Universidades, el vehículo de adoctrinamiento del régimen de Daniel Ortega

Actualizado
  • 25/08/2023 00:00
Creado
  • 25/08/2023 00:00
Con la clausura de la UCA, serían unas 27 las instituciones universitarias –sin contar las más de 3.000 ONG en menos de dos años– cerradas
La entrada principal de la Universidad Centroamericana (UCA) en Managua, expropiada y clausurada por el gobierno de Daniel Ortega.

Todas las universidades privadas que no respondan al régimen Daniel Ortega, están bajo la mira del gobierno que posee 27 años en el poder. Este miércoles, 16 de agosto, la prestigiosa Universidad Centroamericana (UCA) de Managua fue clausurada y acusada de “terrorismo”.

Jesuitas Centroamérica remarcó en un comunicado que las “graves acusaciones” contra la UCA son totalmente “falsas e infundadas”, y consideró que son el “precio a pagar por la búsqueda de una sociedad justa, proteger la vida, la verdad y la libertad del pueblo nicaragüense”.

Agregó que “esta nueva agresión gubernamental en contra de la Universidad no es un hecho aislado; forma parte de una serie de ataques injustificados en contra de la población nicaragüense y de otras instituciones educativas y sociales de la sociedad civil que están generando un clima de violencia e inseguridad y agudizando la crisis sociopolítica del país”.

Fundada en 1960 por la Compañía de Jesús, la UCA fue la primera universidad privada en Centroamérica, que se convirtió en el punto de encuentro de manifestantes contra el gobierno de Ortega, y su esposa, y vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, situación que incomodó al poder sandinista.

“La universidad no cerró la puerta para que ellos pudieran entrar. Al principio respetaron que era un recinto universitario. (...) Ellos tienen miedo. Los movimientos fuertes vinieron de los jóvenes, ellos consideran que todo lo que viene de los jóvenes, hay que controlarlo”, aseguró un jesuita cuyo nombre se mantiene en reserva por razones de seguridad.

El 12 de abril de 2018, seis días antes del estallido de la revuelta social contra Ortega, la UCA fue epicentro de un mitin de estudiantes que salió a la calle para reclamar al gobierno por no actuar frente a un incendio que consumía la reserva biológica Indio Maíz, en el sur del país, reportó el medio DW.

En los meses siguientes, bajo el humo de los gases lacrimógenos y las balas disparadas por policías y paramilitares contra manifestantes, la UCA abrió sus puertas para dar refugio a estudiantes perseguidos y heridos, añadió el medio.

En dicho comunicado, Jesuitas Centroamérica denunció que “a partir de abril de 2018, como consecuencia de su postura en defensa de la vida de las personas que estaban siendo reprimidas por fuerzas estatales y parapoliciales, la UCA ha venido siendo objeto de constante asedio, acoso y hostigamiento de parte de las instituciones gubernamentales nicaragüenses, expresados en mecanismos como la no extensión de certificaciones necesarias para su funcionamiento de parte del Ministerio de Gobernación, Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación (CNEA) y el Consejo Nacional de Universidades (CNU); este último, excluyéndola de las universidades miembros de este órgano beneficiarias del 6% destinado a la educación superior”.

Con la clausura de la UCA, serían unas 27 las instituciones universitarias —sin contar las más de 3.000 ONG en menos de dos años— cerradas, doce centros de ellos, han sido confiscados desde diciembre de 2021 por el régimen de Ortega, reportan medios internacionales.

Actualmente, alerta el religioso, todas las universidades están “adoctrinando” a los jóvenes, algo que se busca hacer con el resto de los centros superiores en Nicaragua. “Fuera de las universidades públicas, todas las demás están bajo la mira”, remarcó.

Tras que un juez de Managua les notificara la incautación de todos sus bienes inmuebles, así como sus “productos financieros”, la UCA anunció la suspensión de todas sus actividades académicas y administrativas, dejando sin empleo a los trabajadores y en el limbo a los 9.500 estudiantes de pregrado y posgrado que tenían sus ramas académicas.

“Yo estaba prácticamente a punto de terminar mi carrera y eso lo hace más frustrante. No tengo idea de qué va a pasar ahora con mi educación. Espero poder lograr aunque sea obtener esos documentos para no quedar en el aire”, lamentó a la Voz de América un joven estudiante de Comunicación Social que pidió no ser identificado.

Las autoridades nicaragüenses anunciaron el jueves 17 de agosto el establecimiento de la universidad estatal Casimiro Sotelo, la cual operará en las propiedades confiscadas a la UCA.

El Consejo Nacional de Universidades (CNU) controlado por el régimen de Ortega realizó una sesión en donde anunció que con la conformación de la nueva universidad, se pretende garantizar la “continuidad educativa de los estudiantes de la extinta UCA”.

Otro golpe a la iglesia católica

La iglesia católica en Nicaragua es blanco de una serie de ataques, el último se registró este miércoles 22 de agosto, cuando la filial nicaragüense de la Compañía de Jesús fue disuelta este miércoles en Nicaragua por el Gobierno de Daniel Ortega.

Es decir, los jesuitas, no podrán seguir funcionando en Nicaragua, y sus bienes muebles e inmuebles, así como sus instituciones educativas, entre los que se incluye la UCA, pasarán a manos del Estado nicaragüense, según un acuerdo ministerial, informó EFE.

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