Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 25/02/2010 01:00
PANAMÁ. La primera semana del año 2009, la ciudad de Panamá quedó sumergida en el riesgo de una crisis sanitaria.
Las bolsas de basura de color rojo y amarillo que en su interior portaban insumos usados y hasta tejidos humanos de los procesos hospitalarios se acumularon en los predios de los hospitales y centros de salud porque no había a dónde llevarlos.
La noticia circuló desde el 2 de enero del año pasado cuando algunos de los camiones que llevaban ésta y otra clase de desechos como excretas de tanques sépticos y sanitarios portátiles, llegaron aquel día al vertedero de Cerro Patacón a hacer el descargue diario, sin embargo hallaron que allí ya no podrían entrar más.
Ese mismo día, la ex ministra de Salud, Rosario Turner, explicaba que la restricción se debía a que el 1 de enero de 2009, Cerro Patacón había entrado a una transformación.
Se trataba del nuevo sistema llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) que cumple con normativas del Protocolo de Kyoto y que impedían que en el ahora relleno sanitario se vertieran esas clases de sustancias.
En menos de una semana, las autoridades de Salud, ambiente y la Alcaldía encontraron una salida: autorizar la llegada de excretas (lodos) y desechos hospitalarios a Cerro Patacón nuevamente y mientras que a la nueva empresa administradora le fueran aprobados por la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), los instrumentos de gestión ambiental como Estudio de Impacto Ambiental y Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (EIA, PAMA), para adecuar el vertedero a relleno sanitario.
Aunque en aquella ocasión, la medida representó una solución, ésta era “temporal” según lo estableció la propia resolución firmada por la ex ministra Turner, el 5 de enero. Han pasado 13 meses y 23 días y aún no hay una solución a largo plazo del asunto.
De acuerdo al jefe de proyecto del Relleno Sanitario de Cerro Patacón, Ramón Sebastian de Erice los desechos hospitalarios continúan llegando y simplemente se vierten y luego son enterrados. “Los recibimos y van a una fosa, pero no hay ningún tratamiento”, expresa.
Durante este primer año de concesión del relleno sanitario, Urbaser Plotosa ha recibido 2, 361 toneladas de desechos hospitalarios, 20,568 toneladas de lodos domiciliarios y 43,235 toneladas de lodos industriales algo que no está suscrito en el contrato. Lo único que se contempla dentro de la nueva operación del relleno es la construcción de una cámara dentro del relleno donde serán tratados y luego depositados. Para el resto de los desechos que junto con los hospitalarios son clasificados como basura peligrosa, no hay ningún plan.
El tema es preocupante debido a que ésta apenas es la situación de la capital, sin embargo a nivel nacional, en los vertederos del país (excepto La Chorrera y Colón) también se reciben diariamente desechos hospitalarios y éstos son enterrados y quemados a cielo abierto.
En las entregas anteriores, conocimos cómo puede afectar la existencia de vertederos a cielo abierto, es decir donde la basura no recibe ningún tratamiento sino que se acumula y cuando hay demasiada simplemente se quema, desprendiendo así las sustancias tóxicas, dioxinas y furanos que afectan la respiración y son factores para el desarrollo de cáncer.
Panamá está obligado a través del Convenio de Estocolmo firmado en 2003 a regular la emisión de Contaminantes Órganicos Persistentes entre éstos plagicidas, dioxinas y furanos. También cuenta con la norma COPANIT47-2000 que establece que bajo ninguna circunstancia se pueden desechar “lodos” en cuerpos de aguas. Del Ministerio de Salud lo único que se logró conocer es que se “está trabajando en eso”.