Fay y Luis Prescod, los primeros prácticos panameños

Actualizado
  • 17/08/2014 02:00
Creado
  • 17/08/2014 02:00
No fue hasta la década de 1970 cuando, por primera vez dos personas no estadounidenses, fueron nombrados como ‘prácticos’ del Canal.

Mencionar a los capitanes Prescod, Fay y Luis, a cualquier práctico del Canal genera respeto, aún hoy en día, varios años después de su muerte (ella murió en 1993, él en 2007). Y es que, antes de ellos ningún panameño había tenido la oportunidad de ser ‘práctico’ del Canal de Panamá. El remolcar las naves que recorrían la ruta de un lado a otro, era una misión exclusivamente para aquellos con pasaporte americano no importa si hubiesen nacido en Estados Unidos o en la llamada ‘Zona del Canal’.

Muestra de ello es , cuenta Paulette (una de los tres hijos de la pareja), que cada que uno de los ocho nietos va al centro de visitantes de Miraflores como parte de alguna gira escolar, cuando los guías se enteran de que los muchachos son nietos de Luis y Fay, no pueden disimular su alegría hacerle saber la importancia que tuvieron sus abuelos en la historia del Canal de Panamá: ‘ La última vez que mi hija, Fay Paulette, de 12 años fue a Miraflores, al leer el nombre en la lista de asistencia, la guía le pregunto a mi hija si era nieta de Luis y Fay Prescod. Cuando le respondió que sí, la pasaron de primera en la fila. Mi hija casi lloraba de la emoción al oír cuando contaron la historia de sus abuelos y sus anécdotas’.

Esta reacción también la han experimentado los hijos de Fay y Luis. ‘Cuando yo voy a la ACP, todo el mundo me conoce, todos los prácticos que tienen sus añales me ven y me saludan’. Comenta Paulette Prescod que, en el caso de los más jóvenes, los prácticos que compartieron con sus padres les comentan a los más novatos: ‘¿Sabes quién es ella? Ella es la hija de los capitanes Prescod. La reacción inmediata es de sorpresa y respeto, porque ellos están dentro de la historia’.

UN RETO

‘Ella, como murió en 1993, quedó como capitana de remolcador; mi papá sí fue ascendido a práctico del Canal. Él prestó servicio por más de 30 años, primero en la Panama Canal Comision (PCC), se jubiló y, luego, continuó con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP)’, cuenta Paulette, quien cuenta explica que ‘ellos estudiaron por muchos años para obtener el puesto. Mi papá era line hander , un día tomaron la decisión, y ingresaron a los cursos para poder ser práctico y así comenzó todo’.

Sin embargo, las cosas aunque suenen fácil no fueron tan simples: ‘Ellos estaban bajo el mandato de los estadounidenses y por eso, por ser los primeros panameños en el puesto, estaban siempre en la mira. Siempre había un sentimiento de mucha expectativa por lo que estaban haciendo’.

A pesar de la posición privilegiada en la que estaban, asegura la primogénita de los Prescod, a sus padres ‘nunca se les subió a la cabeza ni andaban diciendo por ahí ‘yo soy, yo soy, yo soy’. Siempre fueron muy humildes’.

LA PAREJA

‘Luis y Fay se conocieron mucho antes de ser prácticos’, explica la primogenita de los Prescod. ‘Mi mamá era la mano fuerte de la casa; mi papá, por el contrario, era mucho más pasivo. Él era el que hablaba contigo y te decía ‘oye, mira, ten cuidado , que esto, que lo otro’. Eran el complemento el uno del otro, el dúo dinámico’, comenta Paulette.

Cuando se le pregunta qué caracterizaba a cada uno, comenta la también bióloga que, en el caso de su madre, Fay, ella era ‘una mujer que siempre estaba haciendo, además de capitana, era presidenta de varias asociaciones, corría maratón, para esa época teníamos una agencia de viajes en Colón, siempre estaba en constante movimiento; y, a pesar de eso, nunca dejó de ser mamá, no dejó de ser esposa’.

En cuanto a su papá, recuerda que él era ‘todo un caballero, un caballero nato, cualquier mujer se enamoraría de él por su forma de ser’.

LA VIDA CANALERA

‘La vida de un práctico es de mucho trajín, porque ellos trabajan hasta 16 horas. Deben esperar el relevo o hasta doblar turnos’, explica Paulette, quien menciona: ‘Era común que uno entraba y el otro salía, inclusive, había lapsos en que no estaba ninguno de los dos’. La mayor de los Prescod, comenta que ‘para nosotros era normal tanto movimiento; pero no voy a negar que ellos siempre sacaban ese tiempo para dedicarle a la familia’.

–¿Ninguno se interesó por seguir con la profesión?

–En algún momento, a eso de los 15 ó 16 pensé que yo me también sería práctico como mis padres– comenta Paulette–. Pasaba tanto tiempo en el Canal con mis papás que la gente pensaba que me iba a dedicar a lo mismo’, apunta la primogénita de los Prescod, quien, empero, estudió biología y hoy tiene un spa .

Paulette cuenta que en sus jornadas en el Canal, tenía la oportunidad de subir a los barcos cuando sus padres los ocupaban y también manejaban los remolcadores cuando no estaban empujando barcos. ‘Me subía con ellos, escalaba las escalerillas de soga y estaba con ellos en el barco. Siempre me sorprendió el respeto con el que los trataban y con el que se les dirigían’, rememora hoy la hija de Fay y Luis, quien, entre risas, recuerda que estaba tan acostumbrada a compartir con sus padres durante las horas de trabajo que, cuando escuchaba por la radio que le daban instrucciones ella comprendía sin ningún problema el significado de los códigos que empleaban en ese momento los prácticos. ‘Al escuchar los mensajes yo inmediatamente decía: ‘Mamá, tienes que hacer tal cosa’, recuerda Paulette, ‘mi mamá solo me mirab a y me decía: ‘Sí, yo sé, yo trabajo aquí’, y se iba a cumplir con la tarea asignada’.

Si bien ni Paulette ni su hermana optaron por la navegación como profesión; quien si lo hizo fue el segundo de los hijos de la pareja, Joel, que hoy en día es capitán en Estados Unidos y está estudiando para ser práctico, como sus padres.

NUEVAS ETAPAS

‘Mi papá si logró ver el traspaso del Canal a manos panameñas’, comenta Paulette, ‘Él estuvo muy tranquilo cuando sucedió, su enfoque era que se debía seguir trabajando, seguir las cosas como siempre’, explica la bióloga, quien comenta que cuando a su papá le ofrecieron un puesto más administrativo lo rechazó porque, comentaba en su momento Luis Prescod, ‘si entro a una oficina me muero’.

Cuando se le pregunta por el centenario de la vía interoceánica comenta Paulette que ‘hay un sentimiento encontrado, porque nosotros vivimos eso, estuvimos ahí y lo vimos’. La bióloga comenta que cada vez que pasa por el puente Centenario ‘se me aguan los ojos al recordar todas las experiencias hemos vivido y que ahora mis hijos no podrán vivir. Lo que yo hacía antes, de ir con ellos en el barco, ya no se puede hacer’. Con nostalgia, Paulette concluye: ‘Son cositas que han cambiado’.

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