Representantes de las diferentes actividades económicas del país alertaron sobre las consecuencias que se avecinan si los cierres continúan. Hicieron un...
- 03/10/2017 02:00
La independencia de Cataluña, la región más rica de España, puede producirse esta misma semana provocando la crisis política e institucional más grave desde la muerte del general Franco, en 1975, y, también, una crisis en la propia Europa, que puede ver como se rompen las fronteras en el cuarto país de la Unión.
Con un 19% de su PIB por delante de Madrid y sede de las principales bancos y empresas del país, como el gigante textil Mango, la energética Gas Natural, Caixabank y Volkswagen, con su marca Seat, una de las mas importantes de Europa, la independencia de Cataluña y su separación de España es un largo pleito que se viene arrastrando desde antes de la guerra civil, cuando en tiempos de la República Española, el gobierno de la región, decidió , por su cuenta, declarar la independencia como República de un Estado Ibérico...Esa independencia fue sofocada despué de la detención del gobierno de la Generalitat que presidia el separatista Lluís Companys y la muerte de más de medio centenar de catalanes que hicieron frente al Ejército. Eso ocurrió un 6 de Octubre de 1934 y ahora, después de una larga lucha para celebrar un referéndum de independencia suspendido por el Tribunal Constitucional por ir en contra de la Constitución de 1978, elaborada por todas las fuerzas políticas tras la muerte del dictador Franco, en plena transición política.
Durante más de dos años, el actual Gobierno de la Generalitat que preside el separatistas Carles Puigdemont, ha estado chantajeando con esa independencia a un gobierno como el de Mariano Rajoy, actualmente en minoría parlamentaria, pidiendo un referéndum acordado, a lo que se ha opuesto el presidente español, porque iría contra la Constitución., proponiendo en cambio que presentasen el proyecto en el Parlamento español para someterlo a votación, algo que el Puigdemont no ha querido aceptar nunca.
La crisis se iniciaba hace unas semanas cuando el Parlamento catalán, con una mayoría mínima, y al margen de la oposición, aprobaba en 48 horas una Ley de Referéndum que suponía saltarse todas las reglas de la democracia y una Ley de desconexión con España y con el Estatuto de Autonomía, que serán las que entrarán en vigor esta semana, tras los resultados del referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional y por la autoridad judicial y la Fiscalía general del Estado.
Puigdemont, que se cree un nuevo Companys, siguió con la convocatoria y adquirió urnas de plástico en China que fueron celosamente guardada en domicilios particulares de separatistas, sacristías de Iglesias, y centros oficiales controlados por los independentistas.
Mientras, los jueces ordenaban a la policía requisar las urnas, las papeletas de votación y cerrar los colegios electorales. Ordenes que provocaron los conflictos cuyas imágenes reprodujeron los medios de todo el mundo, más propios de una dictadura a punto de caer que de un país europeo moderno, como España.
ASí las cosas, y con los llamados Mossos d'Esquadra controlada por la Generalitat, declarándose en rebeldía, después de hacer públicos los resultados de un referéndum donde se podía traer la papeleta de casa , se espera una inminente declaración de independencia, algún tipo de mediación internacional, y exigencias del presidente catalán, entre las que esta la retirada del territorio de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Y como presión añadida, hoy se ha declarado una huelga general en toda Cataluña.