Una deuda que supera los $70 millones reclaman a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), los productores de arroz de la región...
- 22/09/2014 18:20
El comandante de la Agencia de Inteligencia Israelí (Mosad) Mike Harari, quien murió este fin de semana a los 87 años, ejecutó sus operaciones en Europa y África, pero también estuvo en Panamá donde su influencia fue no sólo en seguridad sino en la política interna y hasta exterior.
La Estrella de Panamá lo entrevistó en ocasión del lanzamiento del libro sobre su vida, El Hombre de Operaciones, hace unos meses del periodista israelí Aarón Klain. Fue la única entrevista a un periodista extranjero.
La Carrera de un espía
El espía fue protagonista , entre otras, de la operación "Cólera de Dios" que buscaría y mataría a los palestinos implicados directa o indirectamente de la matanza de mas de una decena de atletas israelíes en las olimpiadas de Munich, en 1972, y que luego el cineasta Steven Spielberg la recrearía en una película llamada "Munich".
Nacido en Tel Aviv Israel, en 1927, entró en los aparatos de seguridad israelíes antes de la creación del Estado israelí, cuando tenía 16 años. Estuvo en el Palmaj, el proto aparato de defensa antes del Estado. Después que en 1948 Naciones Unidas creó el Estados de Israel, Harari integró el servicio de seguridad interna, Shabak y luego fue trasladado a la Mosad, destinado a la división Cesárea, creando la unidad Kidon que fue la ejecutora de la Cólera de Dios.
Entre su operaciones se cuentan la de rescatar refugiados judíos de la Segunda Guerra Mundial y trasladarlos a Israel, persecución, captura y muerte de asesinos de judíos, desmantelar operaciones en contra de Israel como la de espionaje de los rusos, lo que le generó la sentencia de muerte de la KGB de cuyos atentados logró escapar varias veces. Actúo en Etiopía donde estableció vínculos y cooperación con el líder Haile Selassie.
El ministro de defensa Moshe Ayalon dijo que Harari pertenece “a una especie rara” de gente que construyo el Estado de Israel, valiente, lleno de coraje y creatividad, su influencia sobre el Mosad y generaciones quedará para muchos años más”.
Shabtay Shavit, ex jefe de la Mosad calificó a Harari “el más grande los luchadores de la Mosad” dijo que era una maquina de combinación de fuerza, estrategia y disciplina.
Sus críticos le recordaron siempre, la muerte de un marrocano inocente en la operación Cólera de Dios, por lo que el gobierno de Israel indemnizó al hijo de la víctima con unos 400 mil dólares.
Harari el hombre de la Mosad en Panamá
Harari narró a la Estrella de Panamá que él llegó a Panamá de paso pues estaba destinado a México. Había un gobierno civil y él conoció por casualidad a un joven oficial de policía y militar, era Omar Torrijos Herrera, con quien entabló amistad.
Tiempo después había regresado a Israel y “en el 68 (1968) recibí una llamada, era Omar, “necesito que me ayudes, ven a verme a Panamá”. le dijo Omar, narra Harari.
“¿Qué has hecho?, le pregunté. ¿No has visto las noticias?, me respondió Omar al otro lado de la línea”. Harari dijo que no y Torrijos le puso al día de la asonada golpista. Harari le explicó que él podía ir a Panamá sólo si era enviado, y no era su caso. Sorprendentemente el primer ministro de Israel, Golda Meir, una de las primeras misiones que le dio personalmente fue ir a Panamá, ella tenía la sensación de que en “en ese país ocurrirían cosas importantes”, recordó.
Harari fue a Panamá. Más que en seguridad, dijo, Torrijos estaba interesado en como Israel había desarrollado su agricultura, la educación, salud en los kibutz (granjas agrícolas) y Moshavas (asentamientos comunitarios agrícolas).
Más que en seguridad, dijo, Torrijos estaba interesado en como Israel había desarrollado su agricultura, la educación, salud en los kibutz
Harari le explicó, recordó, que los modelos no se podían copiar exactamente, ya que muchos israelíes habían emigrado de la Unión Soviética y estaba acostumbrados a un sistema. Torrijos trató con los asentamientos campesinos.
