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- 09/07/2025 10:02
En abril, al concluir sus primeros 100 días de mandato, el presidente Donald Trump sorprendió al afirmar que había concretado tratados comerciales con 200 países. Sin embargo, más de dos meses después, sólo se han confirmado pactos con China, Reino Unido y Vietnam, según reportó CNN.
La fecha límite inicial, establecida por Trump para este miércoles, debía marcar el final de las negociaciones globales y el inicio de tarifas “recíprocas” más elevadas. No obstante, el propio mandatario reconoció que extender el plazo hasta el 9 de julio no brindaba margen suficiente para concluir los acuerdos.
Por ello, decidió aplazar el ultimátum hasta el 1 de agosto, especialmente para facilitar el cierre de un entendimiento con la Unión Europea. “Los países que están cerca de un acuerdo necesitan algo más de tiempo”, indicaron fuentes citadas por CNN. Las negociaciones con el bloque europeo están muy avanzadas y se espera que se anuncie un convenio marco esta misma semana.
Según tres funcionarios consultados por el medio estadounidense, los equipos de comercio de Estados Unidos y la Unión Europea están ultimando los detalles de un acuerdo que establecería aranceles del 10% y abriría la puerta a conversaciones más amplias. Olof Gill, portavoz comercial de la Comisión Europea, confirmó en conferencia de prensa que se mantienen conversaciones “activas” con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, y el representante Jamieson Greer.
Este acercamiento marca un giro significativo, ya que Trump había amenazado públicamente con tarifas del 50% contra la UE a fines de mayo. Aquella advertencia provocó una respuesta inmediata desde Bruselas y aceleró los esfuerzos para sellar un acuerdo antes del 1 de agosto.
La ministra de Asuntos Europeos de Dinamarca, Marie Bjerre, recordó este miércoles que “si no se llega a un acuerdo antes de la fecha límite establecida, la UE está dispuesta a activar contramedidas específicas y proporcionadas en defensa de sus legítimos intereses”.
Las autoridades comunitarias también han informado a los Estados miembros sobre el marco propuesto, que contempla aumentar significativamente las compras europeas de productos energéticos y de defensa estadounidenses. A cambio, buscan reducir tarifas del 25% en automóviles y del 50% en acero, aunque Washington insiste en mantener una postura dura y cualquier flexibilización dependerá directamente de Trump.
Mientras tanto, el presidente estadounidense ha comenzado a enviar nuevas cartas imponiendo aranceles del 25% a países como Japón y Corea del Sur.
En una reunión de gabinete, Trump criticó la lentitud de los progresos: “Dicen... ‘Les daremos acceso total y no tendrán que pagar aranceles, pero por favor, no nos los impongan’, y no nos gusta ese acuerdo”, expresó.
“No somos intransigentes, pero ya es hora de que Estados Unidos empiece a cobrar dinero de los países que nos estaban estafando, riéndose a nuestras espaldas de lo estúpidos que éramos”.
India, inicialmente considerada una prioridad para cerrar un acuerdo, ha adoptado una postura más firme en los últimos días, complicando las negociaciones. La reciente imposición de un arancel del 10% a los países del grupo BRICS, donde India participa, también genera incertidumbre sobre el futuro del entendimiento.
Japón, por su parte, se ha distanciado de un pacto tras mostrarse optimista semanas atrás. El primer ministro Shigeru Ishiba lamentó públicamente la situación: “Lamentamos profundamente que el gobierno estadounidense haya impuesto aranceles adicionales y anunciado planes para aumentar las tasas arancelarias”, declaró, según traducción de CNN.
Corea del Sur enfrenta obstáculos similares, principalmente en el sector automotriz, mientras que países del sudeste asiático como Indonesia, Tailandia y Camboya han presentado propuestas significativas para posicionarse como socios preferentes en acuerdos de corto plazo.
En América Latina, Brasil ha intensificado el diálogo bilateral para reducir gravámenes sobre productos estadounidenses, aunque persiste el desacuerdo sobre aranceles en sectores sensibles como farmacéuticos y acero.
Funcionarios estadounidenses señalaron que la principal barrera es la incertidumbre en torno a las condiciones finales de los pactos. Mientras tanto, crece el malestar global por la política arancelaria de la Casa Blanca, cuyos efectos económicos aún son difíciles de prever.