Visita de Varela, muy positiva para Panamá y para Cuba

  • 08/09/2015 02:00
Como se ve desde Cuba, la Zona Especial de Desarrollo del Mariel no interfiere en lo absoluto la Zona Libre de Colón 

El ministro de Comercio e Inversión Extranjera de Cuba, Rodrigo Malmierca, quien en una amplísima reunión de empresarios en Panamá explicó la dinámica de la Zona de Desarrollo Especial del Mariel, anunció hace unos días que las ofertas de negocios cubanas al mundo entero ya abarcan 246 proyectos en 11 sectores, con un valor superior a los ocho mil millones de dólares. Panamá, por su parte, profundiza acuerdos comerciales con países del Caribe y lo secunda el sector privado, que también observa con atención la acelerada evolución cubana y las perspectivas ya abiertas con el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

El gobierno del presidente Juan Carlos Varela suscribió en noviembre del año pasado un protocolo para ampliar el acuerdo comercial de alcance parcial con Cuba vigente desde el 20 de agosto del año 2009 y la Asamblea Nacional de Panamá dio este mes el visto bueno a un proyecto de ley que establece el Primer Protocolo Adicional de Acuerdo de Alcance Parcial entre los gobiernos de Panamá y de Cuba, presentado por el ministro de Comercio e Industrias, Melitón Arrocha, para acortar la distancia entre las economías de ambos países.

La estrategia que sigue Panamá en materia de comercio exterior para posesionarse como eje regional por su privilegiada condición geográfica interoceánica, la comparte de alguna manera con Cuba que vuelve a ser la llave del golfo de México también gracias a su estratégica ubicación que la convierte en un gran malecón hacia los cuatro puntos cardinales del continente.

Como admitió el propio ministro Arrocha, Cuba está en un momento clave e importante por su apertura al movimiento comercial y el Protocolo presentado permitirá profundizar el vínculo económico y comercial del istmo con los países del Caribe y expandir y diversificarlo con la mayor de las Antillas.

La ampliación del Canal de Panamá, y la expansión de la Zona de Desarrollo Especial del Mariel, un amplísimo puerto natural de aguas profundas a solo 45 kilómetros al oeste de la capital y dragado para admitir los barcos pospanamax que atraviesen la vía interoceánica a partir de 2016, son factores complementarios que ambas naciones buscan aprovechar.

Como se ve desde Cuba, la Zona Especial de Desarrollo del Mariel no interfiere en lo absoluto la Zona Libre de Colón cuya concepción comercial es muy diferente a la cubana, esta última de mayor complejidad que la istmeña porque combina numerosos sectores en una misma área física como logístico, industrial, comercial, financiero y de servicios.

Opera, además, mediante un régimen y políticas especiales, con el objetivo de fomentar el desarrollo económico sostenible a través de la atracción de inversión extranjera, la innovación tecnológica y la concentración industrial, pero en una constante articulación con la economía interna.

El enriquecimiento del acuerdo Panamá-Cuba está dirigido puede fortalecer los esquemas de integración económica regional que comparten ambos países como miembros plenos de varias organizaciones, al margen de que con las liberaciones que se están produciendo en la economía de la Isla por la aplicación del amplio reajuste conocido como ‘lineamientos económicos', el volumen de operaciones e intercambio comercial bilateral debe multiplicarse bajo el amparo de las seguridades y garantías que dan el marco jurídico del Acuerdo de Alcance Parcial. De hecho, ya con la aplicación de este último, los empresarios de Panamá y Cuba amplían su campo de acción al obtenerse por esa vía nuevas preferencias comerciales. En el caso de Panamá, el año pasado se expandieron a 73 líneas arancelarias y el mejoramiento de una treintena de las vigentes en sectores como la industria y la agricultura, mientras que Cuba se benefició con 200 y en 39 mejoró las preferencias existentes.

Esta propuesta, pendiente de aprobación en la Asamblea Nacional panameña, no se trata de un paso nuevo, sino de una dinamización de esos vínculos con el actual gobierno, pues ya el ministro Arrocha había participado el año pasado en La Habana en esas negociaciones del primer protocolo modificatorio del acuerdo rubricado el 7 de noviembre, y en aquel momento las partes se habían comprometido a ampliarlo y profundizarlo. Evidentemente, el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en las que, como dijo el presidente Juan Carlos Varela, Panamá puso su granito de arena con la histórica cumbre de las Américas que facilitó la reunión entre Barack Obama y Raúl Castro, es un magnífico telón de fondo para el perfeccionamiento de las relaciones cubano-panameñas.

PERIODISTA

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