Un nuevo orden mundial de realidades múltiples y guerras multidimensionales

  • 17/09/2021 00:00
La lucha de poder ocurrirá en campos de batalla virtuales, ideológicos y cibernéticos. EE.UU., Rusia, China y la UE son las potencias que protagonizan la batalla
Un nuevo orden mundial de realidades múltiples y guerras multidimensionales

El fin de la guerra en Afganistán marcó el fin de la era 9/11. Durante 20 años el aparato militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el cuerpo diplomático de sus países miembros dedicaron sus recursos a librar una guerra contra el terrorismo, mientras que China y Rusia se prepararon para la eventual fractura del polo transatlántico y un mundo de competencia de grandes potencias. El fin de la guerra en Afganistán reseteó el tablero de ajedrez del escenario internacional. Y en las primeras semanas del mes de septiembre de 2021 cada polo de poder hizo su primera movida hacia un nuevo orden mundial de realidades múltiples y campos de batallas multidimensionales.

China

EE.UU. y la Unión Europea dedicaron las primeras dos décadas del siglo XXI a transformar sus fuerzas armadas, agencias de inteligencia y cuerpos diplomáticos para combatir enemigos insurgentes en el Medio Oriente. China, por su parte, aumentó sus gastos en defensa por un factor de 6 durante las últimas dos décadas. Alrededor de 45% del presupuesto militar fue dirigido a la modernización de equipos bélicos. La estrategia militar de Pekín la estableció Xi Jinping en 2017: convertir al Ejército de Liberación Popular en un ejército de “clase mundial” para finales de 2049. A la fecha, China ya comanda un ejército, una marina y un arsenal de misiles balísticos (tierra-aire) mayor que el de EE.UU. y entre 55 mil y 100 mil hackers forman parte de su ciber-ejército comparado con los 16 mil integrantes del Cyber Command de EE.UU. (por supuesto que la capacidad de EE.UU. en términos militares son superiores, sin embargo, China utiliza de manera agresiva la manipulación y su control de porciones del ciberespacio en todo el mundo).

El objetivo del Partido Comunista Chino no es la hegemonía mundial, pero sí una hegemonía tecnológica –tal y como lo estableció Xi Jinping en su plan China Standards 2035 en 2020– y un control territorial total de la región de Asia-Pacífico. Xi advirtió al mundo durante las celebraciones de los 100 años del Partido Comunista Chino que cualquiera que se atreva a intimidar a China “será golpeado hasta tener la cabeza cubierta en sangre” y algún intento de apoyar o promover la independencia de Taiwán se encontrará con una “acción contundente”. La opresión implacable que Pekín demostró en Hong Kong los últimos dos años fue apenas el comienzo de las aspiraciones de control territorial y virtual del Gobierno chino. Y este 15 de septiembre el Consejo de Estado del Partido Comunista Chino hizo su primera movida de esta nueva era, al dejar claro el objetivo a mediano plazo: “el proceso histórico de la inevitable reunificación nacional con Taiwán... Nadie debe subestimar la firme voluntad, la determinación y la capacidad del pueblo chino para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial”.

Rusia

Las ambiciones de la Rusia de Vladimir Putin son más modestas y proporcionales al poderío económico y militar del país. Previendo probables protestas tras los comicios legislativos del 17 al 19 de septiembre, Putin decidió recordarles a sus adversarios internacionales que Moscú controla los hilos en conflictos sumamente desestabilizantes a nivel mundial.

El 13 de septiembre Putin viajó a Nizhni Nóvgorod para supervisar ejercicios de guerra en conjunto con Bielorrusia, donde más de 200 mil soldados participaron y Rusia estrenó sus tanques de guerra no tripulados, entre otras nuevas tecnologías de guerra. La aceleración de la integración militar entre Moscú y Minsk alertó a los gobiernos de Letonia, Lituania, Estonia y Polonia, pero también puso a Ucrania nuevamente en jaque, rodeado por un letal enemigo y sus sueños de reintegración soviética. El final de la construcción del oleoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania a principios de septiembre no solo garantizó una década más de dependencia económica y energética entre Ucrania y Rusia, sino también es un elemento disuasorio de sanciones contra el régimen de Putin y la represión política en Rusia. Y finalmente este 14 de septiembre Putin recibió de “sorpresa” a Bashar Al-Assad para mostrar al mundo su respaldo al brutal régimen sirio y la sumisión del mismo a la voluntad de Moscú.

