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- 04/11/2024 00:00
- 03/11/2024 17:27
La baja asistencia de los fanáticos a los estadios es un mal de vieja data, y si bien en algunas disciplinas es mucho más marcada esa ausencia, no hay un deporte que se salve de esta situación en Panamá.
Otrora, mucho se hablaba de los miles de fanáticos que llenaban los estadios de béisbol, porque existía un regionalismo marcado y porque los aficionados y fanáticos se identificaban con sus peloteros.
No obstante, esa fiebre por asistir a los estadios ha disminuido en forma muy marcada, principalmente en lo que se refiere a la categoría mayor, donde quizás, la falta de peloteros autóctonos en los equipos o de una novena competidora, hasta cierto punto los ha ahuyentado.
Pero, también ha tocado a otras categorías y a las selecciones nacionales. Recientemente, nuestro país fue sede de dos premundiales en las categorías menores de esta disciplina, y muy poco público asistió.
Ahora, este problema le pega en forma directa a deportes que, como el básquet y el fútbol, en algún momento han gozado de la gracia de los fanáticos. En el caso del primero, antaño fue uno de los mimados del público, y sobre el segundo, solo la selección mayor es la que levanta pasiones.
Los ejemplos sobran, pero allí están los torneos locales de baloncesto (Circuito Superior) y de fútbol (LPF), que apenas cuentan con un puñado de acervos fanáticos que siguen el desempeño de los jugadores, en forma particular, y de los equipos, en términos generales.
En términos mayúsculos también lo sufren otras disciplinas, en algunos casos de conjunto, donde su accionar, principalmente como selección provincial, le es ajeno al grueso de los fanáticos.
La baja asistencia es un fenómeno de impacto en casi todos los deportes, algunos con buenos coliseos y otros ausentes de estos, pero realmente este no es el problema de fondo.
Sin embargo, hay actividades como el fútbol sala que sí atrae mucho público, a pesar de que la federación respectiva no encuentra camino para realizar una liga oficial, ni mucho menos gestionar la construcción de un coliseo.
Para analizar el tema, consultamos a expertos comunicadores en diversos deportes.
“En los últimos treinta años el dilema ha sido el mismo. El fútbol ha mejorado y su liga lo ha hecho en muchos aspectos (económico, publicitario). Todavía no le encuentro una solución a eso”, señaló el periodista Campo Elías Estrada.
“Acá el triángulo es invertido al de los países futbolizados. En Panamá, un niño es fanático de la selección y no de un club, pero en un país futbolizado se nace siendo fanático de un club, luego viene la selección”, espetó Estrada.
El comunicador, panameño de origen colombiano, cree que una posible solución es que los dirigentes de los diferentes deportes incursionen más en los barrios, se identifiquen con los niños y en sus escuelas.
“El ADN del fanático panameño es el béisbol, por eso es que creo que hay sentido de pertenencia y regionalismo; cada provincia quiere a su equipo y en el fútbol no pasa así.
“La manera de meter a la gente para que asista a cualquier evento es a través de los barrios, como hace el futsal, que ha ido a cuatro mundiales sin tener una cancha oficial y aún así los fanáticos lo siguen respaldando”, dijo.
También recomendó acercarse a las escuelas de los sectores de donde provienen los equipos y atletas, buscar a una población cautiva y ávida de buen entretenimiento.
“Una solución sería ir a las escuelas, pero meterse bien, trabajando, porque si no les ponen atención a los niños, no habrá resultados, porque ellos no conocen en la mayoría de los casos el desarrollo deportivo”, apuntó. “Hay que hacer campaña en las escuelas e incentivar a los niños para que vayan a los juegos, dándoles boletos, llevarlos a los entrenamientos, cuando están en liga o en selecciones; eso ayuda”, precisó Estrada.
Para el expelotero y comunicador deportivo Eric Espino, en nuestro país persiste un desconocimiento sobre ciertos deportes, por lo que el aficionado no va a donde no conoce.
Otro aspecto a tomar en cuenta, indicó Espino, es la falta de un buen mercadeo por parte de las disciplinas deportivas, además de la necesidad de presentar un buen espectáculo.
“Aquí no se le hace caso al mercadeo. Aquí hay una competencia de un deporte x, que uno no conoce, hacen el espectáculo con las personas que saben o que tienen y no buscan la fórmula de atraer o llevar más fanaticada”, sostuvo.
“Al panameño le gusta el deporte en general, pero no es tonto. Tienes que presentarle buenos espectáculos, con buenos deportistas, porque si no lo es, solo asistirá el mismo grupo de siempre”, indicó.
Por su parte, el comunicador santeño Carlos Ortiz dijo que también entran otros factores, como el económico y de movilización, y aspectos como el del regionalismo, que ha cambiado con los años.
“El regionalismo llevaba a la gente a los coliseos y quizás sigue existiendo, pero se compite con muchas actividades culturales y sociales, por lo que las personas tienen ahora otras formas de cómo entretenerse”, sostuvo.
Apuntó que también ha afectado la falta de masificación del deporte, porque en el caso del béisbol, las provincias mayormente no hacen ligas, sino torneos selectivos, algo que ha resentido el fanático.
Otro detalle es que el béisbol a nivel de liga distrital poco se hace, y los medios principalmente del interior del país han dejado de transmitir, porque no lo ven como algo serio.
“El dirigente deportivo no tiene ese acercamiento con los medios, no envía resultados, no participa de los programas radiales, y a los canales de televisión no les interesa ninguna liga de barrio, a menos que tenga intereses en ellas”, afirmó.
“El dirigente deportivo poco se preocupa durante el año de promocionar su deporte, pero es que, a raíz de que no hace nada, ¿qué va a promocionar o publicar?”, destacó.