El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 07/02/2017 01:00
En la historia reciente pocos hechos han despertado tantas expectativas en la comunidad internacional como el retorno la semana pasada del Reino de Marruecos a la Unión Africana (UA).
Después de 32 años de retirada voluntaria de la máxima institución de representación continental africana, que Marruecos ayudó a construir en 1961 en la Cumbre de Casablanca, se produjo su regreso triunfal, por la puerta grande.
La decisión de dejar la silla vacía en el seno de la entonces Organización de Unidad Africana (OUA), la propició una maniobra diplomática urdida por Argelia para reconocer a un ente inexistente, la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática, brazo político del guerrillero Frente Polisario.
La UA recibió por unanimidad y sin condiciones a Marruecos, en la Cumbre de Addis Abeba, Eitopía. La abrumadora votación del ente africano -40 a favor, cuatro abstenciones y 10 en contra- formado por 54 miembros puso en evidencia la contundente decisión de abrazar en su seno a la nación magrebí.
La admisión de Rabat en la UA implicó, por otro lado, una derrota diplomática para el Polisario y Argelia, su creador y sustentador. Profundizó su aislamiento. Cada día son menos los gobiernos afines a ese movimiento separatista que carece de elementos fundamentales para ser considerado un Estado como son territorio soberano, legitimidad, representatividad efectiva e independencia política.
‘Panamá es uno de los pocos países que le hace coro a esos guerrilleros', comentó un excanciller panameño. ‘El gobierno de (Juan Carlos) Varela está haciendo el ridículo ante la comunidad internacional al mantener su apoyo al Polisario y alinearse con países como Corea del Norte y algunos de los aliados de Venezuela en Latinoamérica', añadió.
Al contrario, el respaldo hacia Marruecos no se hizo esperar. La comunidad internacional reaccionó de inmediato aplaudiendo su retorno a la UA. La administración del presidente Donald Trump consideró que ‘el fuerte liderazgo del rey Mohammed VI' fue lo que permitió a Marruecos ‘recuperar su lugar como miembro con pleno derecho en el seno de la familia institucional del continente africano".
Durante la campaña electoral, el actual gobernante estadounidense definió al Polisario como una organización terrorista comparable con el Estado Islámico, cuyo único objetivo –precisó- es desestabilizar la región y perjudicar los intereses de Marruecos.
La jefa de la diplomacia de Unión Europea (UE), Federica Mogherini, aseguró, por su parte, que ‘estamos impacientes por trabajar con la Unión Africana y Marruecos, nuestros socios claves, y consolidar la colaboración creciente de la Unión Europea con África".
Marruecos ha manifestado que no renuncia a sus derechos sobre el Sahara al recuperar su escaño en la UA. Con la legitimidad histórica y jurídica de la soberanía sobre sus provincias del sur recuperadas de manos del poder colonial español en 1975, Marruecos puso en marcha desde el 2007 una amplia autonomía para el Sahara como respuesta a un referendo de autodeterminación inviable, que ha perdido vigencia ante las actuales realidades geopolíticas y económicas de esa región.
Si bien durante más de tres décadas Rabat no participó en los debates del organismo regional, nunca estuvo al margen de los asuntos africanos. Desde la asunción al trono en 1999, Mohamed VI hizo de África el centro de su política exterior y de su acción internacional, Con una visión inclusiva y pragmática fue tejiendo pacientemente una red económica, diplomática y religiosa a lo largo de ese continente.
Ahora la UA recibe los beneficios que significan para la organización africana la rentabilidad histórica de Marruecos, su solidaridad activa para el desarrollo y el bienestar del continente.
Entre el 2000 y el 2016 Marruecos suscribió un millar de acuerdos de cooperación entre el sector público y privado, supervisados personalmente por Mohamed VI en medio centenar de visitas a 25 países africanos.
Marruecos firmó a finales del año pasado un acuerdo con Nigeria, antiguo aliado del Polisario, para construir un gasoducto transafricano de 4,000 kilómetros que conectará a una docena de países que conforman África Occidental y llegará hasta Europa.
El proyecto permitirá estructurar un mercado eléctrico regional y será una fuente importante de energía para el crecimiento industrial, la mejora de la competitividad económica y acelerar el desarrollo social.
Además, del plano económico, el monarca marroquí está creando vínculos religiosos con decenas de naciones del continente africano para combatir las interpretaciones erróneas del Islam, a través de la Fundación Mohammed VI de Ulemas Africanos y el Instituto Mohammed VI de formación de imanes.
El retorno de Marruecos a la UA permite a los países africanos asociarse con una de las naciones más desarrolladas del continente, unirse a su dinamismo y dar un renovado impulso para alcanzar sus metas comunes.
Se sella así un capítulo que deja atrás el ambiente ideológico. Una nueva generación de líderes africanos asume con responsabilidad y pragmatismo el camino de la unidad y la solidaridad entre los Estados, de la defensa de su soberanía y su integridad territorial, de la promoción de la paz, la seguridad y la estabilidad en ese continente.