Seguridad: la espera de una política criminológica y el debate de los retenes

Actualizado
  • 23/08/2019 02:00
Creado
  • 23/08/2019 02:00
La delincuencia no da tregua y la Policía Nacional ha trazado un plan para combatirla. Los retenes, que son muy comunes, han sido tema de debate. Un sociólogo y un exfiscal analizan el tema

En Panamá no hay una ley sobre política criminológica, lo que ha existido desde el 2005 son unos lineamientos que deben ser reformados. Se debe crear una ley.

¿Cómo evalúa estos 50 días de nueva gestión en materia de seguridad?

Si evaluamos los índices de criminalidad en los últimos 10 años, lo que debió hacer un gobierno era un ataque inmediato, pero lo que hemos visto durante este tiempo no ha sido del todo correcto. Veo que los niveles de inseguridad se han mantenido. No he visto una variable o tendencia a mejorar, tampoco veo una gestión integral para resolver la delincuencia. Hasta el momento no he sentido una repuesta inmediata y efectiva para disminuir la criminalidad.

¿Considera que los retenes ayudan a mejorar la seguridad ciudadana?

Los retenes forman parte de la prevención general. Pienso que se deben realizar siempre y cuando se especifiquen las zonas y los horarios, porque hay áreas que no requieren retenes. Además, tienen que tener un propósito específico de lo que busca la Policía, porque hay una realidad que siempre ha existido: hay retenes, pero la criminalidad sigue y entonces solo han servido para realizar prueba de alcoholemia, de migración y para ciertas capturas. El presidente de la República ha dicho que mantendrá los retenes; sin embargo, creo que se debe aplicar con un criterio de inteligencia policial, para que se realicen en zonas donde opera la delincuencia. Cuando yo era fiscal de Hurto de Autos, se realizaban retenes donde sabíamos que operaban las bandas.

Mucho se habla de política criminológica, pero, ¿realmente el país cuenta con una como tal?

En Panamá no hay una ley sobre política criminológica, lo que ha existido desde el 2005 son unos lineamientos que deben ser reformados. La política criminológica del Estado se ha visto más que nada desde las perspectivas de cada reforma del Código de Procedimiento Penal en la que se establecen los procedimientos de los casos y las actividades de la fiscalía de cómo deben combatir el delito. Creo que ya es hora de que la Dirección de Investigación Judicial pase al Ministerio Público, para combatir con eficiencia el delito; mientras eso no ocurra, vamos a seguir con estas estadísticas sobre la criminalidad, con esto no quiero decir que la Policía no realiza su trabajo.

La Policía habla de fortalecer la relación con las comunidades para mejorar la seguridad. ¿Cree que la medida es saludable?

Evidentemente es saludable, y considero que se deben crear más mecanismos para fortalecer esa relación, no solo con las comunidades, sino con gremios y otras entidades públicas, como los gobiernos locales. Un pilar fundamental en el trabajo de la Policía es la comunidad, por lo que se hace necesario que participe en los esquemas de seguridad. El director de la Policía debe crear un mecanismo directo con las comunidades y grupos organizados. Cuando yo era fiscal, creamos un comité interinstitucional para combatir el robo de autos que ayudó significativamente, porque participó la comunidad y el sector privado; al final, los ciudadanos son las víctimas de los actos delictivos.

A su juicio, ¿qué medida debe adoptar el Gobierno para disminuir los niveles o percepción de inseguridad?

Lo primero que se debe realizar es fortalecer los mecanismos de inteligencia policial y una mejor coordinación con los fiscales del crimen organizado. Se requiere más presupuesto y recursos humanos y tecnológico, y que se empiece a discutir un proyecto de ley sobre la política criminológica, que incluya la prevención.

Los retenes solo sirven cuando hay circunstancias específicas que así lo demandan, por ejemplo, cuando ocurre un hecho delictivo y en zonas específicas.

¿Cómo evalúa estos 50 días de nueva gestión en materia de seguridad?

Es un muy temprano para tener una opinión con mayor certeza porque durante estos días no ha marcado ninguna tendencia. A menos que haya habido una tragedia enorme o un beneficio inusual para la comunidad, hasta al momento lo que veo está dentro de las fluctuaciones que no nos permite decir que hay una tendencia hacia uno u otro panorama. Hasta el momento, no he visto cambios que permitan evaluar, lo que sí nos permite es evaluar lo que ocurre en el país desde antes que iniciara la actual administración gubernamental.

