Eficiencia energética, fuente de crecimiento y competitividad para Panamá

Actualizado
  • 16/12/2019 00:00
Creado
  • 16/12/2019 00:00
La disminución de costos de energía de producción le permite a las empresas reducir parte de sus costos fijos y, por ende, competir con mayor fuerza. Si la reducción de costos de producción es transferida a los clientes, la cadena de valor se hace más competitiva

Continuando con lo expresado en el artículo publicado en este diario el pasado martes 10 de diciembre, ahora profundizaremos en los aspectos más técnicos, así como en los resultados esperados de un programa de eficiencia energética.

Eficiencia energética, fuente de crecimiento y competitividad para Panamá

Para hacer un uso más eficiente de la energía en todos los sectores que la usan en el país, es necesario establecer, primero, una estrategia empresarial que lleve a alcanzar los objetivos y metas de reducción de consumo a través de la eficiencia energética.

En la gráfica se muestran los pasos mínimos necesarios para alcanzar estas metas, las que pueden considerar desde reducir una cierta fracción del uso de energía anual (eléctrica, térmica, etc.) hasta la obtención de una certificación internacional en gestión de la energía, como es la ISO 50001.

Los tres primeros pasos mostrados se pueden implementar paralelamente con los tres últimos (ver gráfica). Sin embargo, el diagnóstico o auditoría de energía es esencial, así como la capacitación del personal y la creación de un equipo de energía. Es a través de la auditoría (diagnóstico) de energía que se identifican los posibles proyectos sobre energía, aumento de productividad y manejo de desechos, que llevarán a las plantas a alcanzar la meta trazada. Una vez que estos sean evaluados técnica y económicamente, pasarán a ser implementados y posteriormente verificados los ahorros estimados.

Resultados esperados luego de implementarse el plan

La reducción del uso de energía dependerá del grado de interés, inversión y de los proyectos identificados en la auditoría para obtener mejores resultados. En una de las gráficas también se muestran potenciales ahorros que se pueden obtener en función de las inversiones realizadas, sin importar el tipo o tamaño de la planta industrial y/o edificios.

La tabla está basada en resultados obtenidos en auditorías de energía realizadas a más de 300 plantas industriales en Estados Unidos y América Latina (ver gráfica). Resulta evidente que al menos un 10% del uso actual de la energía en una planta puede ser reducido, ahorros más altos pueden obtenerse según el grado de inversión, sin afectar la calidad ni cantidad del producto manufacturado.

En Panamá, se identificaron al menos entre 15 y 20 oportunidades de ahorro, en cada una de las plantas visitadas. Las visitas consistieron en observar y analizar los procesos industriales, así como revisar sus cuentas de energía eléctrica. Es aquí donde se observó que el costo de la energía eléctrica, es relativamente alto (0.154 $/kWh), además de ser un costo similar al encontrado en años anteriores (2009 y 2011, (2.3); este valor se acerca al de países con matrices eléctricas más carbonizadas, como Chile, en donde solo el 24.4% de la energía eléctrica es generada por centrales hidroeléctricas, sin embargo esta cifra es muy superior en Panamá alcanzando aproximadamente el 70% (2, 3). Esto permite además comparar los factores de emisión de ambos países: 0.2770 ton CO2-e /MWh (4) y 0.4187 ton CO2-e /MWh (5) en Panamá y Chile, respectivamente. Es decir, que por cada MWh generado, Panamá emite solo el 66% de lo que emite Chile por el mismo MWh.

Este costo de la energía eléctrica debe tomarse como una oportunidad, ya que debido a este se obtendrá un mayor ahorro económico producto de la implementación de proyectos de eficiencia energética, con un periodo de pago más rápido y un retorno a la inversión más alto, Es decir, es un buen momento para implementar proyectos de eficiencia energética en todos los sectores del país.

De la misma forma, y respecto a la reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), cualquier disminución en el consumo de energía eléctrica significa una cierta cantidad de GEI que deja de emitirse a la atmósfera.

Conclusiones y recomendaciones

La disminución de costos de energía de producción permite a las empresas reducir parte de sus costos fijos y por ende, competir con mayor fuerza. Si esta reducción de costos de producción es transferida a los clientes entonces la cadena de valor se hace más competitiva.

Finalmente, el uso más eficiente de la energía aporta como valor agregado la disminución de la huella de carbono de las empresas que incrementen su eficiencia energética y como resultado, la del país. Además, se generarán empleos, las ventas comerciales aumentaran y el costo de los productos manufacturados (por ejemplo) disminuirá.

Si se considera que cada sector de consumo disminuya en un X% el uso de energía debido a la implementación de proyectos y medidas de eficiencia energética (incluyendo energías renovables), entonces es posible pensar que esa misma reducción de un X% será el efecto en la disminución en la importación de combustibles. Esto afectará positivamente la balanza de pagos, descarbonizando además la matriz eléctrica y energética del país, aumentando la proporción de la generación hidroeléctrica, reduciendo la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero en esta misma proporción.

Para el futuro inmediato es indispensable la realización de auditorías de energía a plantas industriales (incluyendo agropecuarias) y edificios (hospitales y centros comerciales), así como la capacitación de personal, de técnicos, de ingenieros y estudiantes, contribuyendo así a las políticas establecidos por la SNE (2.3%).

Potenciales ahorros según costos de implementación y periodos de pago simple

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