Consecuencias de gravedad

Actualizado
  • 12/07/2012 02:00
Creado
  • 12/07/2012 02:00
Las consecuencias de irresponsabilidades por actuaciones de gobiernos y grupos de países son innumerables. Su gravedad es tan grande y n...

Las consecuencias de irresponsabilidades por actuaciones de gobiernos y grupos de países son innumerables. Su gravedad es tan grande y numerosa que está destruyendo la humanidad sin que de ello se ocupen quienes tienen la obligación de hacerlo. En grupos o separadamente, algunos gobiernos y pequeños bloques-potencia, valiéndose de subterfugios y poderes socio-económicos y políticos, vienen cometiendo, por generaciones, el más horrendo holocausto contra la humanidad y la naturaleza. La señora Lagarde (FMI) manifestó gran preocupación por las perspectivas de la economía europea y mundial. Y no es para menos. En Grecia, España e Italia la tardía austeridad afecta profundamente a los pobres y a pequeños empresarios que se están suicidando. La emigración aumenta a Alemania e indoamérica. Solo a Méjico, en los 2 últimos años, han emigrado alrededor de 6 mil españoles. ¿Cuántos miles más de europeos están emigrando al resto de países indoamericanos? ¿Qué grado de beneficios o perjuicios, conlleva esta ola migratoria que, mayormente, no es de ‘inversionistas’ y si lo fuere, de que tipo de ‘inversiones’ se trata? La economía mundial está en ‘cuidados intensivos’ –sobretodo de las ‘grandes’ potencias— ¿qué corresponde hacer a los gobiernos de los países indoamericanos? Bien, tomar medidas de austeridad, proteger y fortalecer el sector agropecuario, marítimo y ambiental; optimizar los sistemas de salud y educación, controlar eficientemente la inmigración y generar paz social interna sin persecuciones ni enfrentamientos de pueblo contra pueblo; ampliar y diversificar las exportaciones a nuevos mercados como China, Medio Oriente y Rusia, pero, más que nada, recuperar los recursos naturales y fortalecer la unidad de Centro, Sur América y el Caribe.

Las ‘irresponsabilidades’ continuarán porque, en su mayoría, son preconcebidas y obedecen a intereses geopolíticos y socioeconómicos. Por desgracia, así es el hombre y así es el sistema de occidente. Solo las acciones decididas de los pueblos, orientadas al bien común, podrán dar al traste con los afanes desmedidos de enriquecimiento y dominación. Se requiere explotar la sabiduría que Dios nos ha dado, e inspirados en Él, dar la batalla que Él nos demostró al expulsar a los mercachifles del templo, que es el mundo, y dar el amor en servicios y justicia a todos los empobrecidos. Indoamérica tiene que crear y fortalecer sus espacios de negociación con organismos libres de imposiciones, vetos y certificaciones de parte de quienes carecen de autoridad y méritos y que, por el contrario, son ellos los que deben ser certificados, juzgados, sancionados y vetados por sus actuaciones, incluso, contra sus propios pueblos.

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