PSG y Real Madrid, al ganador del duelo le anticipan la corona

  • 09/07/2025 00:00
A la segunda semifinal se le atribuye el favoritismo para arrojar el candidato indiscutible al título. Puede ser el mejor partido o defraudar, una dicotomía posible cuando se generan tantas expectativas

El MetLife Stadium de Nueva Jersey recibe esta tarde (2:00 p.m.) la segunda semifinal de la Copa Mundial de Clubes con el partido que muchos fanáticos querían que fuera el choque de la final e, incluso, aunque no lo expresaran, era también el deseo interior de la dirigencia de la FIFA, lamentablemente desde que se realizó el sorteo el 5 de diciembre de 2024, encontrarse en esta instancia era la cita lógica entre los dos, de acuerdo con el calendario del torneo.

El PSG vs Real Madrid es un partido que responde, con rigurosidad, al calificativo que se usa regularmente en el fútbol para un encuentro que antecede a la última instancia, protagonizado por dos equipos con un juego colectivo superlativo, jugadores estelares y con credenciales para campeonar: es una final adelantada. Cualquiera de los dos que gane hoy llegará el domingo ante el Chelsea, que obtuvo ayer su clasificación al derrotar al Fluminense por 2-0, como el favorito indiscutido para obtener el preciado título y la jugosa cifra de 40 millones de dólares por ser el campeón, que se podría redondear hasta los $125 millones en total, sumándole lo obtenido por cada partido y fase en la que fue avanzando el campeón.

El conjunto parisino, actual monarca de la Champions League, conquistada por primera vez en su historia el pasado 31 de mayo, tenía que revalidar sus galones en alguna ocasión ante el Real Madrid, para dejar sentado sin controversias que es el mejor de Europa; sobre todo, porque el club merengue fue el anterior campeón y no se lo encontró en el camino durante el trayecto para hacer gala de su superioridad.

Es un examen casi obligatorio, ande bien o ande mal el equipo ibérico, por el peso de su historia y su presente de referente en la élite del fútbol profesional. Este es un cara a cara oportuno que no es de menor valía ya que el vencedor, si luego amarra el próximo domingo el título de esta Copa, se va a presentar como el campeón del mundo de clubes mirando por encima del hombro.

Es un partido atractivo por muchas facetas, una de ellas es el duelo entre dos entrenadores españoles que se cruzan por primera vez. Luis Enrique, entrenador del PSG, fue exjugador de la selección española y del Real Madrid, aunque terminó decantando su amor incondicional hacia el Barcelona, el enconado rival; jugó para los catalanes y fue su entrenador en un periplo exitoso.

Xabi Alonso tiene un pasado de exjugador repleto de títulos, entre ellos, el de campeón del mundo con España, en Sudáfrica 2010, y con el Real Madrid una hoja de vida exitosa que lo impulsó para llegar este año a dirigirlo. Su carrera de entrenador es relativamente reciente en comparación con la de Luis Enrique. Está marcada por su paso sobresaliente en la Bundesliga alemana donde logró el título el año pasado, dirigiendo al Bayer Leverkusen invicto y rompiendo la hegemonía de diez años del Bayer Múnich en lo alto del podio. Será un pulso de inteligencia y habilidad táctica en los movimientos y responsabilidades de cada jugador, en ese tablero de ajedrez en el que se convertirá el campo de juego.

Otro de los ingredientes con alta dosis de picante es el encuentro, como contrincantes, entre Mbappé, hoy de blanco, y el PSG, club del que fuera su figura emblemática, saliendo de allí en malos términos. Mbappé llegó la temporada pasada al Real Madrid, fue su goleador y nada más se puede decir, si se quiere darle énfasis a que con él Real Madrid se quedó sin conquistar un título en una entidad concebida para ganar en todo lo que compite. Un reclamo de la afición blanca, que podría solventar si contribuye a que obtenga esta Copa Mundial de Clubes y el primer paso para ello es derrotar a sus colegas galos.

Luis Enrique intentó convencer y retener a Mbappé en el PSG, buscando que se adaptara a su estilo y filosofía de juego. Un momento de ello está reflejado en un documental sobre Luis Enrique donde le dice en un vocabulario propio de su forma de hablar desenfadada, solos en un recinto del club, que se ha enterado que Mbappé tiene como figura deportiva a Michael Jordan; que Jordan empujaba a sus compañeros a defender y que era el primero en hacerlo, que tiene que dar ejemplo primero, como persona y jugador, presionando y defendiendo ante el rival.

Mbappé no le daría prioridad al pedido del técnico español yéndose de París. Luis Enrique no se mordió la lengua dijo: “Sin él seremos mejores”. Una frase que resonó al ganar el PSG la Champions sin él. Un reto que se repite hoy: ganará nuevamente el PSG sin él o Real Madrid lo hará porque Mbappé será determinante con sus goles. Luis Enrique y los jugadores del club francés conocen como pocos los movimientos y características de Kylian; atrae ver si logran concebir una telaraña defensiva que lo atrape impidiéndole desarrollar su juego.

Hasta última hora se estará pendiente de si Xabi Alonso incluirá a Mbappé desde el arranque o lo guardará para el segundo tiempo, manteniendo de entrada la presencia Gonzalo García el joven delantero español del Madrid, que ya dejó grabado su nombre en este mundial remplazándole de titular ante los problemas físicos que tuvo el francés, aportando cuatro anotaciones y una asistencia en cinco partidos, en pelea por la Bota de Oro con la que se premia al máximo goleador. Unos números que lo han cotizado al alza.

Y precisamente aquí aparece otro gancho para no perderse el desafío de esta tarde por las similitudes entre los equipos. Existe el atractivo de ver también el mano a mano en el ataque de Gonzalo García contra Desire Doué, el joven delantero del PSG ya consagrado en la Champions League y que en este mundial ha mantenido sus credenciales postulándose a jugador más valioso de la Copa.

Línea por línea son dos equipos muy parejos. En la portería madridista un gigante considerado el mejor portero del mundo, Thibaut Courtois, y en la de los parisinos el de su competidor Gianluigi Donnarumma; en la defensa ambos llegan con un hueco a llenar por la suspensión de sus defensores centrales al ver tarjeta roja en su último partido: Dean Huijsen por el Real Madrid y William Pacho por el PSG. En el mediocampo, a la juventud veinteañera de Arda Güler le anteponen la de João Neves con los mismos 20 años; en la delantera, al regreso de Mbappé el PSG contará con el de Ousmane Dembélé, quien presentó inconvenientes físicos, debutando hasta el partido contra el Bayer Múnich en el cual con su gol apuntaló la victoria 2-0 sobre los bávaros. Se puede seguir en una retahíla de nombres para mostrar las equivalencias Valverde-Fabian, Vinicius-Barcola, Bellinghan-Kvaratshelia, etc.

Ganando el PSG, toma rumbo a concretar una temporada única al poder hacerse con un quinto título al contar ya con el de la Ligue 1, la Supercopa, la Copa de Francia y la Champions. El Real Madrid, de hacerlo, le daría firmeza y velocidad al ciclo con Xabi Alonso poniéndole con las luces altas hacía todos los objetivos de la próxima temporada.

Es un partido que promete espectáculo, entretenimiento y el fútbol en su máxima exposición, pero también podría ser lo contrario como suele ocurrir con algunos de estos partidos que prometen y no cumplen, dejando a su paso un juego soso, cauteloso, trabado, sin brillo. Ojalá responda a lo deseado del primer enunciado y no al posible del segundo.

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