La socialdemocracia de Europa, en estado crítico

  • 11/03/2018 01:00
Las formaciones de corte socialdemocrata que contaban con el apoyo popular en las elecciones, han perdido terreno a causa del debacle económico entre los años 2008 a 2016 y la reciente crisis migratoria

La debacle del hasta hace poco gobernante Partido Demócrata (PD) en Italia en las pasadas elecciones dominadas por agrupaciones radicales de derecha e izquierda acrecienta la crisis que vive la socialdemocracia en Europa desde hace casi una década.

Con solo el 18.8% de los votos, la socialdemocracia italana fue derrotada en los pasados comicios por la coalición de derechas (Forza Italia, la Liga del Norte y Hermanos de Italia) y el euroescéptico Movimiento Cinco Estrellas, formaciones que superaron el 30% de apoyo.

Es el mismo escenario que ya se ha repetido en pasadas contiendas electorales en otros países europeos, la razón de ello es una mezcla de las impopulares políticas de austeridad que aplicaron Gobiernos socialistas, la crisis migratoria y la irrupción de nuevas opciones populistas en el mapa político de Europa (como Podemos en España).

La excepción al caso es Portugal, ya que el actual Gobierno ‘ha aplicado políticas progresistas sin la inclinación de ser radical', explica al diario El País Ania Skrzypek de la Foundation for European Progressive Studies.

LOS PRÍMEROS SÍNTOMAS

La caída de la socialdemocracia mostraría sus primeros síntomas en Grecia, con la caída estrepitosa de los socialdemócratas ante la firma del primer rescate del país, fuertemente golpeado por la crisis económica.

Anteriormente el Movimiento Socialista Panhelénico, que no bajó del 38% de votos entre 1980 y 2009, se desplomó en las últimas elecciones helenas hasta el 6.3%.

DECLIVE EN COMICIOS

Formaciones radicales han conseguido atraer más votos en Europa

En las elecciones francesas de 2017 el Partido Socialista quedó en la quinta posición, con un 6,35% de los votos, en medio del auge de la izquierda populista de Jean-Luc Mélenchon.

En Alemania, el SPD, que a finales de la década de los 90 ganaba elecciones con un 40% de los apoyos, ha vivido un declive, tras obtener su peor resultado histórico en 2017: menos de 10 millones de votos.

Su derrumbe se debió principalmente a la política de austeridad draconiana, pero también fue ayudado por el ascenso de la coalición de izquierda Syriza, la cual era anteriormnte marginal, pero que supo aunar el descontento popular por las medidas de austeridad con una política crítica hacia la Unión Europea (UE), reporta la agencia Efe .

De allí en adelante la historia se repite, con diferentes matices, en Alemania, Francia, República Checa, Austria, España y Reino Unido y Holanda.

En las elecciones francesas de 2017 el Partido Socialista quedó en la quinta posición, con un 6.35% de los votos, en medio del auge de la izquierda populista de Jean-Luc Mélenchon.

En Alemania, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), que a finales de la década de los 90 ganaba elecciones con un 40% de los apoyos y 20 millones de votos, ha vivido un declive, tras obtener su peor resultado histórico en 2017: menos de 10 millones de votos y un 20.5 % de los votos.

Al año siguiente de este declive el SPD abandonó sus intenciones de mantenerse en la oposición, para en cambio pactar con el bloque conservador de la canciller, Angela Merkel, un acuerdo de gobierno.

Dicho acuerdo fue reafirmado por el voto del 60% de las bases del SPD, algo que ha pasado factura a la formación en las urnas además de una evidente fractura interna.

Mientras, en República Checa el Partido Socialdemócrata pasó en las elecciones del pasado octubre de ser el partido del Gobierno y el más votado a la sexta posición, y en Austria, el SPÖ está estancado desde 2013 en el 26.8 % de los votos, el peor resultado de su historia.

