Democracias en el mundo, en pandemia, con panorama sombrío

Actualizado
  • 20/12/2021 00:00
Creado
  • 20/12/2021 00:00
Según un informe de IDEA Internacional, dedicado a los estados de las democracias, la situación en algunos países de Latinoamérica es delicada. 'La Decana' conversa con Kevin Casas Zamora, secretario general de IDEA Internacional, sobre el tema.
Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA Internacional.

La situación de las democracias en el mundo en medio de la pandemia de la covid-19 se ha tornado sombría en algunos países y los retos que enfrentan algunas democracias son cada vez más severos, según reveló el informe sobre el estado de las democracias en las Américas 2021, dado a conocer en Panamá por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA). Según Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA Internacional, esta difícil situación toca también a algunos países de Latinoamérica como Brasil y Nicaragua, donde la salud de sus democracias atraviesa uno de sus momentos más delicados. De Panamá, Casas Zamora pide cuidar el proceso de revisión de su ley electoral que realiza la Comisión Nacional de Reformas Electorales (CNRE), para corregir las fallas de procesos electorales previos. Advierte que Panamá debe tener mucho cuidado de desechar este esquema como una cosa dispensable, ya que si el país ha tenido un progreso considerable, ha sido en la consolidación de sus instituciones electorales y de su proceso electoral que hoy es ejemplo para el resto de América Latina.

¿De qué se trata este informe bianual de IDEA Internacional?

Se trata de un informe global sobre el estado de las democracias que lo publicamos cada dos años y que tiene una base empírica muy amplia y un marco conceptual muy amplio que monitorea el desempeño de las democracias en casi 170 países con más de 100 indicadores de desempeño político con datos que van desde 1975 en adelante hasta la fecha ahora.

¿Cuáles han sido los hallazgos en este informe sobre las democracias del mundo?

Los hallazgos a nivel global sugieren un panorama más bien sombrío para la democracia a nivel global. Estamos viendo que los retos que enfrentan la democracias son cada vez más severos. ¿Cómo sabemos eso? En primer lugar, la cantidad de democracias en el mundo están disminuyendo. En los últimos dos años, durante la pandemia, se han perdido por lo menos cuatro democracias entre estas en: Malí, Costa de Marfil, Birmania y Servia que ahora es un régimen híbrido, y lo curioso es que hace dos años cuando publicamos el informe anterior el número de democracias todavía seguía creciendo; es decir, ha habido un cambio. En segundo, lugar y quizás más preocupante, no solo es un tema de cantidad, sino que la calidad de la democracia se está deteriorando prácticamente en todas partes. Uno de los conceptos que utilizamos en el informe es el de erosión democrática, que es cuando uno de los 29 atributos que nosotros medimos en un sistema democrático, experimenta un deterioro significativo en un periodo de cinco años en un país. Hace 10 años, un 12% de las democracias estaba experimentando erosión en sus democracias definidas así, esas cifras han subido a un 43%, o sea, que el deterioro es mucho más severo, mucho más extendido.

¿No hay noticias positivas sobre el estado de las democracias en el mundo?

Hay un panorama generalmente negativo; sin embargo, hay noticias positivas también y les menciono dos: Lo que hemos visto en estos dos años en materia electoral en el mundo ha sido positivo; los sistemas políticos democráticos han aprendido a celebrar elecciones en condiciones enormemente difíciles creadas por la pandemia de la covid-19. Cuando comenzó la pandemia uno de los grandes temores que había era que iba a dislocar los calendarios electorales de manera dramática y así fue al principio. En algunos países suspendieron o pospusieron elecciones. En el curso de estos dos años hemos visto un proceso de aprendizaje global muy notable, de manera que al día de hoy la enorme mayoría de los países celebran elecciones de acuerdo con su calendario. La segunda noticia positiva es el vigor del activismo cívico en el mundo. Hemos visto protestas y movimientos sociales de diferentes tipos en casi un 80% de los países del mundo, pese a las limitaciones a veces draconianas que han impuesto los gobiernos a la posibilidad de manifestarse en virtud de la pandemia.