¿Considera que los retenes ayudan a mejorar la seguridad ciudadana?

Definitivamente que no. Los retenes solo sirven cuando hay circunstancias específicas que así lo demandan, por ejemplo, cuando ocurre un hecho delictivo y en algunas horas específicas. Si uno analiza la incidencia de delitos en la ciudad, nos damos cuenta de que los peores delitos en el área metropolitana ocurren de noche y, por lo general, después de las 8 de la noche, entonces podríamos pensar que se pueden realizar retenes en ciertos lugares después de esa hora, cuando el tranque ha disminuido. No me puedo explicar que haya retenes en horas de mayor congestionamiento vehicular y lo que hacen es agravar el tráfico. Los retenes tienen su momento y su lugar; es decir, en circunstancias especiales y en los momentos que se está monitoreando la incidencia criminal. Creo que si la Policía trabaja con estas herramientas y con tecnología que permita entender la dinámica criminal, se puede determinar cuándo y dónde colocar los retenes. No se puede colocar retenes en base a criterios subjetivos de unos policías.

Mucho se habla de política criminológica, pero ¿realmente el país cuenta con una como tal?

No la tiene. Ahora el término criminológico no se utiliza en muchos países; Panamá es uno de los pocos países que adopta el término, en la mayoría se habla de política criminal. En Panamá se ha querido diferenciar entre política criminal y política criminológica, pero no hay ni una ni la otra, tampoco hay una política de seguridad que compense la ausencia de las otras dos. Al no existir una política de seguridad ciudadana, tenemos un verdadero déficit; sin embargo, debo reconocer que al final del pasado gobierno se hizo un esfuerzo para tener una estrategia de seguridad ciudadana, pero no contó con la aprobación. Entiendo que la actual administración tiene como uno de sus objetivos adoptar una política, se llame criminológica, criminal o de seguridad ciudadana, eso es lo de menos, lo que se necesita es políticas públicas claras que tengan una radiación de conectividad con la política de justicia que no le pertenece al Ejecutivo, sino al Órgano Judicial y a los gobiernos locales; no se olviden de que los alcaldes administran justicia y recurso policial.

La Policía habla de fortalecer la relación con las comunidades para mejorar la seguridad. ‘Cree que la medida es saludable?

No solamente saludable, sino necesaria. ¿Cuáles son los factores que inciden en que no se fortalezca la relación comunidad-institución? Hay tres cosas que se pueden destacar: la respetabilidad: los ciudadanos respetan o conceden empatía a una institución cuando observa en ella, no solamente eficiencia, sino la integridad. La Policía tiene que presentar credenciales de que es confiable, que es respetable y que es una institución en que los ciudadanos pueden confiar con los ojos cerrados. Lo segundo, el ciudadano ya está afectado y tiene miedo. Aunque la institución tenga credibilidad, los ciudadanos no apoyan a las instituciones del Estado porque le temen a la venganza del criminal. Por último, lo que ayuda a construir esa relación fuerza pública - ciudadanía es la sensación de que la acción del gobierno es abarcadora. No se puede poner un policía en cada esquina, pero sí una acción de la institución en cada hecho criminal genera la sensación entre los ciudadanos de que existe un Estado que lo cuida. Pero cuando la institución solo aparece cuando hay un hecho y vuelve y desaparece, entonces da la impresión de que no hay colaboración.

A su juicio, ¿qué medidas debe adoptar el Gobierno para disminuir los niveles o percepción de inseguridad?

Lo primero es generar confiabilidad en las instituciones de fuerzas públicas. La carta de presentación de las fuerzas públicas debe ser intachable, casi perfecta, y la ciudadanía lo tiene que sentir. Adicional, la fuerza pública debe ganar capacidad de persuasión, vemos que algunos delitos se cometen a la luz del día, lo que provoca esa sensación de que los delincuentes no le temen a nada y a nadie, se tratan de tú a tú con los policías. Esto es el reflejo de que se ha perdido la capacidad de persuasión y el Gobierno empieza con un déficit en la capacidad persuasiva de la Policía y deben reconstruirla. Por último, tiene que haber una mejor coordinación con las instituciones que administran justicia. El sistema judicial tiene que estar acomodado a la expectativa de los ciudadanos, de qué sirve que las fuerzas públicas capturen a alguien por un delito si a los pocos días están sueltos porque el sistema no es capaz de retener a los delincuentes.

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