Aunque el Partido Socialista (PSOE) de España es la primera fuerza de oposición en el país, este ha registrado una caída importante de votos y diputados desde 2011, cuando perdió las elecciones generales y tuvo que dejar el poder arrastrado por la crisis económica.

CRISIS Y AUSTERIDAD

Los más afectados a raíz de las políticas de austeridad, que buscaban reducir el gasto público fueron los países con una fuerte dependencia de mercados financieros exteriores, pues poseían una gran deuda externa.

Grecia fue uno de los casos más drámaticos, llegando a tener un desempleo juvenil del 52% y el 45% de los jubilados empobrecidos tras cinco años de políticas de austeridad (entre 2011 y 2015), informa la BBC .

Uno de los efectos de estas políticas que buscaban palear la crisis económica de la región fue la contención salarial entre el 2008 y el 2016, que sufrieron una caída según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, durante ese periodo el salario medio tuvo un crecimiento anual del 0.4% a nivel global, pero se mantuvo estancado en un número significativo de países europeos. En algunos casos los números fueron negativos o cercanos al 0%, como en Grecia (-10%), Chipre (-6%), Italia (0%) y España (1%); de acuerdo a datos de Eurostat. No obstante hubo excepciones como Alemania, en donde no hubo contención salarial. Tras el paso del huracán financiero los números han vuelto aumentar, pero a un alto costo, la reducción del gasto público en áreas como la salud o la educación. A esto se ha sumado la crisis migratoria, un tema que ha sido explotado por agrupaciones como la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), que habría arrebatado cerca de medio millón de votos a los socialistas en los últimos comicios.

INMIGRACIÓN

De acuerdo a una encuesta de Chatham House de 2017, el 55% de los europeos estarían a favor de detener la llegada de inmigrantes a Europa de naciones musulmanas, siendo el porcentaje más alto en Polonia (con un 71%).

El recuerdo los atentados terroristas de París, Barcelona y Bruselas, entre otros, ha provocado que una buena parte del electorado hubiese rechazado la migración, que se ha convertido en un tema central en las campañas electorales.

El tema de la migración en Reino Unido jugó un papel importante en mover la balanza a favor del ‘Brexit', como ejemplo la campaña xenófoba del Ukip. Si bien la llegada de refugiados ha disminuido, si se compara con 2015 en donde arribaron más de un millón de inmigrantes a Europa, sigue siendo un tema candente como quedó demostrado en las elecciones italianas. ‘En Italia hay al menos 630 mil inmigrantes de los que sólo el 5% tienen derecho a permanecer como refugiados. Los otros 600 mil son una bomba social preparada para explotar porque viven de la delincuencia', palabras que no provenían de ningún exponente de ultraderecha, sino del exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi. Italia, junto con Grecia, son uno de los mayores receptores de inmigrantes, muchos de los cuales huyen de conflictos armados o en busca de una mejor calidad de vida.

GOBIERNO

El M5S busca apoyo en la centroizquierda

El Movimiento Cinco Estrellas (M5S), el partido más votado en las elecciones celebradas el pasado domingo en Italia, busca apoyo en el derrotado Partido Demócrata (PD) y su líder, Luigi di Maio, reclamó a sus rivales ‘responsabilidad' y no ‘teatrillos' para cambiar el país.

El M5S, que obtuvo 221 diputados y 112 senadores, tendrá que recibir el encargo de formar gobierno y, después, buscar apoyos con los que tener la mayoría absoluta necesaria, situada en 316 escaños en la Cámara de Diputados, y 158 en el Senado.

Di Maio publicó el miércoles una carta en el diario ‘La Repubblica' en la que, en tono conciliador, pedía el apoyo del resto de partidos que deseen sumarse a su planeada ‘revolución copernicana', basada en la transparencia política y la lucha contra las desigualdades.

En este sentido aseguró que su objetivo en un posible Ejecutivo será ‘poner a los ciudadanos en el centro' después de años en los que los partidos tradicionales pujaron por sus propios intereses y apostó por involucrar a la gente en la toma de decisiones.

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