Una campaña entre traiciones y divisiones

Actualizado
  • 10/03/2013 01:00
Creado
  • 10/03/2013 01:00
En 2008 se dio el inicio de una guerra de grandes magnitudes en el PRD. Todo empezó cuando Martín Torrijos, presidente del país y secret...

En 2008 se dio el inicio de una guerra de grandes magnitudes en el PRD. Todo empezó cuando Martín Torrijos, presidente del país y secretario general del PRD decidió dar su apoyo irrestricto a la entonces ministra de Vivienda, Balbina Herrera Araúz. La decisión de Torrijos indignó a Juan Carlos Navarro, quien lo acusó de traición, pues Navarro aseguró que entre él y Torrijos existía un pacto de caballeros. Este acuerdo consistía en que para las elecciones de 2004 Navarro daría todo su apoyo a Torrijos, quien iba en un segundo intento por el solio presidencial, a cambio de que en el próximo quinquenio (2009-2014), él (Torrijos) lo apoyara como el candidato presidencial del PRD. El pacto no se cumplió, pero Navarro no desistió de sus aspiraciones presidenciales y se enfrentó, junto a Laurentino Cortizo a Balbina Herrera. Pronto inició una serie de enfrentamientos entre las facciones que apoyaban a Herrera y las que simpatizaban con el alcalde capitalino. Las elecciones fueron cerradas, dándole el triunfo a Herrera por una diferencia de más de 10 mil votos. Pero el resentimiento entre balbinistas y navarristas continuó unos meses después, cuando Balbina le pidió públicamente a Navarro que fuera su compañero en la fórmula presidencial. Navarro aceptó, comprometiéndose a trabajar para ganar la Presidencia de la República, sin embargo, el PRD se enfrentó a su más dolorosa derrota ante la alianza por el Cambio de Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela. Tras la derrota la guerra interna se volvió más fría. El CEN, liderado por Torrijos ante la presión de las bases tuvo que renunciar, acusado de abandonar al partido y llevarlo a la debacle electoral. Fue así como se dio inicio a un proceso de reingeniería en el PRD. Se designó un CEN transitorio que se encargó de reformar los estatutos del partido, mientras el partido enfrentaba un éxodo de sus miembros. El PRD perdió en un año más de 100 mil adherentes. Además perdió a 9 de sus 27 diputados en la Asamblea, que se cambiaron al oficialismo.

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