspiés argentino, y no se embriague con su explosivo “poder ofensivo” en el que ha incluido en su lista a nueve (9) delanteros. En esta fase de grupos cualquier escalón 'firme' puede terminar en un peldaño con pisada en falso.

Frente a Serbia, el Brasil dirigido por el avezado, laureado y estimado Tite, quien ha puesto énfasis en darle fortaleza defensiva a Brasil (pues el poder ofensivo brasileño es marca reconocida de su ADN), debe redoblar esfuerzos por mantener una distancia corta entre sus virtudes para defender y el “normal” hormigueo en los pies de los delanteros brasileños que los inclina a gozar con atacar.

Tite, en su segundo mundial, después de haber superado la fase de grupos de Rusia 2018 y quedar por fuera al perder en cuartos de final con Bélgica 2-1, quiere que el legado con el que Brasil se ha ganado el corazón desplegando principalmente un juego vistoso a excepción de la conquista de 1994, permanezca. Se puede pegar un nuevo portazo entre el querer y una realidad en la que no necesariamente jugar bien y atractivo da títulos.

Este será su último mundial debido a que comunicó a la federación brasileña que se retira de la dirección de la selección una vez acabe el mundial. Telé Santana, un anterior entrenador brasileño con un perfil parecido al de Tite, dejó un recuerdo elogiable del fútbol brasileño en España 1982 y México 1986, pero se quedaron con las manos vacías.

Serbia con cuatro jugadores referentes de probada calidad y buena técnica, Tadic, Vlahovic, Kostic y Mitrovic, pueden amargarle a Brasil las caipiriñas preparadas para celebrar. Los serbios se clasificaron al mundial sin pasar apuros. En Rusia 2018 no pasaron de la fase de grupos; ahora sienten que están para más, su técnico Dragan Stojkovic lo dice así: “No basta con ganar, también es importante cómo ganamos. Queremos jugar bien”. Tite y Brasil tienen un rival que en la antesala del encuentro sugiere ser un tanto conservador y cauto al enfrentarlos.

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