Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 11/03/2015 01:00
El ingreso per cápita de los panameños aumentó un 50% en los últimos siete años; sin embargo, las desigualdades sociales se mantienen.
De acuerdo a datos de la Contraloría General de la República, el ingreso promedio de los panameños, medido a través del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita (también llamado Ingreso Per Cápita), pasó de $6,077 a $9,107 en el periodo de 2007 a 2014. ( Ver tabla ).
Aunque existen evidencias de que el ingreso per cápita de los panameños, que es uno de los mejores del continente, está positivamente relacionado con la calidad de vida de la población, se mantiene un índice de pobreza de 25%, en una población de 3.4 millones, según el censo de 2010.
Algunos expertos sostienen que este indicador no refleja la realidad del país, ya que no toma en cuenta la desigualdad de los ingresos en la población.
Para el economista Juan Jované, en términos de distribución del ingreso, no ha cambiado mucho el panorama en los últimos siete años. Explicó que el crecimiento económico se ha concentrado en los estratos sociales más altos de la población, de manera que el 10% de los panameños más ricos controla el 39.4% de los ingresos del país.
Para 2013, en Panamá, la relación entre el 10% más pobre de la población, en términos de ingresos, y el 10% más rico, muestra una proporción de uno a 40. Esto quiere decir que, cuando alguien del 10% más pobre se gana 80 centavos, alguien del 10% más ricos obtiene $39.40.
Jované señala que este indicador es solo un promedio que esconde las diferencias de varios aspectos del crecimiento económico. Entre estas están: la informalidad, que alcanza un 39% de la población empleada; la deserción escolar secundaria, que representa un 30% de los jóvenes en edad de estudiar; y la mala alimentación, en un 18% de la población.
Jované detalla que, aunque la tasa de desempleo abierto se ha reducido un 4%, aún falta mejorar la calidad del empleo porque gran parte de la población carece de un empleo adecuado en la ciudad.
Otro aspecto que no se ha logrado corregir es la deserción escolar en secundaria, pues cerca del 30% de los jóvenes que deberían estar allí, no están.
Para el presidente del Colegio Nacional de Economistas, Olmedo Estrada, el aumento del PIB ha dado la oportunidad de más empleos, pero mantiene las desigualdades sociales. Casi un 60% de estos empleos están por debajo de los $1,000 mensuales y la mayoría, en menos de $500, la cual se puede considerar que está en la línea de la pobreza, ya que esta cantidad no les alcanza para cubrir las necesidades básicas.