Retorno del fútbol, entre dificultades y miedos

  • 07/05/2020 00:00
La reapertura del fútbol continúa aproximándose, mientras enfrenta grandes retos logísticos y no pocas dificultades. En Alemania, tres jugadores del Colonia F.C. dieron positivo del Covid-19, mientras en España ya se han establecido ciertos protocolos que empiezan a cumplirse en medio de la inseguridad y reticencia de los jugadores

¿Recuerdas esta frase? “El fútbol es la cosa más importante entre las cosas menos importantes”. No está totalmente claro quién es el autor (hay quien dice que Arrigo Sachi, otros se la atribuyen a Valdano), pero lo que queda clarísimo es la verdad que transmite. Sin duda el mundo, preso por la pandemia, necesita desde reevaluar sus prioridades, hasta establecer nuevas y eficaces formas de cooperación internacional.

Necesitamos que el fútbol vuelva. Eso sí, una normalidad más consciente de sus propias fragilidades, horrores y amenazas.

Necesitamos balancear los tenebrosos niveles de desigualdad y establecer mecanismos de protección para los más vulnerables. Sí. Pero también necesitamos fútbol. No solo es una cuestión de producir un espectáculo deportivo capaz de generar intensidad y distracción. Se trata de defender el que para muchísimos es el único sentido de participación y pertenencia. Se trata de mantener vivo un espacio capaz de generar intensa belleza, y desarrollar vitales puentes intergeneracionales.

En España, el retorno del fútbol está a la vista. El Gobierno español ya planteó un protocolo para el retorno del fútbol profesional. Todo arrancará con los exámenes médicos que se realizarán obligatoriamente a los futbolistas. Cada club ha venido preparándose para este retorno escalonado, rodeados por la inquietud de muchos jugadores que temen que exista precipitación en el retorno.

La Asociación de Futbolistas (AFE) se opone a ciertas medidas dentro del protocolo existente. Entre otras cosas, exigen la presencia de un especialista en coronavirus en cada club, independientemente de los médicos que ya son parte de los clubes.

Tampoco aprecian los sistemas de concentraciones recomendado. Es decir, recluir a jugadores y cuerpo técnico en ciudades deportivas a partir de la segunda fase. Otro elemento que exigen tomar en cuenta es el calor. Los jugadores plantean que no se juegue a temperaturas mayores de 31 grados centígrados.

Esta semana se realizarán las pruebas. Una vez se tengan los resultados (tardan unas 48 horas), los equipos entrarán en actividad preparatoria.

Distintos inspectores médicos, enviados por La Liga, se encargarán de revisar los equipamientos y tendrán que definir si estos cumplen con todos los requisitos sanitarios. Hay equipos que ya han dado los primeros pasos a nivel individual. Uno de ellos es el Espanyol, que realizó en sus instalaciones una profunda desinfección y modificó los espacios utilizados por los futbolistas para que el distanciamiento funcione adecuadamente. Sus vecinos del Barça también pondrán en marcha un plan sanitario para cumplir con todas las normativas del protocolo.

Otro asunto interesante en el fútbol español fue la reunión que sostuvieron los presidentes del Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad de San Sebastián (ambos finalistas de la Copa del Rey) con el presidente de la Federación de Fútbol de España. En el encuentro solicitaron que la final de la Copa del Rey se juegue con público, sin importar el tiempo que se deba esperar. Ambos clubes vascos valoran profundamente la presencia de sus respectivas hinchadas y no están dispuestos a empobrecer el espectáculo de la final. En este caso, la espera no les importa, pese a que la fecha tiene una importancia significativa, ya que la UEFA exige que se juegue antes del 3 de agosto para así poder otorgar al campeón una plaza en la Europa League. Los dos finalistas se mostraron firmes y desafiantes: prefieren perder su lugar en Europa a tener que jugar sin su público.

Jugadores del fútbol alemán.

En un comunicado conjunto, la Real Sociedad y el Athletic Club “desean poner en valor uno de los eventos deportivos más prestigiosos y con más tradición que se puede disputar en el fútbol mundial, único en esta edición y hacerlo junto a sus seguidores, seguidoras, abonados, abonadas, socios y socias, la verdadera esencia y la razón de ser de este maravilloso deporte”.

Buenas noticias en el Colonia F.C.

¿Recuerdas que tres miembros de este equipo dieron positivo por Covid-19 la semana pasada? La buena noticia es que en la segunda serie de pruebas realizadas a jugadores y cuerpo técnico, no hubo ni un resultado positivo. Los tres miembros del club (los jugadores Ismail Jakobs y Niklas Hauptmann, junto con el fisioterapeuta Daniel Schutz) se recuperan mientras permanecen en cuarentena. De haber aparecido nuevos resultados positivos en la segunda fase de pruebas, hubiera significado un fuerte retroceso a los planes de retorno del fútbol alemán que se prepara para su reinicio en este mes.

¿Resurge la Superliga europea?

Decían las abuelas que “a río revuelto, ganancia de pescadores” y parecían estarse refiriendo al presidente de la Juve Gianni Agnelli. No se me ocurre un río más revuelto, que un mundo en medio de una voraz pandemia. Y el “pescador” Agnelli lo aprovecha para continuar impulsando el temible invento de una Superliga europea que lesionaría severamente a las ligas nacionales existentes, y de paso convertiría a los más ricos en muchísimo más ricos, mientras los más pobres se asomarían con excesivo peligro al abismo de su propia desaparición. Agnelli, aprovechando las debilidades económicas del fútbol durante la pandemia, entiende que este puede ser el momento para el definitivo lanzamiento del proyecto que defiende. No lo hará hoy o el mes que viene. Pero los próximos cinco años podrían ser cruciales para definir el fútbol de clubes en su mayor nivel.

El oportunismo de Agnelli estaría en aprovechar las debilidades estructurales y financieras de las ligas locales, para lanzar un zarpazo definitivo que impulsaría el torneo entre los más privilegiados.

Si nos atenemos a documentos filtrados desde 2018, y reafirmados por distintas partes interesadas, esta nueva liga incluiría a los 18 clubes europeos con mayor presencia televisiva en Europa. Es decir, los más ricos y poderosos.

Opositores sobran, incluso entre los privilegiados que se beneficiarían con la novedosa liga. Guardiola, sin ir más lejos, afirmó que la nueva liga de los muy ricos y poderosos mataría a las ligas que hoy conocemos.

Y si bien algunos entrenadores (Klopp es uno de los más enfáticos) y jugadores se han manifestado abiertamente al respecto, los dueños de los clubes en posición de privilegio mantienen un conveniente silencio. Excepto Agnelli, claro está, que para defender su idea sin caer en argumentos financieros chabacanos, dice que su propuesta tiene como fin revalorizar y engrandecer el fútbol.

En 2019, Agnelli dijo: “Debemos ser progresistas. No debemos proteger un sistema que ha caducado. Un sistema que produce partidos domésticos que muy poco interesan a nuestra juventud”.

Obviamente las cifras no respaldan las afirmaciones de Agnelli, cuya única motivación parece residir en multiplicar su fortuna, mientras el mundo a su alrededor se cae en pedazos.

Volviendo al principio de este artículo, necesitamos que el fútbol vuelva, que es como decir que anhelamos el retorno a la normalidad. Eso sí, una normalidad mejorada, más consciente de sus propias fragilidades, horrores y amenazas. Una normalidad que nos permita crecer y disfrutar como mejores seres humanos. Un poco más libres. Un poco más sabios. Un poco más solidarios.

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