Murcia escribe desde la prisión

Actualizado
  • 12/02/2009 01:00
Creado
  • 12/02/2009 01:00
PANAMÁ. David Murcia, el empresario colombiano acusado de captar ilegalmente más de 2,000 millones de dólares en Colombia y Panamá, est...

PANAMÁ. David Murcia, el empresario colombiano acusado de captar ilegalmente más de 2,000 millones de dólares en Colombia y Panamá, está desesperado por recuperar algo del dinero que entregó a amigos y empresarios panameños.

Así lo deja ver en una serie de notas manuscritas, identificadas con firma y huella, escritas desde La Cárcel La Picota de Bogotá y certificadas con sello de la institución.

En la primera de ellas, fechada el 10 de diciembre de 2008 y dirigida a Mr. Martin R. (Martín Rodin, el dueño de Auto sportivo Italiano) Murcia le dice en tono muy familiar “te encargo que le des mis cosas a Alex, para que pueda tener esta pelea política (...) y también entrégale la Kia y el saldo que me quedaba a favor”.

En una segunda nota, fechada el 17 de enero de 2009, Murcia le reitera la solicitud a Mr, Martin, con un lenguaje más perentorio: “Necesito que le entregues mis cosas a Alex Urgente: Yo no quiero incomodar, pero tengo grandes necesidades”, afirma.

Ese mismo día, le dirige una solicitud similar a Ernesto Chong, quien fuera su abogado, pero esta vez con un tono amenazante, que denota mayor desesperación: “Le pedí el favor de entregar mis cosas y mi dinero por medio de Alex, pero veo que ni por intermedio de él, ni por ningún medio. Yo se que me tienes ( sic ) más de 8 millones y los necesito. No quiero recurrir a otros medios, pues usted sabe que soy hombre de pocos problemas. Sólo le pido que me cumpla”, dice.

Las epístolas de Murcia Guzmán, desde el presidio abren otra vez el telón de los alcances del “magnate repentino” en Panamá.

“Es un hecho sabido por todos que Murcia pasaba mucho tiempo en los locales de Auto Sportivo Italiano del empresario Martin Rodin”, explica Enrique Montenegro, del Frente Anticorrupción”.

Rodin y su familia se hicieron célebres también por sus vinculaciones en el caso Cemis a principios de la década.

Las entrañas del negocio parecen apenas abrirse paso entre la cotidianidad.

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