Harari, recordó también una anécdota de cuando Torrijos le pidió una ayuda personal, encontrar a su suegro. Era un judío europeo que se había marchado de Panamá molesto porque su hija Raquel Pauzner se había casado con “un policía que se la llevo a un barrio” y nunca más tuvo contacto en ella ni con sus nietos.
“Si ustedes pudieron encontrar y capturar a los líderes nazis... pueden ayudarme con este problema” que tenia triste a Raquel, argumentó Torrijos. Harari cuenta que no le dijo que no, pero se imagino a él mismo tratando de explicarle a la jefatura de la Mosad, actuar en una operación. Finalmente les explicó que por la importancia de Panamá y la amistad, valía el esfuerzo para encontrar al suegro enojado. Lo encontraron en Estados Unidos, les acercaron a su hija y a los nietos.
En la época de Torrijos, los panameños también pidieron a los israelíes que intercedieran en Estados Unidos para que los norteamericanos, según confirma el ex embajador, Mardehai Arbell, colocara entre los negociadores de los tratados canaleros, a gente “mas simpática, nos tratan con desprecio” le explicaron.
Entonces el presidente Jimmy Carter colocó entre los negociadores a Sol Linowitz, era judío, y tenía maneras que a los panameños tranquilizaron, recuerda Mordehai.
Tras la firma de los tratados, Torrijos no regresó a Panamá, sino que viajo a Israel. Escribió un diario sobre ese viaje y hacia comparaciones entre el conflicto panameño con los americanos y el palestino israelí. Solo habrá arreglo cuando los palestinos e israelíes negocien solos sin intermediarios, concluyo Torrijos.
Harari recordó que Torrijos presentía su muerte. A sus viajes se llevaba no solo a sus amigos sino a quienes temía que le atentaran, “así no podrían auto atentarse” quienes quisieran matarlo, explicó Harari.
Muchos policías panameños fueron enviados a Israel a entrenarse, y formaron fuerzas élites. El coronel Roberto Díaz Herrera en su libro Estrellas clandestinas, aseguras que las fuerzas elites policiales que acudieron a su casa a expulsarlo tras sus declaraciones contra el general Manuel Antonio Noriega en junio de 1987, eran miembros de la UESAT, muchos entrenados en Israel, asegura.
Incluso, aunque no tuviera que ver con un acuerdo gobierno a gobierno, varios batallones de panameños estuvieron en el país, tras la guerra de Iom Kipur hace 41 años. Eran parte de las fuerzas de paz de la ONU. Los panameños dejaron la frontera entre Israel y Egipto cuando el alto al fuego estuvo garantizado, poco después los dos países firmaron un acuerdo de paz, el negociador del mismo fue el mismo diplomático de los tratados canaleros, Sol Linowitz.
Harari fue una de las primeras personas a los que los jefes de las Fuerzas de defensa avisaron de la trágica muerte de Torrijos. El agente siguió vinculado a Panamá. Por su cercanía y conocimiento sobre Manuel Antonio Noriega, Estados Unidos acudió al primer Ministro de Israel, Itsaac Shamir, para que Harari intermediara en la salida de la crisis de Panamá.
Explicó que la propuesta era darle una determina cantidad de dinero, exiliarse en España y llevarse a un grupo elevado de sus cercanos. Noriega rechazo, según le explico porque los norteamericanos habían enviado demasiados intermediarios con propuesta diferente y no sabía a quién creerle.
Estados Unidos receló de Harari entonces. Durante la invasión de 1989, Estados Unidos aseguró que había capturado a Harari. Harari dio poco después una entrevista en Israel desmintiendo que hubiera sido capturado en Panamá.
Tiempo después de la invasión, Harari mejoró su relación con Estados Unidos. Hace unos años el gobierno de Israel le premió por su larga carrera como agente secreto, sobre todo por su labor para frustrar el plan nuclear iraní.