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- 09/10/2016 02:00
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No cabe duda. Cuba vive, en la actualidad, un proceso de profundos cambios socio-económicos de carácter estructural.
La mayoría de los observadores de la realidad insular está de acuerdo con esta afirmación.
Pero, no cabe duda, tampoco, que cada transformación económica viene acompañada de cambios sociales.
Esto se debe a la multidimensionalidad del proceso, que podemos entender como un fenómeno extendido en el tiempo que lleva a una profunda metamorfosis de las estructuras sociales: instituciones, organizaciones, gentes (individuos y grupos).
A la vez, la transformación transcurre tanto en el espacio real como en los imaginarios colectivos e individuales.
El impulso para tal puede provenir de una o diferentes fuentes, y sus fuerzas motrices pueden ser diversas.
Sin embargo, a pesar de ser conocidos los propósitos generales del cambio, es difícil determinar su fin, ya que son diferentes factores que influyen y modifican su rumbo y efectos.
Éstos últimos pueden ser difíciles de medir o hasta inmedibles, lo cual lleva a una incerteza o incertidumbre del proceso.
LAS REFORMAS IMPLEMENTADAS
Siguiendo las pautas arriba mencionadas en el caso cubano, podemos identificar todos estos elementos.
Es decir, la toma del poder por Raúl Castro en el año 2006 ha impulsado reformas que están llevando a Cuba a una reestructuración y diversificación de su economía, enlazándola con el mundo globalizado y la sociedad red.
El rumbo de éstas está definido en los ‘Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución', aprobados el 18 de abril del 2011 durante el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Indicaciones que obedecen a un objetivo principal: disminuir el peso social con el cual carga el Estado cubano desde hace décadas.
Un modelo insostenible en la actual situación demográfica y económica del país. Sujeto a estos fines, el gobierno cubano abrió su economía a las inversiones extranjeras y a una mayor entrada de turistas.
Paralelamente, retrasó la edad de jubilación, redujo el empleo entre los funcionarios públicos, disminuyó varias gratuidades sociales, posibilitó el arrendamiento de tierras agrícolas y amplió el margen para la actividad del sector no estatal.
Todo esto en un entorno mundial favorable, gracias al acercamiento político y económico entre Cuba y los Estados Unidos.
A la vez, la reforma migratoria implementada en el año 2013 no sólo ha ampliado el movimiento migratorio interno y las posibilidades de salida de los cubanos al extranjero, sino que también facilita el retorno al país de personas que emigraron de forma ilegal y que hasta ahora no se les permitía la entrada.
En efecto, las estadísticas de los últimos dos años han registrado saldos migratorios positivos, a pesar que existe un fuerte flujo hacia el exterior.
Hoy día, miles de cubanos van y vienen, insertándose en un movimiento migratorio pendular, tan característico de El Caribe.
EL SECTOR PRIVADO EN CUBA
Durante la última década ha aumentado considerablemente, a escala micro y nacional, el papel de la economía de mercado representada por las actividades cuentapropistas, empresas ‘joint venture' y una creciente esfera informal.
En el sector privado circulan actualmente más de un millón de empleados (casi el 25% del total de los ocupados del país) que ejercen sus labores en la agricultura, transporte y construcción, la pequeña actividad manufacturera, la gastronomía, el comercio y otros tipos de servicios desarrollados entorno al sector turístico.
‘CUBA EXPERIMENTA UNA TRANSFORMACIÓN SOCIAL EN LA CUAL CAMBIAN LOS COMPORTAMIENTOS COLECTIVOS E INDIVIDUALES',
KATARZYNA DEMBICZ
A menudo, las remuneraciones en éste son más altas que en el estatal. Hoy día, la producción agrícola privada pasó a ser una importante fuente de abastecimiento del mercado nacional, especialmente de las ciudades donde se concentra más del 75% de la población insular.
A la vez, los servicios privados de hospedaje, gastronomía, transporte y cultura han diversificado su oferta turística, siendo un factor más de atracción al visitante extranjero.
Incluso, el sector privado empezó a penetrar áreas, hasta hace poco de exclusividad estatal, como es el caso de la enseñanza, proponiéndole a los cubanos guarderías, escuelas de lenguas y arte.
EL CAMBIO SOCIAL EN CUBA
‘LA TOMA DEL PODER POR RAÚL CASTRO, EN EL AÑO 2006, HA IMPULSADO REFORMAS',
KATARZYNA DEMBICZ,
DIRECTORA DE LA REVISTA ‘AMERYKA LACINSKA'
Todos estos factores hacen que Cuba experimenta una transformación social en la cual cambian los comportamientos colectivos e individuales, las relaciones sociales e interpersonales, los valores e imaginarios. Surge un nuevo lenguaje oficialista donde, el enemigo de siempre (los EE.UU. y su presidente) se volvió amigo, y el sector privado es considerado parte de la economía nacional.
A la vez, en el espacio público aparecen símbolos hasta hace poco no permitidos, como la bandera estadounidense, afiches de grupos de rock cuya música durante años fue prohibida (como la de los Rolling Stones) o imágenes de héroes de la revolución transformadas para las necesidades de los tiempos cambiantes (como el rostro del Che Guevara con la emblemática lengua afuera, símbolo de los Rolling Stones).
En efecto cambian los imaginarios y las expectativas de los propios cubanos, sea de la Isla como de la diáspora, que favorecen el acercamiento entre la población insular y la numerosa emigración cubana (3 millones).
Ésta última dispersa por el mundo, concentrada en los núcleos urbanos de Estados Unidos (Miami, New Jersey) y España (Madrid, Valencia, Barcelona).
UN FUTURO INCIERTO
MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO
La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.
El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.
Desafortunadamente, ésta transformación puede llevar a una polarización de la sociedad, la cual al lado del cambio generacional vive el cambio ideológico.
Las ideas revolucionarias, un estado benefactor y el colectivismo, vienen reemplazadas por el pragmatismo económico e individualismo. Dentro de poco, la generación de los Revolucionarios cederá lugar a la Generación Y – individualista, díscola, caracterizada del uso de tecnologías digitales y perteneciente a una ‘aldea global'.
A pesar de tal transformación ¿perdurarán en la cambiante sociedad cubana los valores y los alcances por los cuales se ha luchado en los años 1953-1959? Tal pregunta la formulan muchos de nosotros que, analizamos y observamos la realidad insular. Desde la perspectiva polaca puedo añadir que será difícil, pero no imposible.
Tal vez desaparecerán por un período, y con el tiempo volverán a resurgir. Ésta es la mayor incertidumbre, vinculada directamente al derrotero que escogerá Cuba como su futuro.
Por lo tanto: ¿Continuará Cuba buscando sus propias soluciones o escogerá una de las existentes vías, imitando las sociedades occidentales, por ejemplo? La pregunta queda abierta.