Tres de cada siete democracias en retroceso se encuentran en las Américas

A pesar de los avances, durante las últimas cinco décadas, las democracias Brasil, El Salvador y Estados Unidos están experimentando declives. La democracia en la región alcanzó su apogeo en 2006-2007, cuando Cuba era el único país autoritario de la región
Un tercio de los países ha experimentado descensos en al menos tres subatributos en los últimos dos años.

La mitad de los gobiernos democráticos del mundo están en declive, socavados por problemas que van desde las restricciones a la libertad de expresión hasta la desconfianza en la legitimidad de las elecciones.

Lo anterior es parte del nuevo informe de la organización intergubernamental, Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, con sede en Estocolmo (IDEA Internacional).

“Este declive se produce cuando los líderes elegidos enfrentan desafíos sin precedentes, tales como la guerra de Rusia en Ucrania, la crisis del costo de la vida, una recesión global inminente y el cambio climático”, asegura el informe de IDEA Internacional, publicado el 30 de noviembre.

En el caso de las Américas

Tres de cada siete democracias en retroceso se encuentran en las Américas, lo que apunta a instituciones debilitadas incluso en democracias de larga data.

Las democracias luchan por lograr un equilibrio efectivo en entornos marcados por la inestabilidad y la ansiedad y los populistas siguen ganando terreno a medida que la innovación y el crecimiento democráticos se estancan o decaen.

En EE.UU. las amenazas a la democracia persisten después de la presidencia de Trump, ilustradas por la parálisis política del Congreso, la dificultad contramayoritaria y el retroceso de los derechos establecidos desde hace mucho tiempo.

Durante las últimas cinco décadas, la proporción de democracias en América Latina y el Caribe ha crecido del 32% a un sorprendente 84%. La democracia en las Américas alcanzó su apogeo en 2006-2007, cuando Cuba era el único país autoritario de la región.

Este ya no es el caso. Nicaragua y Venezuela se han convertido en regímenes autoritarios consolidados, y en 2021 Haití se deslizó hacia el autoritarismo y recientemente solicitó asistencia extranjera para sofocar la violencia extrema de las pandillas.

Las democracias establecidas también han experimentado reveses, y los declives han sido especialmente severos en Brasil, El Salvador y Estados Unidos.

Sin embargo, hay esperanza, según destaca IDEA Internacional.

El año pasado, Honduras se reincorporó a las filas democráticas luego de que Xiomara Castro, la única mujer presidente de la región, ganara una elección creíble con resultados aceptados por todos los actores. Ecuador y República Dominicana también han fortalecido sus instituciones democráticas. En Ecuador, las libertades civiles y controles del gobierno (incluyendo independencia judicial y parlamento efectivo) han mejorado en los últimos dos gobiernos.

La República Dominicana ha experimentado mejoras en siete subatributos, que incluyen libertades civiles, integridad de los medios, independencia judicial y acceso a la justicia.

Un tercio de los países ha experimentado descensos en al menos tres subatributos en los últimos dos años, incluidos Bolivia, Brasil, El Salvador, Guatemala y EE.UU.

En Bolivia, el gobierno elegido ha iniciado procesos penales sin fundamento contra todos los líderes de la oposición e incluso contra los funcionarios electorales que supervisaron la votación de 2020, sostiene el informe de IDEA Internacional.

En Guatemala, los puntajes de administración imparcial y verificación del gobierno han disminuido aún más, con indicios de corrupción gubernamental severa y participación de políticos en el crimen organizado, lo que resulta en al menos 13 exfiscales ahora en el exilio.

Además, Brasil y Estados Unidos son democracias en retroceso, de acuerdo con los informes del Instituto.

En Brasil, los puntajes de derechos fundamentales, controles al gobierno y elecciones limpias han disminuido en los últimos años.

La creciente influencia de los militares en la política y el Estado y los ataques del presidente Jair Bolsonaro al sistema electoral del país son motivo de preocupación. Los ataques a la democracia estadounidense durante la presidencia de Trump, la polarización y las amenazas a derechos establecidos desde hace mucho tiempo (como la anulación de Roe v. Wade sobre el derecho al aborto) continúan.

IDEA Internacional concluye que los acontecimientos recientes en las Américas muestran que los gobiernos y las instituciones en todos los niveles deben escuchar a los ciudadanos, incluirlos en la toma de decisiones y trabajar con ellos para garantizar que los contratos sociales sigan siendo válidos o se renueven adecuadamente para atender las demandas populares.

Los organizadores comunitarios y los movimientos de base de la región seguirán movilizándose para influir en los formuladores de políticas con ese fin. Esto es evidente en el movimiento Ola Verde que ha logrado logros revolucionarios por el derecho al aborto en América Latina, a pesar de algunos reveses en la región debido a la influencia conservadora y religiosa.

Los logros obtenidos en los últimos años en Argentina, México y, más recientemente, Colombia, también ha fortalecido el activismo local en países donde las mujeres enfrentan mayores restricciones en sus derechos reproductivos. El Plan de Recuperación Feminista para Canadá, que presenta un enfoque interseccional para la reactivación económica, ejemplifica un nuevo contrato social inclusivo.

Los activistas y los ciudadanos esperan ser escuchados por sus instituciones; si no lo son, esto podría conducir a un mayor descontento. El contrato social necesita ser revisado de manera inclusiva; para ello, la democracia es un aliado, no un obstáculo.

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