El Istmo es como una ‘sierpe de cristal’

Actualizado
  • 18/08/2010 02:00
Creado
  • 18/08/2010 02:00
iguiendo con el segundo de la trilogía de afamados poetas del siglo XVII, tenemos que Luis de Góngora estampó también alguna referencia ...

iguiendo con el segundo de la trilogía de afamados poetas del siglo XVII, tenemos que Luis de Góngora estampó también alguna referencia al Istmo panameño. Lo llamó ‘Sierpe de cristal’. Tan ornamentada descripción puede ser fruto del estilo que representó en la literatura española, es decir, el llamado ‘culteranismo’. Los especialistas se refieren al ‘culteranismo’ y al ‘conceptismo’ como a las ‘dos principales tendencias estilísticas del Barroco’, y cuyos representantes más eminentes son Góngora y Quevedo. Sobre el culteranismo o ‘gongorismo’ se nos dice: hace ‘que la expresión se desarrolle a expensas del contenido. El tema en estos escritores suele ser mínimo pero lo desarrollan con estilo suntuoso, rico, lleno de metáforas, latinismos, voces sonoras y retorcimientos gramaticales. El resultado —en los aciertos— es de gran belleza formal’. (Literatura Española, Fernando Lázaro).

Estudiosos han dicho que las Soledades es un poema compuesto en 1613. Nació como un proyecto dividido en cuatro partes de las que sólo se alcanzaron a concretar las dos primeras, de las cuales dejó inconclusa la segunda. El asunto de la «Soledad Primera» se puede resumir en pocas palabras: un joven náufrago llega a la playa de una isla, es recogido por unos cabreros, y termina asistiendo a una boda. La acción ocupa tres días. El primero, al anochecer, el personaje llega a la playa y siguiendo la luz de una hoguera encuentra a los cabreros, con los que pasa la primera noche. Al día siguiente parte con uno de los cabreros y por el camino se encuentran con una comitiva de serranos que van de camino a una aldea cercana, donde se va a celebrar la boda de unos pastores. Uno de ellos nota por sus ropas que es un náufrago —lo que le hace recordar a su hijo muerto en la mar— y expone una larga y amarga queja contra la codicia y la navegación marítima. Este serrano lo invita a asistir a las nupcias, y esa noche duermen en la aldea. Al día siguiente se celebra el desposorio, así como una serie de juegos y bailes. El poema termina al anochecer, cuando los esposos se dirigen a su casa, donde Venus les ha preparado el blando lecho (es conocido el último verso: ‘a batallas de amor, campo de pluma’). Góngora se dedica a dibujar una minuciosa descripción de la naturaleza, pletórica en alusiones mitológicas y metáforas amplificativas, con el propósito de halagar los sentidos y hallar la belleza en todo objeto en el que fije su pluma.

Este pasaje de la Soledad primera es el que interesa destacar:

‘Lestrigones el istmo, aladas fieras;

el istmo que al Océano divide,

y, sierpe de cristal, juntar le impide

la cabeza, del Norte coronada,

con la que ilustra el Sur cola escamada

de antárticas estrellas.

Segundos leños dio a segundo Polo

en nuevo mar, que le rindió no sólo

las blancas hijas de sus conchas bellas,

mas los que lograr bien no supo Midas

metales homicidas’.

Robert James, especialista en el análisis de las Soledades, recrea algunas explicaciones ligadas al verso. Por ejemplo, el término ‘lestrigones’ se refiere a ‘gigantes antropófagos’ que destruyeron la mayor parte de la armada de Ulises. Según él, al llamar así a los indios Caribe, Góngora alude a los casos de canibalismo referidos por los cronistas de Indias, y fueron tan divulgados que ‘Caribe’ llegó a ser sinónimo de antropófago. Remata entonces con este comentario: ‘La palabra lestrigones no aparecía en la primera redacción, que decía el Istmo Indios, sino aladas fieras’.

Cuando comenta los versos que siguen, y que se refieren al Istmo, océano, norte y sur, explica que ‘en los mapas de la época, se llama Mar del Norte al océano Atlántico y Mar del Sur al Pacífico, porque las primeras exploraciones, al cruzar el Istmo de Panamá, caminaron desde el Norte hacia el Sur’.

Y vemos que en los siguientes versos, pareciese que la travesía poética sigue su curso más allá del Istmo. Dice Robert James: ‘Después de cruzar el Istmo, la expedición de Núñez de Balboa tuvo que construir nuevas naves (segundos leños) para explorar este nuevo mar que se les ofrecía’.

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