Aberraciones y contrastes

JAIRO H. PERTUZ S

O bserve con detenimiento las desigualdades sociales, la solidaridad y el tratamiento que los diferentes países y culturas le dan a las diferentes situaciones que presenta el conglomerado mundial. Quedará estupefacto y comprobará las disimilitudes que presentan.

Mientras unos pocos de ese conglomerado viven en la opulencia y el disfrute de todas las comodidades, miles de millones viven en pobreza, con incontables limitaciones o recibiendo bombardeos y humillaciones. Se predica sobre democracia y obligaciones, pero se somete a los pueblos y se apoyan dictaduras. Indoamérica está comprometida con su proyecto de real independencia, con el convencimiento de las masas sobre una sociedad más justa que permita el rescate de tantos sacrificios en este holocausto, casi permanente, de miles de desaparecidos, torturados, muertos y lisiados. Solo en Argentina hay más de 30 mil desaparecidos. El odio y los intereses están acabando con el amor, que, se supone, anida en todo ser humano. Los sacrificados en Colombia, en un enfrentamiento fratricida de guerra interna aumenta con los semánticamente llamados ‘falsos positivos’ mientras catalogan como ‘terroristas’ solamente a las guerrillas. Todas son vidas humanas. Que decir de otros tantos miles de vidas arrancadas en Chile, Uruguay, Méjico (desde Tlatelolco), El Salvador, Honduras, Nicaragua, a manos de otros hijos de su pueblo. ¿Cómo se llama esto?, ¿que los ha inspirado?, ¿quiénes los entrenan y hasta financian?, ¿qué sucios intereses los anima? Es terrorismo lo de al-Qaeda, pero lo demás citado, también es terrorismo, como es terrorismo invadir a otros países con mentiras para apropiarse de sus riquezas. Hoy por hoy, al-Qaeda no es significativo para los países árabes. No obstante, existen incondicionales del engaño y la desinformación sobre estos temas. Son infames congénitos iguales que a quienes defienden. Se discrimina hasta las expresiones del arte impidiendo las presentaciones de artistas de países incómodos a sus intereses en certámenes internacionales. Pregunto a usted, amable lector, ¿quiénes han sido más crueles y han matado más cantidad de inocentes en el mundo, Chávez y Gadaffi, o los Bush y Cheney? Sin embargo, ya existe una orden internacional de captura para el dictador Gadaffi y su hijo vivo, los otros y sus nietos han sido asesinados, en su país, por bombas de EEUU y la OTAN, ¿eso está bien? ¿y si fuera al revés? Mientras, los Bush, con miles de muertes a sus espaldas, no tienen siquiera una investigación y disfrutan su vida millonaria. ¡Qué contraste, no? Estados Unidos y el resto de las ‘grandes potencias’ cada vez abren nuevos frentes de guerra, no concluyen con ninguna ni se ven los beneficios para los países donde intervienen, solo destrucción y muertes. Mientras, en América se amplía la incertidumbre y las muertes violentas en varios países del patio trasero. Méjico continúa en un baño de sangre que ahora se extiende a Guatemala. La señora Fujimori recibe ayuda foránea, no cabe duda. Inseguridad hay en todos nuestros países, sin embargo, Guiuliani —ex alcalde de NY— viene, en plena campaña, a asesorarla sin ser Presidenta. Viene a asegurar los intereses geopolíticos de su país, así es la cosa. Es duro comprobar que los enfoques en mis análisis internacionales son acertados. El discurso del señor Obama del 19/5 fue intrascendente. Sobre el caso israelí palestino cuya paz no llegará sin que se suspendan los asentamientos y los palestinos reconozcan al Estado de Israel e Israel al Estado Palestino. Atacó a Libia, pero no mencionó siquiera lo que sucede en Arabia Saudita, Bahrein y Qatar, sus aliados, donde hay peores injusticias y donde la mujer está más sometida. Tampoco a Marruecos que, además, le roba y negocia con España las riquezas pesqueras del país Saharahui. La reunión con el ‘rey’ de Jordania trata de calmar los levantamientos en todo el Oriente Medio y la muerte de miles de musulmanes. En otros aspectos, el Banco Mundial siempre lo preside un estadounidense y el FMI un europeo. El resto de países del mundo están excluidos aunque cuentan con hijos que tienen suficientes méritos para dirigirlos. ¿Por qué estos privilegios? ¿Por qué la discriminación?