- 08/03/2014 01:00
MOSCÚ. Rusia obtuvo apoyo ayer para el intento de Crimea de separarse de Ucrania en un referéndum que se celebrará el próximo 16 de marzo. En la Plaza Roja de Moscú, 65,000 personas ondearon banderas y corearon ‘¡Crimea es Rusia!’.
La presidenta de la cámara alta del parlamento ruso, Valentina Matvienko, dijo al titular de la legislatura de Crimea, Vladimir Konstantinov, que Moscú recibirá de buen grado a Crimea si ésta lo resuelve en su referendo. Alrededor del 60% de la población de Crimea se identifica como rusa.
‘Si se toma la decisión, entonces (Crimea) será una parte en absoluta igualdad de la Federación Rusa’, dijo Matvienko. Destacó los malos tratos denunciados por los habitantes de habla rusa en las regiones oriental y austral de Ucrania, la principal justificación de Moscú para intervenir en el país vecino.
Por su parte, el parlamento ruso se apresuró a presentar proyectos de ley que facilitarían el ingreso de Crimea a Rusia. De acuerdo con el derecho constitucional vigente, Rusia solo puede anexar un territorio extranjero mediante un acuerdo iniciado por el gobierno extranjero correspondiente. Dado que Crimea es legalmente parte del territorio ucraniano, ello requeriría firmar un acuerdo con las nuevas autoridades en Kiev, las que han condenado la incursión rusa en la región.
Las nuevas leyes eliminarían ese requisito, dijeron parlamentarios, y agregaron que podrían ser aprobadas la semana próxima.
En la Plaza Roja, en el lado opuesto al parlamento, 65,000 personas asistieron a un acto organizado por el Kremlin en apoyo a la secesión de Crimea.
Sin embargo, el presidente del Parlamento de Ucrania, Alexandr Turchynov, firmó ayer un decreto por medio del cual vetó la decisión del Parlamento de Crimea de sostener el referéndum.
‘De acuerdo con la Constitución de Ucrania, así como con la Constitución de la república autónoma de Crimea, cualquier referéndum regional es ilegal’, según el decreto.
‘El asunto podría resolverse exclusivamente por medio de un referéndum nacional, aprobado por el Parlamento del país’, agregó el texto.
‘PREOCUPANTE’
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró ‘preocupante y grave’ el referéndum, indicó el viernes su portavoz, Martin Nesirky.
Ban pide insistentemente a las autoridades de Ucrania tratar este asunto con calma, y abstenerse de toda acción precipitada. Nesirky añadió que Ban insistió en la necesidad de mantener la paz y la estabilidad en la región.
El portavoz no precisó, sin embargo, si el referéndum está considerado por la ONU como ilegal según las leyes internacionales o de la constitución ucraniana como afirmaron Estados Unidos y sus aliados.
SIN ‘SACRIFICIO’
Por otro lado, tras una conversación telefónica, Putin afirmó que Moscú y Washington aún tienen posiciones muy alejadas sobre la situación en la ex república soviética, donde, dijo, las nuevas autoridades habían tomado ‘decisiones absolutamente ilegítimas sobre las regiones oriental, sudoriental y Crimea’.
‘Rusia no puede ignorar los pedidos de ayuda y actúa de acuerdo a eso, en total respeto de la legislación internacional’, sostuvo Putin.
Por su parte, Obama dijo que instó al mandatario ruso a aceptar los términos de una posible solución diplomática para la disputa sobre Crimea que considere los legítimos intereses de Rusia en la región.
No obstante, Putin remarcó lo que calificó como ‘la importancia suprema de las relaciones ruso-estadounidenses para asegurar la estabilidad y la seguridad en el mundo’, dijo el Kremlin.
‘Estas relaciones no deberían ser sacrificadas por diferencias individuales, aunque sean muy importantes, ante problemas internacionales’, afirmó Putin.
Además, el presidente ruso reiteró que Moscú no está detrás de la toma de Crimea y aseguró que soldados sin insignia que han rodeado bases ucranianas son ‘unidades locales de autodefensa’, argumento que Occidente ha ridiculizado.
SANCIONES
Por su parte, Obama anunció el jueves las primeras sanciones contra Rusia desde el inicio de la crisis y ordenó prohibiciones de visas y congelamientos de activos contra personas hasta ahora no identificadas, consideradas responsables de amenazar a la soberanía de Ucrania.
La Unión Europea, el mayor socio comercial y cliente energético de Rusia, adoptó un plan de tres etapas para intentar forzar una solución negociada, pero no instauró sanciones inmediatas.
Japón respaldó la postura occidental y el primer ministro, Shinzo Abe indicó que las acciones rusas en Crimea son una amenaza a la paz y seguridad internacional.
China, a menudo un aliado de Rusia a la hora de bloquear medidas occidentales en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue más cauta y dijo que la imposición de sanciones económicas no es la mejor manera de resolver la crisis y evitó comentar sobre la legalidad del referéndum de Crimea.