Unión Europea

Sorprendentemente, la movida más ambiciosa en este tablero de ajedrez internacional provino de Europa. Ante la inminente salida del poder de Ángela Merkel, la Comisión Europea dejó claro que el liderazgo de la Unión no mostrará debilidades en este periodo de transición en Alemania (el motor económico del bloque regional).

Durante el discurso anual del estado de la Unión Europea, Ursula Von der Leyen enfatizó que en este nuevo tablero de juego el bloque regional priorizará los intereses del mercado único más grande del mundo por encima de sus principios tradicionales o alianzas históricas. Von der Leyen destacó que “habrá misiones donde la OTAN o Naciones Unidas no estarán presentes, pero donde debería estar Europa”. Y la gran lección que sustrajo la presidenta de la Comisión Europea de la experiencia en Afganistán fue que “podemos tener las fuerzas militares más avanzadas del mundo, pero si nunca estamos preparados para usarlas, ¿de qué nos sirven? Lo que nos ha frenado hasta ahora no es solo un déficit de capacidad, es la falta de voluntad política”.

El bloque europeo anunció sus intenciones de convertirse en líder mundial de capacidades cibernéticas e integrar sus sistemas militares para utilizarlos proactivamente en defensa de los intereses particulares del polo de poder.

Estados Unidos

La calamitosa retirada de EE.UU. de Afganistán marcó el inicio formal del colapso hegemónico mundial de la OTAN bajo el liderazgo de Washington.

Este 15 de septiembre el presidente Joe Biden formalizó el inicio de una nueva era de política exterior de EE.UU. El anuncio de un nuevo pacto militar entre el Reino Unido, Australia y EE.UU. es el nacimiento de un nuevo polo de poder separado de Europa y un renfoque total del aparato militar y diplomático del Gobierno estadounidense. Según Joe Biden, el mundo “se está volviendo más complejo, especialmente aquí en nuestra región, el Indo-Pacífico”. AUKUS, las siglas de la nueva alianza, es una medida de contención para contrarrestar las aspiraciones territoriales de China en el Indo-Pacífico. La alianza anglófona integrará los esfuerzos de los países miembros en áreas de inteligencia artificial, tecnología cuántica y cibernética, instalaciones industriales y cadenas de suministro. El acuerdo más importante que develó AUKUS fue la construcción en conjunto de una flota de submarinos de propulsión nuclear para la marina australiana. Sería la segunda nación en el mundo después del Reino Unido en recibir la tecnología estadounidense. El pacto también significó que el Gobierno de Australia canceló el contrato firmado con Francia en 2016 por $36 mil millones para la construcción de submarinos con tecnología francesa.

Conclusión

El nuevo orden mundial y la lucha entre los polos de poder ocurrirán en campos de batalla virtuales, ideológicos y cibernéticos. Las aspiraciones de China y la Unión Europea son de una expansión de control territorial y virtual. China busca el control del Indo-Pacífico, mientras que la Unión Europea reafirmó su promesa a los Estados balcánicos de permitir su eventual adhesión al bloque regional. Vladimir Putin tomó una postura defensiva. La estrategia rusa es alinear los intereses de las cleptocracias de Asia central y reunificar los territorios exsoviéticos.

El plan de Moscú delimita una tierra de autoritarios entre China y Europa vigilados por el miedo. Y EE.UU. claudicó al liderazgo mundial y simplemente renfocó sus recursos del Medio Oriente hacia el Pacífico y alineó sus intereses de defensa con dos aliados naturales e históricos. AUKUS también presentó un nuevo enfoque militar que buscará desarrollar capacidades de tecnología cuántica y cibernética para abordar los nuevos conflictos de realidades múltiples.

Los nuevos conflictos internacionales ocurrirán en un mundo anárquico que simultáneamente será cada vez más interconectado y bajo un régimen multilateral mundial básico (las Naciones Unidas); un mundo en donde la OTAN continuará salvaguardando el Atlántico y promoviendo la democracia, pero también verá la paulatina separación de EE.UU. y la Unión Europea, y el abandono de valores liberales; un mundo donde China y EE.UU., y Rusia y la Unión Europea son ambos socios comerciales y adversarios políticos; un mundo de realidades múltiples y campos de batallas multidimensionales.

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