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- 05/10/2017 02:00
La gira asiática, que comenzó en Singapur y continuó en Malasia, conduce ahora a la Fórmula Uno hacia el circuito de Suzuka (Japón), donde este fin de semana Mercedes se propone detener la pujanza de Red Bull y Ferrari. La escudería de la bebida energética fue la gran triunfadora en Sepang, al colocar al holandés Max Verstappen y al australiano Daniel Ricciardo en el primer y tercer cajón del podio.
El británico Lewis Hamilton, líder del Mundial, fue quien impidió su doblete, pero el piloto de Mercedes saboreó contrariado su segundo puesto. Aunque perdió un solo lugar -dada su salida desde la ‘pole'- advirtió ‘problemas' en su monoplaza.
‘El fin de semana en Malasia resultó ser mucho mejor de lo que podíamos anticipar, pero tenemos mucho trabajo por hacer', sostuvo el inglés, de 32 años, tras la carrera. Por esta razón, apunta con cierto escepticismo hacia la cita japonesa, la primera de las cinco que quedan para despedir la temporada.
En ese escenario venció el pasado curso Nico Rosberg, su excompañero en el equipo Mercedes. El germano es el último campeón del mundo de la disciplina y Hamilton aspira a sucederle. Él es, de hecho, el gran favorito al haber ampliado a 34 puntos su ventaja con respecto al también alemán Sebastian Vettel, en un Gran Premio que resultó nefasto para las aspiraciones de Ferrari.
El finlandés Kimi Raikkonen no pudo tomar la salida por una incidencia en el motor. Un problema en esa misma parte del monoplaza había sido detectado en el carro de Vettel antes de la sesión de clasificación, esto lo obligó a partir desde la última plaza de la parrilla. Finalizó cuarto y, tras su remontada, sorprendió con un mensaje optimista. ‘Aunque no estuvimos en el podio, es esperanzador saber que el coche es bueno. La velocidad está ahí', manifestó.
El director deportivo del equipo italiano, Maurizio Arrivabene, coincidió en su lectura: ‘Estaba claro que teníamos un coche muy competitivo. Es una evidencia, por el ritmo que teníamos en los entrenamientos libres, por la presencia de Kimi en primera fila y por la espectacular remontada de 'Seb' durante la carrera. ¡Avanzó de la última a la cuarta posición! Sin embargo, para nosotros fue la carrera más dura de la temporada ya que nos encontramos con problemas que debemos analizar en profundidad', señaló.
Pese al duro golpe encajado en Malasia, la fábrica de Maranello no pierde la esperanza de arrebatar a Mercedes alguno de los dos títulos mundiales —el de constructores y, especialmente, el de pilotos—. ‘Seguimos confiando en nosotros mismos. Tenemos el coche, tenemos el equipo, tenemos los pilotos y tenemos el espíritu para seguir peleando hasta el final', advirtió el dirigente. También en Red Bull la consigna es protagonizar un buen final de curso.