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Raúl Delvalle: ‘El ‘Power Point’ soporta todo, pero cuando vas a la realidad, es muy complicado’
- 21/04/2024 00:00
- 20/04/2024 11:58
Los desafíos para el país en los próximos cinco años son producto del cúmulo de decisiones aplazadas por las diferentes administraciones que, al no atenderlas en tiempo oportuno, ya sea por costos políticos o falta de músculo, generan un panorama muy complicado para la siguiente administración.
Aunque reiterado, uno de los primeros temas a atender es el déficit del programa Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS); la decisión sobre la construcción de la reserva de Río Indio para solventar la disponibilidad de agua para la operación del Canal de Panamá y para el consumo; las posibles reformas constitucionales; recuperación del grado de inversión y la generación de nuevos empleos formales.
Desde la perspectiva del empresario Raúl Delvalle, para abordar estos retos lo primero que hay que hacer es reducir el tamaño del gobierno, facilitar la tramitología y generar un ambiente de confianza con el inversionista con reglas claras y una justicia que funcione.
Como empresario, ¿cómo valora las propuestas de campaña en materia de generación de empleos?
Circulan cifras y quienes estamos en el sector empresarial sabemos lo difícil que es generar empleo. Lo primero que pasa en este país es la tramitología, todo permiso de construcción, sanitarios, importación y exportación, requiere de un proceso muy engorroso. Se creó la figura de la ventanilla única, pero se ha dejado de lado. Respondiendo a la pregunta, la respuesta es la infraestructura gubernamental, una de ellas es el tema del agua. La alternativa puede ser con el proyecto de Río Indio o de Bayano, pero es una decisión que tenemos que tomar. Es una decisión que genera empleo, inversión local o extranjera, tiene un buen impacto económico. Es una decisión que ha estado archivada, los estudios que tiene el Canal de Panamá justifican lo que hay que hacer, no solo para el funcionamiento de la vía, sino para abastecer de agua potable a la población. Diría que eso, con infraestructuras adicionales es una forma de generar empleo. Hay un límite de cuánto podemos generar en el sector privado. Pero voy a recomendar a los candidatos un programa exitoso, de los más interesantes en el tema, en el que participa el sector privado y el público, las famosas Asociaciones Público Privadas (APP), el programa se llama Padrino Empresario, adscrito al Ministerio de Desarrollo Social. Fui parte de esa junta directiva y es una forma exitosa de insertar a los ciudadanos al primer trabajo.
Los números en cuanto a generación de empleos que prometen los candidatos, ¿son viables?
A veces el ‘Power Point’ soporta todo, pero cuando vas de la presentación a la mesa de trabajo o a la realidad es muy complicado. Volvemos al tema del paternalismo, en vez de ayudar en la educación - pero no pagando a quienes pueden hacerlo, que simplemente es una burla - hay que brindar educación para todos.
Las reformas constitucionales para los empresarios significa poner freno a la economía, ¿es la constante?
Más allá de la reforma hay que enfocarse en el tema de la justicia, este es un factor fundamental para atraer inversión local y extranjera. Si no hay justicia y no hay reglas del juego claras, nadie va a invertir en el país.
¿A qué se refiere exactamente?
Lo primero es que los casos duren diez o doce años en todas las facetas del proceso. ¿Quién tiene el estómago o el bolsillo para aguantar 10 años en una Corte? No hay rendición de cuentas de qué casos están en trámite, qué casos hay o no hay. Hay un limbo. En algunos casos fallan rápido, pero en otros se tardan mucho tiempo.
Si tuviera que enumerar los principales desafíos del país, ¿cuáles serían?
Una de las primeras tareas es generar confianza entre el gobierno y la ciudadanía. No lo digo despectivamente, es algo que hemos acumulado en los últimos años y para eso el gobierno debe dar su cuota-parte de sacrificio. Esto significa que probablemente, y no necesariamente en este orden de ideas, hay que disminuir el tamaño del Estado, está sobredimensionado. Eso no significa necesariamente planilla, también refiere a los subsidios. Nos estamos convirtiendo en un país paternalista en el que el panameño simplemente está esperando el ‘qué hay para mí’. Los recientes escándalos del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Ifarhu), son simplemente uno de los tantos ejemplos. Digo escándalo, porque espero que las autoridades profundicen en la investigación y no quede sin sanción. Lo segundo, refiere al tamaño del Estado. La Asamblea Nacional tiene un presupuesto de casi $300 millones. Hace seis años era de $60 millones.
Todos hablan del alto presupuesto de la Asamblea, pero lo asignan cada año...
La Asamblea no tiene obras de infraestructura, no hace licitaciones. Tiene planilla. Eso es una burla. Son pequeños mensajes que requieren una gran cuota de sacrificio por parte del Estado y va a requerir una cuota adicional por parte de la ciudadanía. Por ejemplo, el tema de la Caja de Seguro Social. Sabemos que el programa de Invalidez, Vejez y Muerte está quebrado, la forma más decente de decirlo, que los panameños no van a poder recibir su jubilación digna en el corto plazo, pero antes de pedir a los asegurados un sacrificio se debe resolver el problema de los medicamentos, de las citas médicas. Esto tomará un tiempo, pero al menos, si pedimos sacrificios, hay que resolver eso. Es lo que yo llamo cuota-parte de sacrificio.
¿Por qué la Ciudad de la Salud no está contribuyendo a bajar la mora en las citas médicas de la CSS?
A eso tienes que añadir algo más doloroso, no se ha creado el hospital oncológico a pesar de que hay dinero para muchas otras obras. Cada persona que está viendo este programa seguramente conoce de algún caso de lucha contra esta enfermedad tan fuerte y no hay voluntad, porque es la palabra, voluntad para construir un nuevo hospital oncológico.
