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- 22/03/2022 00:00
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A 13 días para la fecha de inicio de la huelga en el sector de la construcción, la Cámara Panameña de la Construcción (Capac) y el Sindicato Único de los Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) buscan frenéticamente un acercamiento de las cifras de ajuste salarial para evitar la paralización anunciada para el próximo 4 de abril por los trabajadores. Aun cuando ambas ofertas difieren por 57 centavos, es posible que las partes vean la luz antes de la fecha tope, hay voluntad para ello, afirmaron a La Estrella de Panamá.
Desde hace cinco meses trabajadores y empresarios han solventado 149 de 152 cláusulas que contempla esta décimo segunda convención colectiva con el Suntracs, que en septiembre cumplirá 50 años de fundación. Los tres puntos restantes, en los que aún no hay acuerdo, se refieren principalmente al salario con distantes.
La semana pasada el Suntracs bajó sus pretensiones de 0.70 a 0.67 (dividido en los cuatro años que dura la convención colectiva) como respuesta a la movida de los empresarios que mejoraron su oferta de 0.70 a 0.10 por hora.
Los trabajadores aspiran a un “ajuste salarial” de 0.16 en el primer año; 0.16 en el segundo; 0.17 el tercero y 0.18 al cuarto año. Mientras que los empresarios plantearon 2 centavos en 2022, 2 centavos en 2023, 3 centavos 2024 y otros 3 centavos para 2025. 'Una posición mezquina y pírrica', califica Erasmo Cerrud, secretario de Defensa del Suntracs y negociador de la convención colectiva.
“10 centavos en cuatro años no se parecen en nada a lo que proponen los trabajadores. Es muy abismal, no hay fórmula para cerrar un acuerdo”, añade el obrero. A pesar de la diferencia abismal, Cerrud asegura que el fin del sindicato no es llegar a una huelga.
De acuerdo con Capac, Suntracs propone ajustes de 0.17 por año durante 4 años, lo cual en el caso del trabajador manual, significa un salario mensual de $1,025.44, más el 41% de los beneficios convencionales.
Con respecto al trabajador calificado, el salario mensual vigente es de $1,185.60, mientras que en la propuesta de Suntracs se incrementa a $1,387.36 por mes, que sumados los beneficios convencionales alcanzaría ingresos totales de $1,956.18 por mes.
Estos números para los empresarios desmitifican que se trate de salarios bajos, como alegan los trabajadores.
Capac defiende que su propuesta es razonable considerando que la industria no atraviesa por su mejor momento, especialmente después de permanecer paralizada en 2020 a causa de la pandemia, cuando se respetó el aumento acordado en la convención vigente (2018-2021). ¿Cuándo has visto un aumento en las mejores condiciones?, se pregunta Cerrud.
Con más de la mitad del inventario inmobiliario estancado, Capac considera que su propuesta es cónsona con la realidad económica y social que vive el país. La idea, añade Allen a La Estrella de Panamá, es preservar los empleos en una industria que no acaba de arrancar.
“Un aumento fuera de proporción para los empresarios implica el incremento de las obras, la mano de obra pesa un 40% en el costo de edificación, en un proyecto de infraestructura se calcula que puede pesar entre un 20% a un 22% del presupuesto”, explica el presidente de la construcción. Si estos aumentos van más allá de lo que puede resistir la obra, simplemente no se hace, no arranca o se ven afectados los planes tanto del gobierno como privados. Para la Capac se trata de salarios no atendibles de acuerdo con la realidad económica y la estabilidad de la industria.
Los trabajadores sienten que los empresarios reducen costos con sus salarios. Cerrud se refiere a que durante la convención no se abrió el tema para discutir el incremento en un solo año del 50% en el PVC, o de casi el 50% del acero u otro insumo de la construcción. “Eso no se discute, se paga, pero cuando se trata de los obreros, que es cuando se genera la riqueza, a ese le dicen que su ajuste es un problema”.
“Como es la regla del mercado no hay lógica que impere, sino que se recargan en los trabajadores para ajustar sus presupuestos”, añade el trabajador.
Aunque tiene la mayor voluntad de acercar posiciones, Allen ve difícil llegar a un punto medio si el sindicato no hace una movida de bajar sus pretensiones. De aplicar los números que sugieren los trabajadores, las empresas intentarán maximizar los proyectos, “las obras pueden durar más tiempo en construcción por la cantidad de personal que labore en ellas ajustados al presupuesto de la obra”, dice el empresario. Algunos proyectos “no van a arrancar porque el precio no da, hay una situación muy complicada en el inventario, hay proyectos que tienen por vender más del 50% de sus inventarios”, expresa con preocupación Allen. Todo esto afectaría más la situación, a sabiendas que los trabajadores ganan uno de los mejores salarios de la actividad.
Rafael Chavarría, dirigente de la Confederación Nacional de Trabajadores Organizados (Conato), defiende el derecho a huelga de los trabajadores “tienen derecho a una mejor remuneración, pero hay que tener presente la estabilidad del país y de las empresas que no se encuentran en su mejor momento; se pueden aplazar las negociaciones o los aumentos, pero teniendo en mente el valor de la canasta básica”, propone.
Ayer lunes los trabajadores acudieron por la tarde al Ministerio de Trabajo para presentar la declaratoria de huelga, lo que podría ocasionar que la entidad sugiera intensificar la cantidad de horas en la mesa de negociación.
No obstante lo anterior, lograr un acuerdo entre las partes propiciará el nivel de confianza de los inversionistas en el sector. El ajuste que se aplique en esta negociación impactará en obras de infraestructura, como el cuarto puente sobre el Canal, todas las líneas del Metro y sus extensiones, el tren ligero hacia el sector oeste (línea 3 del Metro), y de concretarse, aunque es una posibilidad muy lejana, el tren Panamá-David.