Persiste amenaza de reses en parque Coiba

Actualizado
  • 28/04/2009 02:00
Creado
  • 28/04/2009 02:00
PANAMÁ. Cuando en el año 2004 la colonia penal de isla Coiba —creada en el año 1919 bajo la administración del doctor Belisario Porras—...

PANAMÁ. Cuando en el año 2004 la colonia penal de isla Coiba —creada en el año 1919 bajo la administración del doctor Belisario Porras—, dejó de ser un sitio para el cumplimiento de condenas, se trasladó a los reos, pero no a los animales de crianza que daban sustento a la población penitenciaria.

Hoy, tras cinco años de la clausura, lo que en un momento fue un grupito de vacas para el consumo, es ahora una manada de al menos 2,500 reses silvestres que desde hace años preocupa a las organizaciones ambientalistas que protegen el Parque Nacional Coiba.

LAS CONSECUENCIAS

La presencia de estas reses sin control no sería un problema sino fuese porque ha causado erosión en el área de bahía Damas, lo que a su vez está dejando serias consecuencias en los arrecifes de coral, el mayor atractivo de la isla y uno de los más importantes en el Pacífico de Centroamérica.

Además, las reses deambulan pisoteando grandes extensiones de terrenos boscosos en busca de hojas para alimentarse, debido a que el pasto ha desaparecido a falta de la labor de sus antiguos criadores.

Para Alida Spadafora, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de la Conservación de la Naturaleza (ANCON), el impacto en los suelos de estos bosques húmedos tropicales es preocupante. Incluso, es posible que los animales tengan enfermedades patógenas, pues no reciben cuidado sanitario.

Esto impide que como solución, las reses sean trasladadas a otro hábitat en algún punto del país, o que se puedan usar para el consumo debido al riesgo de contagio que puede provocar a otros animales y a la salud humana.

EL DILEMA

Avelino Ureña, médico veterinario y director de ganadería del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), asegura que el ganado no tiene valor genético, por lo que propone que la mejor alternativa es el sacrificio de las reses.

Ureña recomienda por lo tanto que los animales sean trasladados, “con el menor impacto ambiental”, y que sean sacrificados en un centro de matanza donde haya inspección veterinaria oficial.

No obstante, esta solución podría generar el rechazo de algunos grupos protectores de animales.

La entidad encargada de ofrecer esta solución al problema sería el Ministerio de Gobierno y Justicia, pero hasta ahora la respuesta no ha llegado.

Es necesario asumir medidas lo más posible para evitar el deterioro del suelo y daños ecológicos, afirmó Spadafora.

Actualmente, en el Parque Nacional de Coiba —Patrimonio Mundial de la Humanidad declarado por la UNESCO—, también existen un grupo de búfalos que eran criados por los reos en este penal.

Otro de los temores, es que con el paso de los años se agraven las consecuencias porque el aumento desmedido.

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