Aranceles de EE.UU., ¿a las puertas de una guerra comercial?

Actualizado
  • 10/03/2018 01:05
Creado
  • 10/03/2018 01:05
Trump impuso este jueves los prometidos aranceles al acero y al aluminio, generando ‘temores' entre sus aliados

El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aumentar los aranceles sobre el acero y el aluminio, hizo estallar las alarmas entre los ‘aliados' y ‘enemigos' de Washington, bajo críticas y pedidos de ‘no abrir' las puertas para una guerra comercial.

‘Hoy, estoy defendiendo la seguridad nacional de los Estados Unidos', afirmó categóricamente este jueves el mandatario desde el Despacho Oval, antes de firmar el decreto que impone impuestos de un 25% para la importación de acero y un 10% para el aluminio, con lo que asegura, protegerá la industria local.

Flanqueado por parte de su gabinete y trabajadores de la industria siderúrgica, sector al que Trump ha prometido renovar con la medida, el mandatario aseguró que su decisión no fue por ‘elección', sino por la ‘necesidad' de proteger los ‘intereses nacionales'.

Las reacciones, en su mayoría críticas, aparecen desde diferentes partes del mundo.

LEY DEL TALIÓN

Los países de la Unión Europea (UE), socios comerciales claves para Estados Unidos, ya han anunciado que estudian respuestas ante la medida, aunque aún con cautela y a la espera de algún arreglo dialogado.

Quien no ha esperado ha sido Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, que según Reuters , esta semana avanzó la posible retaliación de la UE, que incluiría un gravamen no solo para el acero norteamericano, sino también a las producciones textiles, de calzado, cosméticos, barcos recreativos, la industria alimenticia, de jeans, motocicletas, entre otros.

Para evitar ese panorama, la UE busca que Washington les ofrezca un tratamiento especial. Sobre esto, la comisaria de Comercio del bloque comunitario, Cecilia Malmström, apuntó desde su cuenta de Twitter , que en virtud de la alianza cercana que existe con Estados Unidos, son ‘de la opinión de que la UE debería ser excluida de estas medidas'.

Sin embargo, las credenciales de ‘aliado', por el momento no parecen lograr revertir la decisión de la Casa Blanca.

En ese mismo tono, Japón, principal socio de Estados Unidos en Asia, apeló también al posible deterioro de las relaciones con este país y las afectaciones que podrían tener las relaciones comerciales. A las críticas o muestras de ‘preocupación' se unieron Corea del Sur, Reino Unido, Alemania, Francia, Brasil y Argentina, entre los cuales no se descarta llevar el caso a la Organización Mundial del Comercio.

Entre tanto, Canadá y México, exportadores importantes de acero a Estados Unidos, ‘celebraron' temporalmente su exclusión de las nuevas tasas arancelarias, aunque condicionadas a las negociaciones de los Tratado de Libre Comercio para América Norte (TLCAN), acuerdo en la mira de Trump incluso antes de ganar la presidencia.

‘Tengo la impresión de que vamos a alcanzar un acuerdo sobre el TLCAN (...) Si lo logramos, no habrá aranceles para Canadá y México', auguró el mandatario estadounidense.

Por su parte, China, manifestó su ‘firme oposición' a los aranceles de Trump, pidiendo revertir la decisión y amenazó con retaliar a los norteamericanos aplicando impuestos sobre sus productos, convencidos además, de estar preparados para enfrentar una guerra comercial, según información publicada por Xinhua .

La mayor parte de la atención se concentra en las reacciones del gigante asiático, principal rival geopolítico de Washington y, ciertamente, el primer productor de acero y aluminio del mundo: este exporta menos del 5% de su producción a los Estados Unidos, de acuerdo con un informe de diciembre del año pasado, elaborado por el Departamento de Comercio.

Este mismo estudio coloca a Canadá como el principal exportador hacia territorio estadounidense, seguido en orden descendente por Brasil, Corea del Sur, México, Rusia, Japón, India, Alemania y Taiwán.

FRENTE REPUBLICANO

Aunque la medida es bien recibida por una parte de la población en el marco del mantra de su administración, ‘Estados Unidos primero', con la que el presidente ha prometido la vuelta de las grandes fabricas al país y la creación de empleo, Trump mantiene resistencia no solo de algunos sectores del Partido Demócrata sino a lo interno del Partido Republicano.

Tradicionalmente agresivos contra la participación del Estado en la economía —excepto en lo militar— y defensores a ultranza de la desregularización económica, la noticia fue mal recibida en el partido.

Paul Ryan, republicano y presidente de la Cámara de Representantes del país, criticó la acción del mandatario, manifestando su ‘temor' por las ‘consecuencias no deseadas' de la medida.

En este mismo contexto, la salida de Gaty Cohn, principal asesor económico de la Casa Blanca, antiguo directivo de Goldman Sachs y ferviente defensor de las políticas pro mercado, presentó su renuncia, presuntamente por disputas en torno al gravamen del acero.

Las preocupaciones de Trump, sobre los efectos políticos inmediatos en la escena doméstica y las molestias en su partido, no son nimias, en particular con vistas a las próximas elecciones del 6 de noviembre, que renovarán toda la Cámara de Representantes, una tercera parte del senado y 39 gobernaciones.

‘Una industria sólida de acero y aluminio es vital para nuestra seguridad nacional, absolutamente vital. El acero es acero: no tienes acero, no tienes un país',

DONALD TRUMP

PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

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