¿Cuáles han sido esas señales de erosión en algunas de las democracias del mundo?

Hay diferentes aspectos y creo que una de las cosas más notables ha sido el ataque en muchos países a la libertad de expresión y a la libertad de prensa. Yo creo que ese es uno de los temas que de manera más consistente ha mostrado la pandemia. Por ejemplo, el uso de legislación concebida supuestamente para contrarrestar la desinformación en el contexto de la pandemia, pero que han sido penalizadas para castigar el ejercicio legítimo de la libertad de prensa y de la libertad de expresión. Eso ha pasado, tenemos casos documentados en casi 40 países, donde se ha utilizado ese esquema.

¿Cuál es el estado de las democracias en Latinoamérica?

Quizás el caso más preocupante que estamos viendo en esta zona es el de Brasil, donde hay un deterioro muy extendido de los diferentes atributos de la democracia y es un fenómeno que ya tiene varios años de estar ocurriendo. Lo que pasa en el caso de Brasil es que ese proceso de deterioro empezó desde un nivel relativamente alto de desempeño democrático. Pese al deterioro que ha ocurrido, el país sigue siendo, de acuerdo a nuestra medición, una democracia con un desempeño medio. De alguna manera lo mismo se puede decir, incluso más, de Estados Unidos. Otros casos problemáticos son el norte de Centroamérica. En los casos positivos están Ecuador y República Dominicana. En Ecuador la libertad de expresión ya no están bajo el asalto como hace pocos años cuando estaba el presidente Rafael Correa en el poder. En República Dominicana, no solo ha habido alternabilidad en el gobierno, sino que allí se ha creado un foro de discusión política donde convergen todos los partidos políticos para alcanzar grandes acuerdos nacionales en el contexto de la pandemia.

¿Cuál fue es la situación de Nicaragua?

La situación de Nicaragua es una tragedia, porque es uno de los dos países junto con Venezuela que en los últimos 15 a 20 años ha transitado de ser una democracia genuina pasando por todas las degradaciones convirtiéndose en un sistema híbrido hasta llegar a ser un régimen autoritario. Son los dos casos que de ser una democracia representativa han descendido a ser regímenes autoritarios. Son los dos únicos dos casos en el mundo.

¿Cuál es la situación de la democracia en Panamá?

La verdad no conozco los detalles de la situación acá en Panamá, pero lo que sí puedo decir es que Panamá construyó una costumbre maravillosa a lo largo de los últimos 30 años que era revisar de manera deliberada después de cada proceso electoral los aspectos de la legislación electoral que necesitaban mejorarse. Realmente es una muestra extraordinaria de madurez hacer eso y el caso panameño se había convertido en un ejemplo. Mi única advertencia es que no echen para atrás esas costumbre de revisar qué funcionó y que no del proceso electoral previo, y sobre la base de eso, construir acuerdos para reformar el sistema electoral.

¿Sería un retroceso, descuidar ese proceso de revisión?

Yo no voy a juzgar los detalles de lo que ha pasado en Panamá recientemente, lo que les digo es que lo que hizo Panamá después de varios procesos electorales anteriores, realmente es una institución que vale la pena preservar, porque se había convertido en un punto de referencia como una buena práctica a nivel internacional. Yo tendría mucho cuidado de desechar eso como una cosa dispensable porque realmente si hay algo en lo que Panamá ha hecho un progreso considerable ha sido en la consolidación de sus instituciones electorales y de su proceso electoral que hoy es ejemplo para el resto de América Latina.

¿En qué aspecto puede afectar la pandemia a futuros procesos electorales en la región?

Yo tengo una preocupación y tengo la sensación de que las consecuencias políticas más profundas derivadas de esta pandemia van a venir por vía de las crisis económica. Es la crisis económica la que va a generar fenómenos políticos que pueden ser muy adversos para la democracia.

¿Esto también podría afectar a Panamá?

A mí me da la impresión de que la factura política de esta crisis económica no se va a revelar sino hasta dentro de algunos años. Todavía es muy temprano para saber las consecuencias políticas para las democracias en Ámérica Latina de la crisis económica que todavía estamos viviendo.

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