Transición energética 2050: ALC necesita de una mayor planificación regional

La planificación regional se ubica como uno de los principales retos que presenta América Latina y el Caribe (ALC) en medio de los compromisos que asumió para una transición energética a 2050.

Así lo explicó la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) durante el foro “Perspectivas energéticas de Latam para 2050”, presentado durante la VII Semana de la Energía, celebrada en Panamá.

Irena definió que la planificación regional integrada para la transición energética es clave y vincula la política energética con la política climática y los compromisos de los países. Sin ella, ve poco probable que se obtengan los diversos beneficios de la descarbonización, porque el tema implica esfuerzos conjuntos de los países en muchos frentes, como el desarrollo de infraestructura para la electrificación del transporte en la región, la expansión y el refuerzo de las redes para aprovechar el potencial de las energías renovables y la maximización del uso de los recursos entre los países.

“Se requiere hacer uso de todo tipo de instrumentos: gobernanza regional, planificación, mejoras del mercado, políticas y regulación”, indicó Ricardo Gorini, de Irena.

Otro elemento clave en transición energética es la interinstitucionalidad. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) explicó que este tipo de relaciones permite a los gobiernos combinar todas sus instituciones que tendrían que ver con los objetivos de reducción de emisiones de 2020 a 2050, ya que actualmente se depende del sector energético a la hora de implementar medidas.

“Ese es uno de los principales aspectos que se deben tener en mente, porque nosotros podemos hablar por días sobre este tema, sin embargo, lo más importante es cómo traducir ese mensaje a los otros sectores o ministerios”, dijo el representante del BID.

Gorini, por su parte, dijo que con el estudio de Irena, denominado 'Hoja de ruta de energías renovables para Centroamérica: hacia una transición energética regional', se busca mostrar técnicas que pueden apoyar el proceso de toma de decisiones de los responsables de la formulación de políticas, los responsables de la planificación energética, las instituciones gubernamentales y el sector privado para definir el desarrollo bajo en carbono en la región.

Sus hallazgos, dijo, pueden aclarar el diseño, la elaboración y la implementación de planes energéticos, contribuciones determinadas a nivel nacional, planes nacionales de mitigación y planes de inversión que están en curso o en trámite. El desarrollo bajo en carbono también es una pieza clave de las estrategias de recuperación poscovid-19 de los gobiernos de la región.