Si brindamos la atención a los usuarios de la CSS, ¿de dónde va a sacar el gobierno el dinero para pagar el déficit?
Por eso empecé diciendo que el gobierno necesita hacer su cuota de sacrificio. Ya nos han dicho las calificadoras que estamos gastando más de lo que podemos pagar. Quizás el panameño de a pie no comprende lo que significa perder el grado de inversión, pero cuando empiecen a recibir las cartas de los bancos diciendo que hay que ajustar las tasas de interés, del carro, la hipoteca o préstamo personal, nos vamos a dar cuenta lo que significa el grado de inversión y la importancia de tratar de recuperarlo.
En el caso de la minería, las demandas que hay en las Cortes Internacionales en contra del Estado, ¿qué tipo de repercusiones puede acarrear al país?
Hasta donde sé hay tres arbitrajes de la mina. Eso conlleva no solo un gasto en la defensa para el Estado, sino la posibilidad de una condena. La mina es uno de los retos más importantes que va a tener el próximo gobierno. Hay que tomar una decisión de qué hay que hacer con la mina. La realidad es que como está ahora mismo, emanando gases, probablemente es más perjudicial que una mina en producción. Hay un plan de cierre que primero tiene que terminar la operación, un mejor contrato, y lo más importante una supervisión adecuada. La mina estuvo operando por casi 10 años, nadie dijo nada entonces.
El tema de la mina genera pasiones a favor y en contra, igual en las propuestas de los candidatos presidenciales, ¿en su opinión qué se debe hacer al respecto?
Primero es que vivimos momentos muy desagradables con las manifestaciones de octubre y noviembre. Siento que el problema de la mina era un bajo porcentaje de la manifestación. Creo que la mayoría expresaba un malestar por lo que está sucediendo en el país. Lo segundo es que de una forma u otra, tanto los candidatos como el gobierno que está por salir, no se han atrevido a enfrentar el problema de la mina de una forma frontal por el efecto político que puede generar. Vis a vis, le puede costar la elección a un candidato o puede generar más desgaste. Hemos aprendido muchas lecciones con el problema de la mina. El primero es que estamos mandando un mensaje negativo a los inversionistas extranjeros de que aquí no hay seguridad jurídica y que los pueden sacar en cualquier momento. Es verdad que había un tema con la moratoria y el contrato, pero al final del día para los mercados internacionales es una empresa extranjera que sacamos del país. Segundo, dejar la mina como está es más peligroso. Debe iniciar un proceso de cierre que no es de un día para otro. Desde mi perspectiva, si estuviera en mis manos la decisión me sentaría con la empresa operadora para lograr un mejor contrato para Panamá, más beneficios y que de alguna forma los pueblos aledaños sientan el beneficio de la mina con activos o infraestructuras dirigidas a ellos.
¿Cómo debe ser la supervisión ambiental?
En ese punto debe haber una buena supervisión. La mina genera suficientes fondos para crear una supervisión adecuada no solo de expertos locales, sino internacionales, porque la mina es algo relativamente nuevo para nosotros. De esa forma iniciar un proceso ordenado de cierre que produzca por varios años, cree ingresos para Panamá, genere trabajo.
Pero existe una ley de moratoria minera...
Cuando hay voluntad política y de todos los panameños ofreciendo reglas claras del juego y comunicándolas, eso de alguna forma u otra se puede. Estoy convencido que tenemos la madurez para hacer esto.
¿Cómo va a recuperar el país el grado de inversión en las circunstancias en que estamos?
La principal forma es disminuir los gastos y aumentar los ingresos. No somos buenos cobrando. La factura electrónica está ayudando, pero la ley de responsabilidad fiscal que se implementó en el gobierno de Mireya Moscoso, que era al 1%, hoy es inexistente. No puedes continuar gastando desmesuradamente sin un control que te diga que tienes que bajar el gasto. La ley de responsabilidad fiscal es el primer mensaje que podemos mandar a las calificadoras para recuperar el grado de inversión.
Hay muchas voces que buscan terminar con los oligopolios, ¿usted como empresario qué tiene que decir al respecto?
Es importante que se aclare que no en todos los rubros donde participan distintas empresas se puede considerar un oligopolio. Si bien es cierto es común hablar de alimentos, medicamentos, energía, no necesariamente significa que existe un oligopolio. Hay también sana competencia. A veces caemos en estos debates políticos que no son correctos y generan falsas expectativas.
Usted como empresario, ¿en qué condiciones invertiría en Panamá?
Aquellas en que las reglas del mercado sean claras. De igual forma el tema de la justicia para mí es fundamental. Yo hago énfasis también en la facilitación de negocios. No significa que den las cosas gratis, pero sí que agilicen la tramitología.
Califique el ambiente electoral...
Hay encuestas públicas que reflejan un 20% de personas que aún no saben por quién van a votar. Eso puede ser una balanza importantísima el día de las elecciones. Probablemente esa balanza está enfocada hacia los jóvenes quienes están indecisos. Ojalá voten a consciencia, de quien están convencidos, de lo que dice el candidato independientemente de las encuestas. Hay mucha incertidumbre, mucho ruido de lo que puede pasar con algunos candidatos. Hasta el último día no hay la posibilidad de que un candidato endose a otro, aunque no deja de ser una posibilidad, en todas las elecciones ocurre. Pero después de ver el reciente debate observo que los candidatos han mejorado sus propuestas, algunas un poco por las nubes, pero ese 20% indeciso tendrá sin duda un peso importante.