Hondureños oran por la paz en celebración de la virgen de Suyapa

Miles de peregrinos y autoridades de Honduras oraron por la paz al cerrar la madrugada de este domingo, en una alborada de música y jue...

Miles de peregrinos y autoridades de Honduras oraron por la paz al cerrar la madrugada de este domingo, en una alborada de música y juegos pirotécnicos, la conmemoración del 266 aniversario de la virgen de Suyapa, patrona de este país centroamericano flagelado por la violencia extrema.

"Que ruegue por nuestros hogares y también por la nación", cantó un alegre mariachi durante la concentración de más de 10.000 personas --según estimaciones de los organizadores-- instaladas dentro del imponente santuario de la virgen y en sus alrededores, situado al este de Tegucigalpa.

Entre los asistentes estaban el presidente Porfirio Lobo y su esposa, Rosa, y el presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, y su esposa Ana, además de ministros y otros funcionarios del gobierno.

"Le pedimos que su amor vaya difundiéndose para que desaparezca el odio", oró el cardenal Oscar Rodríguez en el evento cumbre de la celebración que reunió a tres millones de personas que llegaron de diferentes regiones del país, de acuerdo a cálculos de la Arquidiócesis de Tegucigalpa.

"Vine a pedirle por la paz para que no haya tanta violencia, tantos problemas de delincuencia y que nos dé salud y buenas cosechas", explicó a la AFP Jerónima Méndez, de 32 años, que llegó con su esposo Pablo Méndez, de la comunidad de Monquecagua, departamento de Intibucá, 200 km al noroeste de la capital.

Honduras registra el índice de homicidios del mundo, 92 por cada 100.000 habitantes, según Naciones Unidas.

"Estamos aquí para pedirle a la virgen salud y que no haya tanta violencia, que el gobierno apruebe leyes duras para los delincuentes; tal vez vamos a trabajar y cuando menos acordamos no asaltan", se quejó Demetrio Gutiérrez, de 57 años, que llegó de la aldea Escaleras, Comayagua, 100 km al norte de la capital.Cuentan que en 1747, al campesino Alejandro Colindres le agarró la noche en el Piliguín, a unos 20 km al noreste de Tegucigalpa, y abatido por el cansancio se acostó entre la maleza.

Entonces sintió que un objeto le estorbaba, lo tomó con la mano y lo lanzó lejos, pero al cabo de un rato lo volvió a sentir, así que lo guardó en una mochila.

Al levantarse vio que era una estatuilla de cedro de una virgen de seis centímetros y medio de alto, a la que le construyeron un templo.

En 1853 el Papa Pío IX declaró a la virgen patrona de Honduras y escogió el 3 de febrero como el día de su fiesta.

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