- 04/04/2010 03:00
PANAMÁ. Hace 20 años atrás quizás nadie ubiese podido imaginar que en Panamá medir los sismos podría ser un área de inversión. Hoy es una realidad en camino a la explotación.
Adquirir un sismómetro comercial en el mercado cuesta en la actualidad de 12 mil dólares a 24 mil dólares, y el Observatorio Sísmico del Occidente de Panamá (OSOP) ofrece el mismo sistema con una inversión mínima de cuatro mil 190 dólares a 10 mil dólares.
El OSOP es una empresa privada panameña con fines de lucro que ofrece instrumentos de alta calidad a bajo costo y tan confiables como los comerciales debido a su alta precisión.
Estos sensores han sido vendidos a instituciones con el fin de que aporten a las investigaciones científicas de sismología, vulcanología y medio ambiente, entre otros estudios geológicos que abarcan principalmente a los mercados de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe.
Su fácil y práctica construcción ha llevado al OSOP a reproducir sus dos sismógrafos insignia el Itamut-9 y el Caisán, ambos que son un hardware o las partes físicas de una computadora, que se complementan con programas para medir y registrar cualquier movimiento telúrico en el país.
Angel Rodríguez, director general del OSOP, explicó que hace más de 10 años en Volcán, provincia de Chiriquí se viene brindando el servicio de análisis y seguimiento de los sismos, pero ahora, es que se han dado la tarea de producir equipo de precisión garantizada.
Y aunque el país no se den de forma repetitiva sismos, los equipos están a su máxima capacidad para dar la voz de alerta en cualquier momento, aclaró.
Además en el OSOP se registró el movimiento telúrico de Chile y Haití.
Por ejemplo, dijo Rodríguez la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) cuenta con tres de sus productos, además le brindan soporte técnico y de seguimiento.
Aunque a primera vista dan la impresión de que son rudimentarios, concentran varios años de estudios, análisis y presición, según se apreció en una gira de trabajo del Cómite Ejecutivo de Senacyt.
Alexander Rodríguez R., investigador del OSOP, explicó que el Observatorio cuenta con dos productos que llevan los nombres de ciertos lugares de Panamá.
Los equipos individualmente al ser solicitados tienen un mes para ser entregados, ya que cada pieza se elabora artesanalmente en el taller, y al estar listas solo se toman dos días para su ensamblaje.
El primer producto es el Itamut-9 que es un sensor que mide movimientos fuertes con más de 4.6 grados de magnitud, profundidad y velocidad del epicentro. El OSOP lo comercializa en dos mil 995 dólares.
Este aparato consta de nueve canales, seis sensores, tres góefonos con dos niveles diferentes de ganancia y un acelerómetro de tres ejes. Y está orientado al “strong motion” o movimiento fuerte.
Además el OSOP cuenta con el Caisán, que es un procesador que trabaja integrado con el Itamut-9.
El Caisán es un sismógrafo de banda ancha de un eje. Valorado en mil 995 dólares.
Con ellos, además de varios programas de punta en Panamá se podría prevenir a tiempo y con certeza posibles desastres naturales.
Adicional al equipo, el OSOP ofrece los servicios de soporte técnico que van de un mes, un año y tres meses a un costo de 300, 1,000 y 1,500 dólares respectivamente.
En opinión el director del OSOP dijo que en Panamá de darse un sismo de 7,0 grados como el ocurrido en Haití el pasado 12 de enero, los edificios menores de cinco pisos caerían de forma inminente.
La teoría de Rodríguez se sustenta debido a que los sismos tienen un grado de intensidad y profundidad que se mide en ese rango de altura.