El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 02/02/2013 01:00
NUEVA YORK. Los mercados bursátiles muestran un optimismo a prueba de todo desde hace seis meses en Estados Unidos y en Europa, al punto de parecer desconectados de una actividad económica aún frágil, sin que se trate por ahora de una nueva burbuja financiera, según los analistas.
Casi todos los índices de las principales bolsas mundiales marcan resultados positivos. El Dow Jones de Wall Street ganó más de 10% desde mediados de julio y evoluciona en su más alto nivel desde 2007, sostenido por la esperanza de una reactivación económica. En Europa el Dax alemán se disparó más de 20% desde julio, y se sitúa en los niveles de principios de 2008.
El CAC 40 de París registró por su parte ganancias similares pero de momento está sólo en los niveles del verano 2011. ‘El mercado está operando un giro a largo plazo. El movimiento a la baja de las acciones comenzado en 2007 se termina’, señaló Bertrand Lamielle, director de gestión de B*Capital (BNP Paribas).
El alza de los mercados parece un reajuste, por lo bajo a lo que habían caído por la crisis en la zona euro. Desde el discurso de julio pasado del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que defendió con firmeza la moneda única europea, ‘el alza es lógica ya que el escenario de un estallido de la zona euro, al que apostaban inversores anglosajones, se alejó’, estimó Renaud Murail, de Barclays Bourse.
De la misma manera en el mercado de la deuda, España e Italia terminaron con las tasas de interés exorbitantes que conocieron durante 2012, y atraviesan una ‘primavera’ desde hace varios meses. ‘El rebote está ampliamente justificado si se considera que se disiparon los riesgos importantes que pesaban sobre el mercado, en un contexto en donde hay abundancia de liquidez para invertir’, resume Jean-Louis Mourier, economista de Aurel BGC.
Las acciones son las principales ganadoras —con algunas deudas de países frágiles— de las políticas monetarias de los grandes bancos centrales que inundan los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros con la esperanza de relanzar la economía.
‘La abundante liquidez a través del mundo (...) debería orientarse hacia las acciones antes que las obligaciones’, observan los analistas de PrimeView, más aún cuando las colocaciones sin riesgo, como la deuda estadounidense o alemana, no retribuyen nada a los inversores.
Por su lado, los mercados de materias primas están, por ahora, preservados de todo aumento especulativo. El alza del petróleo está limitada por una oferta abundante, las de los metales industriales se explica ante todo por la demanda real y el oro podría tener competencia con el regreso hacia los activos de riesgo.
Este frenesí de los mercados bursátiles puede parecer paradójico teniendo en cuenta el aún balbuceante crecimiento económico en la zona euro o las dificultades para reactivar la economía en Estados Unidos.
‘La incertidumbre que persiste en el crecimiento futuro justifica que se haga una pausa, o al menos que el ritmo del alza sea más moderado’, advierte Mourier, sin hablar del riesgo de una eventual recaida de la crisis en la zona euro.