Libre comercio entre UE y Japón, reflejo del mercado en la actualidad

  • 21/07/2018 02:04
El acuerdo entre ambas influyentes economías es producto del comportamiento de las prácticas comerciales actuales

Dos economías influyentes como Japón y la Unión Europea (UE), que representan aproximadamente el 25% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel mundial, firmaron el pasado martes 17 de julio 2018 el documento que ha sido catalogado en la actualidad como el Tratado Bilateral de Libre Comercio más grande del mundo. Entre los objetivos de dicho tratado se señalan la eliminación de tarifas de importación, así como el transmitir una posición antiproteccionista frente a los esfuerzos de otras naciones de establecer extremas barreras comerciales.

Las negociaciones con relación a materia comercial que acuerdan llevar a cabo los 28 miembros de la UE con su segundo socio comercial en Asia y su sexto mayor socio comercial a nivel mundial, Japón, se manifiestan a nivel público a partir del año 2013. Posteriormente, su importancia se reitera al Estados Unidos abandonar el Tratado Transpacífico bajo la administración del presidente Donald Trump.

Este reciente acuerdo bilateral se fundamenta en gran parte en la alta actividad comercial entre la UE y Japón, la cual se ha reforzado con el porvenir de los años reportándose fuertes lazos comerciales. Según datos citados por la Comisión Europea (2015), esta relación comercial se evidencia en el nivel de exportaciones por parte de la UE a Japón, cuyas cifras alcanzan cada año los €58 mil millones (unos $68 mil millones) en concepto de bienes y €28 mil millones (unos $32,829 millones) en concepto de servicios (cifras 2015 reportadas por la Comisión Europea).

Otros datos que confirman dichos lazos comerciales son las 600,000 plazas de trabajo en la UE que se originan como resultado de la actividad de exportación y los 550,000 habitantes europeos contratados por compañías japonesas.

Al 2017, luego de cuatro años de la manifestación de un potencial acuerdo bilateral entre ambas naciones, se llevaron a cabo las primeras negociaciones sobre el Acuerdo de Asociación Económica (AAE) entre la UE y Japón. Para el 17 de julio del presente año, cuando las preocupaciones sobre la estabilidad de las prácticas comerciales a nivel mundial se agravaron, fuimos testigos de la veracidad de las intenciones de ambas partes, dándose la firma del tratado e indicándose su rectificación por parte de los parlamentos de la UE y Japón para el año 2019.

Entre los motivantes del tratado para la UE lista la reducción de los mil millones de euros (unos $1,172 millones) pagados en concepto de tarifas con respecto a las exportaciones a Japón. No obstante, el beneficio de la remoción de barreras no se limita a la reducción de estos mil millones de euros, sino que se extiende a una promoción de las exportaciones de ambos participantes.

FICHA

La autora conduce el segmento ‘Su ventana financiera' en @Estrellaonline

Nombre completo: Laritza del Rosario Lezcano Navarro

Ocupación: Consultora Financiera

Resumen de su carrera: Master en Inversiones y Finanzas y Diplomado de Economía y Finanzas de la Universidad Queen Mary University of London. Licenciatura en Contabilidad, Banca y Finanzas de la Universidad Santa María La Antigua de Panamá. Experiencia laboral en auditoría comercial, análisis financiero e implementación de análisis cuantitativo.

Se prevé que dicho tratado incremente los actuales beneficios que se originan de la práctica comercial para ambas naciones que, si bien ya reportan resultados considerablemente extraordinarios, se espera que la eliminación y reducción de barreras impuestas con respecto a productos de la UE y la industria automotriz de Japón se multipliquen a cifras mayores.

Consultando las estimaciones reportadas por la Comisión Europea y reconociendo que Japón cuenta con una de las poblaciones más extensas a nivel mundial, 127 millones de habitantes (cifra reportada por el Banco Mundial, 2016), se puede deducir que los beneficios en cuanto al incremento de productos exportados y los flujos de efectivo que percibirá la UE como un todo son favorables, pues existe un mercado que se espera cumpla con la demanda estimada.

Para los miembros de la UE se estima un incremento del 13% anual de los productos y servicios exportados, porcentaje que en cifras monetarias representan €13 mil millones (unos $15,242 millones). Pero considerando los sectores a nivel individual, las cifras anuales han sido catalogadas de ‘excepcionales'.

En cuanto a alimentos procesados, se prevé un incremento de mil millones de euros (51%), productos lácteos €729 mil millones (215%), mientras para el sector de químicos y textiles se estima una adición de €1.6 mil millones (6.9%) y €5.2 mil millones (220%) respectivamente (cifras 2015 reportadas por la Comisión Europea).

Otra oportunidad que reporta la UE de esta práctica es la creación de nuevas plazas de trabajo como respuesta al estimado incremento de la oferta, resultado de la mayor cantidad de productos exportados. Las estimaciones señalan que mil millones de euros en exportaciones de la UE a Japón se traducirán en la creación de 14,000 plazas de trabajo.

En cuanto a Japón, la industria automotriz y sus grandes participantes como Toyota, Nissan, Honda, se espera impulsen su actividad beneficiándose de la reducción de tarifas impuestas por parte de la UE al 10% sobre autos y la eliminación de la tarifa del 3% sobre las partes de autos.

¿RESPUESTA A PRÁCTICAS PROTECCIONISTAS?

Entre los objetivos del tratado se señala claramente los esfuerzos contra el proteccionismo de los mercados. Pero más que la simple promulgación de un objetivo por parte de ambos participantes es una percepción del mercado en general a raíz de las continuas acciones por parte del presidente de EE. UU en materia comercial y el establecimiento de limitaciones que crean fuertes tensiones en cuanto a la relación que mantiene la potencia norteamericana con sus aliados.

La realización de este objetivo en contra de las prácticas proteccionistas no se limita a la manifestación del acuerdo entre la UE y Japón. Estos 28 representantes del continente europeo han considerado establecer un tratado con China. A partir del año 2013, se ha desarrollado una tendencia a la promoción del Acuerdo de Inversiones cuyo objetivo es el otorgar acceso a largo plazo a inversionistas de ambas partes a los mercados de capitales europeo y japonés brindándose al mismo tiempo transparencia y protección adecuada para toda transacción que pueda llevarse a cabo.

Pero ¿a qué extensión son las prácticas proteccionistas negativas?

La respuesta con respecto a las prácticas proteccionistas podría enmarcarse al horizonte de tiempo que se extiendan las mismas, así como los términos que se establezcan mediante dichos actos.

Enfocándose al corto plazo, el proteccionismo puede favorecer el desarrollo de diversos sectores, industrias y compañías a nivel local para que las mismas establezcan ventajas competitivas; sin embargo, las desventajas se manifiestan generalmente si el proteccionismo persiste al largo plazo.

A lo largo de la historia, las extremas prácticas proteccionistas como las establecidas por EE.UU. en el siglo XIX, evidencian que el proteccionismo con presencia a largos plazos no permite que las ventajas competitivas desarrolladas sean empleadas frente la competencia internacional, promueve el incremento de los costos de productos y servicios locales a resultado de una oferta restringida, y se reporta una baja en el desarrollo e innovación a raíz de la no fuerte competencia.

El acuerdo entre la EU y Japón es producto del comportamiento del mercado en la actualidad, ya que en los últimos años se han enfocado en implementar la reducción de barreras comerciales para así permitir el flujo de capital y mercancías. Dicha postura es incompatible con el gobierno de EE.UU., sin embargo, la maquinaria comercial internacional continuará funcionando.

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